Ejército de Tierra

Así luchan trece militares y miles de pingüinos contra el cáncer infantil

La Base Antártica Española “Gabriel de Castilla”, los pingüinos barbijos de Isla Decepción y la Asociación Pablo Ugarte... ¿Qué tienen en común?

La Base Antártica "Gabriel de Castilla" se encarga del cuidado de los pingüinos barbijos de Isla Decepción
La Base Antártica "Gabriel de Castilla" se encarga del cuidado de los pingüinos barbijos de Isla Decepciónlarazon

Qué pueden tener en común el Ejército de Tierra, los pingüinos y la lucha contra el cáncer infantil. Más de lo que a priori uno pueda pensar. Su vínculo comienza a 13.000 kilómetros de España, en Isla Decepción. Allí se encuentra la Base Antártica Española “Gabriel de Castilla”, un zona reservada para los más osados y a mil kilómetros del lugar poblado más cercano.

Pero es precisamente en este lugar apartado de la civilización donde encontramos a nuestros segundos protagonistas, los pingüinos. Entre los distintos proyectos que el Ejército de Tierra lleva a cabo en esta isla antártica destaca el de “Apadrina un pingüino”.¿El objetivo? Apadrinar de forma simbólica a una de estas aves marinas que residen en Isla Decepción. En cada una de las visitas que la expedición realiza a las pingüineras, donde residen hasta 200.000 aves, toman fotografías y alimentan una base de datos, tal y como explica el comandante Joaquín Núñez, jefe de la Base Antártica “Gabriel de Castilla”.

El proceso para apadrinar es muy sencillo, tanto como entrar a través de un enlace que te ofrece la posibilidad de solicitar un diploma con la imagen real del pingüino y el nombre que le asignas. Y aquí entra en escena nuestro tercer protagonista. El Ejército de Tierra quiere vincular esta acción con una causa loable y este año ha elegido una asociación sin ánimo de lucro que destina todo lo que recauda a la lucha contra el cáncer infantil, la Asociación Pablo Ugarte (APU). Si bien el hecho de apadrinar es gratuito, existe la posibilidad de realizar una donación para ayudar en la lucha contra esta enfermedad que tan de cerca afecta a los niños.

"Chicle" es el nombre de uno de los pingüinos apadrinados gracias a la labor de los militares de la Base Antártica "Gabriel de Castilla"
"Chicle" es el nombre de uno de los pingüinos apadrinados gracias a la labor de los militares de la Base Antártica "Gabriel de Castilla"larazon

Apadrinar un pingüino es una manera simbólica de mantener su hábitat y colaborar con el medio ambiente. Además, la idea del diploma y el mensaje de compromiso medioambiental está dirigido al público infantil y a sus familias. Y este es el motivo por el que querían vincularse con una asociación que también estuviera comprometida con la infancia y en este caso, con la lucha contra el cáncer en niños.

“Este año llevamos apadrinados casi 35.000 pingüinos y la recaudación (que va directamente a la asociación sin pasar por nosotros en ningún momento) está en torno a los 1.500 euros. De momento va más despacio que en años anteriores, en los que se llegó a 10.000 euros durante los 3 meses que dura la Campaña Antártica”, relata el comandante Núñez. Pero aún hay tiempo. El proyecto se mantendrá abierto hasta el 21 de marzo, justo cuando llega el crudo invierno antártico y en la bahía Foster, que domina toda la isla se forma lo que se denomina “banquisa”. El mar se congela y hace imposible al Buque “Hespérides” acceder a la misma y realizar las necesarias operaciones logísticas.

Sobra decir que no está permitido poner nombres obscenos, políticos, o de otra índole que pudiera perjudicar la imagen del Ejército de Tierra como responsable de este programa. No hay límite de diplomas por colegio, familia, etc. y estará abierto hasta finales de marzo.

Los pingüinos de Isla Decepción en fila india / Foto: Campaña Antártica ET
Los pingüinos de Isla Decepción en fila india / Foto: Campaña Antártica ETlarazon

Curiosidades de los pingüinos barbijos

La migración de los pingüinos barbijos empieza la temporada con miles de pequeños polluelos de color grisáceo. Al cabo de unos meses, estos polluelos crecen y adquieren el pelaje adulto, más conocido como “esmóquin”. Conforman sus nidos en colonias de unos 40.000 pingüinos (también denominadas pingüineras) y su forma de alimentarse no tiene desperdicio: el padre organiza una pequeña carrera y el polluelo que llega primero es el que come.
A última hora de la tarde, explica el jefe de la Base, se forman verdaderas colas cuando los pingüinos, con su típico andar torpón pero constante, regresan de pescar y se dirigen ordenadamente en fila india desde el mar hasta sus nidos.
Una vez que los pingüinos abandonan Isla Decepción, ésta es invadida por los lobos marinos, que vienen a estas aguas a “descansar”, tras aparearse. Se da la circunstancia de que sólo vienen machos y hembras no reproductivas pues las demás hembras se quedan en otras islas más al norte con las crías recién nacidas. En esta época también es posible encontrarse con las temidas focas leopardo que con 3-4 metros de envergadura son el mayor depredador de la zona.

Charlas en torno a un café e internet

Trece son los militares que trabajan en la Base Antártica Española “Gabriel de Castilla”. Una familia que, en palabras del comandante Núñez, se vuelca en apoyar a los científicos españoles y, en ocasiones, a los de otros lugares del mundo. Su trabajo, a cargo de las telecomunicaciones, permite a los científicos no solo trabajar sino poder hablar con sus familias. Son muchos los navegantes que les visitan a su paso por la isla y frecuentes las charlas en torno a un café y una conexión a internet.

Y es que la propia isla en la que trabajan tiene una historia en sí misma. Isla Decepción es una volcán activo cuya última erupción se registró entre 1967-70 y se llevó por delante la base chilena y la base Inglesa. También conocida como Base B, fue empleada por la marina Inglesa durante la II Guerra Mundial y en esa ocasión no hubo que lamentar muertes, ya que un barco chileno de nombre Pardo los rescató. Actualmente el nivel de actividad del volcán se ha incrementado y se ha aumentado el nivel de alerta por parte del Comité Polar Español. El 27 de enero se activó el nivel amarillo.