Enrique Múgica
“Con mi padre se ha ido un hombre de la tercera España, la de Ortega y Marañón”
Entrevista a Daniel Múgica, novelista, dramaturgo e hijo del recientemente fallecido Enrique Múgica
–¿Qué se ha ido de la política cuando se ha ido su padre?
–Se ha ido un hombre que pertenecía a la tercera España, a la misma tercera España a la pertenecía Marañón y Ortega. Se ha ido uno de los cinco reformadores del Partido Socialista que fueron González, Guerra, Castellanos y Redondo. Se ha ido un hombre que luchó siempre por la libertad bajo la dictadura tras pasar tres años en la cárcel. Y se ha ido uno de los políticos que mayor olfato de España y el único al que han respetado y querido siempre todas las formaciones constitucionalistas. Me gustaría resaltar el artículo que ha publicado José María Aznar sobre mi padre. El artículo tiene mucha importancia porque ambas familias sabíamos que eran amigos y se apreciaban pero que Aznar lo haga público recuerda al espíritu de la Transición. Ese espíritu de la concordia tan necesario en España en estos momentos sobre todo en los que los partidos lo único que hacen es tirarse los trastos a la cabeza y parece que están pasando de los realmente de los españoles por muchos esfuerzos que hagan.
–¿Y a usted personalmente?
–El hombre que me ha enseñado todo lo que es la libertad junto a mi madre. Se me ha ido un amor tremendo. No me ha dejado ningún vacío porque su voz sigue en todos nosotros. Se me ha ido también la persona que me han enseñado lo que es la política y, mucho más importante en lo personal, el hombre que me ha enseñado a mirarme en el espejo y reconocerme con mis virtudes y mis defectos asumiéndolos con plena libertad.
–¿Qué le ha parecido la reacción de cariño que le han hecho llegar miles de personas de todas las ideologías tras conocer su muerte?
–La familia Múgica le agradece de corazón a todos, no solo en redes sociales, las alabanzas a su persona y su vida política. Estamos muy satisfechos con las muestras de agradecimiento de la gente que le conocía y con general -quitando un artículo al que no voy a mencionar ahora- con todos los artículos de elogio hacia mi padre que, creo, son merecidos.
– Se escuchan muchas muestras de nostalgia hacia el PSOE de su padre. ¿Ha desaparecido tan completamente como se pretende?
–El partido de Felipe, de Alfonso, de Nico, de Txiki Benegas y de Antonio Asunción aunque fuera de otra generación y de tantos otros no ha desaparecido porque ese PSOE está en el alma y el corazón de los compañeros y compañeras del partido. Lo que pasa es que el PSOE, como es un partido con 150 años de historia, va evolucionando. A veces hacia unos extremos a la izquierda y veces hacia al centro. Ahora tenemos un partido socialista escorado a la izquierda y me parece natural en los tiempos que vivimos y ya se volverá a escorar hacia el centro que es lo que deseamos muchos compañeros y yo mismo.
–¿Tienen algo que aprender de aquella generación los actuales dirigentes del partido?
Los actuales dirigentes del partido no tienen nada que aprender de sus predecesores porque eso sería caer en el paternalismo, que no tiene lugar en el Partido Socialista. Más que aprender de ellos tendrían que leerlos. Solo a través del espíritu de la concordia y del reconocimiento de la razón que en determinados asuntos pueda tener el adversario político, es como se puede hacer nación, hacer pensamiento critico e impulsar grandes ideas de consenso.
–¿Como cree que lo está haciendo Sánchez lo está haciendo?
–Lo está haciendo muy bien con la pandemia. Está actuando con sensatez y rapidez y altura de miras. La única pequeña crítica que le puedo hacer es que me gustaría al menos un familiar acompañase al que está apunto de fallecer en el hospital.
–¿Y la oposición?
–No comprendo la crítica tan severa del PP que parece que pretende arañar votos.
–¿Y Podemos?
–Estoy harto del señor Iglesias Turrión que siendo miembro del Gobierno no hace más que atacar al Rey. El señor Iglesias Turrión ha jurado una Constitución en la que se dice que el Estado descansa sobre el Rey y la ciudadanía sobre el Congreso de los Diputados. Eso significa que como vicepresidente del Gobierno no está respetando la Constitución. Pero por fortuna el Presidente le está parando los pies.
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