El rapero yihadista tenía de guardaespaldas a un experto en kickboxing

La detención días pasados en Almería, por agentes de la Comisaría General de Información (CGI) del Cuerpo Nacional de Policía, del rapero yihadista Abdel-Majed Abdel Bary, un inglés que perdió la nacionalidad por terrorismo, ofrece nuevos detalles gracias a las investigaciones que se realizan.

Este sujeto, que fue un combatiente extranjero en Siria (FTF) con Daesh, iba acompañado de otros dos individuos, también arrestados; uno que se acompañaba de la logística, y que robaba dinero mediante la sustracción de tarjetas de crédito, apellido Ceddiki,; y el tercero, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, que hacía las labores de guardaespaldas de Bary.

Se trata de Kossaila Chollouah, de 24 años y nacionalidad argelina. Habla varios idiomas. Tiene una gran corpulencia y es experto en kickboxing.

La pregunta es obligada. Qué hacían en España estos tres individuos que, según todos los indicios, componían una célula organizada de Isis. Si a estos arrestos, unimos el realizado por la Guardia Civil en Barcelona, de un individuo con planes concretos para atentar en nuestro país, cabe sospechar que los cabecillas del Estado Islámico han ordenado que se cometan de inmediato acciones criminales en territorio nacional. Esta posibilidad ha sido recogida en medios internacionales en los que ha llamado la atención la importancia de las dos citadas operaciones antiterroristas. De momento, las Fuerzas de Seguridad han evitado tal posibilidad.

La llegada de estos individuos a territorio nacional, en patera, utilizando la vía de penetración de las mafias de la inmigración, se produjo poco antes del comienzo del Ramadán, época en la que los yihadistas pretenden aumentar el número e intensidad de los atentados.

Sobre Bary, las citadas fuentes señalan que todo parece indicar, en contra de las primeras apreciaciones, que se encuentra aún vinculado a Daesh, desde luego ideológicamente y es muy probable que de forma operativa. Si huyó en 2015 de Siria a Turquía fue para evitar ser capturado por los kurdos. El año pasado volvió a pasar la frontera y no cabe ninguna duda de que mantuvo contactos con la banda yihadista. Y, a continuación, organizó, junto con sus compinches, el viaje hacia Europa entrando por la costa almeriense.