Page levanta la voz contra el pacto PSOE-Bildu

El polémico pacto PSOE-Bildu para aprobar la prórroga del estado de alarma ayer en el Congreso de los Diputados a cambio de la derogación de la reforma laboral no ha sentado bien entre los barones socialistas. El primero en levantar la voz ha sido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que ha admitido hoy que se encuentra “dolido y perplejo” por el acuerdo.

El presdiente castellanomanchego se encuentra a la espera ahora de que el presidente del Gobierno retome la situación previa a que se conociera el acuerdo con Bildu, según confirman a Ep fuentes cercanas al presidente regional. Bildu fue uno de los partidos que facilitó la investidura de Pedro Sánchez con su abstención, y que hasta ahora no había dificultado las sucesivas prórrogas al estado de alarma.

García-Page, de hecho, se ha puesto a disposición de Moncloa para encontrar consensos más amplios para lograr el proceso de reconstrucción económica y social al que tendrá que enfrentarse España tras superar la pandemia del coronavirus.

Por su parte, el consejero de Fomento de la región castellanomanchega, Nacho Hernando, ha comentado este jueves en rueda de prensa que el pacto PSOE-Bildu firmado este miércoles “es de esos días en que nos gustaría inventar una máquina del tiempo y cambiar determinadas cuestiones”. Hernando ha visibilizado que en el Gobierno de Castilla-La Mancha están “preocupados” porque, a su juicio, “para defender los consensos hace falta también saber con qué compañeros de viaje se cuentan” y es “importante que cuando uno tiene dificultades y problemas pueda mirar a la mesa y ver una mirada cómplice” y no una que “genera preocupación”.

Precisamente esta mañana los dos partidos que conforman el Gobierno de coalición han visibilizado una nueva fisura en el seno del Ejecutivo. Desde el PSOE, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, aseguraba en una entrevista que sobre el acuerdo alcanzado, lo único pactado era “la aclaración” que el Gobierno emitió ayer a media noche, en la que se explicaba que solo se modificarían determinados aspectos, los que consideran más lesivos. Mientras, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, continuaba defendiendo que “lo firmado” entre PSOE y Bildu, “obliga” a la derogación de la reforma laboral de manera íntegra.