Desescalada

La mentira, virus letal

Pleno en el Congreso Diputados para debatir la prórroga del estado de alarma
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al Gobierno, en Madrid, (España), a 3 de junio de 2020.Alberto di Lolli/POOLEuropa Press

El pasado 12 de abril, un tuit recogía esta afirmación del Presidente del Gobierno: «La potencia destructiva del virus, no distingue territorios ni sentimientos ideológicos. Lo que debe producirse es una desescalada a nivel político». En principio, no habría nada que objetar, salvo que tenemos derecho a exigirle a Sánchez-Presidente que predique con el ejemplo, para que esa desescalada política pueda producirse. Vayamos a los hechos: la sexta prórroga del estado de alarma se ha producido en medio de un debate crispado a un nivel preocupante, motivado por las circunstancias que rodean el cese del Coronel Jefe de la más importante comandancia de la GC en España. El debate político que debe desescalarse –según afirma– está polarizado en torno al motivo del cese: si fue debido a la «pérdida de confianza», y cual fue esta; porque si fue por negarse a desobedecer a la magistrada instructora, que habría exigido reserva total a la unidad de policía judicial actuante, podría haberse cometido un delito.

La prueba documental aportada acredita la falsedad de los argumentos esgrimidos hasta el momento, y la respuesta ha sido generar un problema en el seno de la Benemérita, acusándola de actuar como una «policía patriótica», según el guión podemita. Aunque la Guardia Civil proclame en sus cuarteles «Todo por la Patria», el Gobierno socialcomunista no debe confundir ser patriota con ser delincuente. Hay alguna diferencia, aunque estén instalados en la postverdad. La mentira es un virus letal.