Túnez

Túnez no acepta la repatriación de 800 nacionales que se quedan en Melilla

Permanecen en el CETI de la Ciudad Autónoma

Centro de Estancia Temporal (CETI) de Melilla
Centro de Estancia Temporal (CETI) de Melillalarazon

os 800 tunecinos que se encuentra en el CETI de Melilla no serán repatriados a su país por lo que deberán permanecer indefinidamente en la Ciudad Autónoma, según informa “El Faro” y han confirmado a LA RAZÓN fuentes solventes. Un caso similar se produjo hace años con ciudadanos procedentes de India e Irak, que al final renunciaron a utilizar esta vía para llegar a Europa.

Al parecer, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Túnez ha informado van a rechazar la repatriación de sus nacionales. Levan meses atrapados en la ciudad, incluso algunos han cumplido el año.

Estas declaraciones chocan con las que realizó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska señaló que la solución que se iba a dar a este problema era la repatriación a sus países, pues sus expedientes de expulsión estaban ya arreglados.

Un representante de los tunecinos ha descrito su situación en Melilla como “terrible” y explicó que han estado trabajando durante una larga temporada sobre este asunto. Expresan su desesperación al no saber cuál será su futuro.

El bloqueo se produce a petición de Francia, pues una gran mayoría tienen a España como un país de paso y quieren llegar a territorio galo.

Al final, el problema es el efecto llamada. Es el ejemplo de Abbassi. Su salario en Túnez no le daba para vivir dignamente. Una amiga que estaba trabajando en Bélgica le propuso que llegara a Europa vía Melilla, pues ella a los tres meses fue trasferida a la península y de ahí acabó en Bruselas, donde encontró un empleo con el que vivir dignamente. Abbassi decidió seguir su consejo y dejó su empleo. Con lo ahorrado, se compró un billete de vuelo hasta Casablanca y de ahí cogió un autobús hasta Nador. Encontró numerosos traficantes y falsificadores de documentos, compró un DNI con la imagen de una joven que se le parecía. Solo tuvo que ponerse unas gafas y cruzar la frontera