ETA

Bildu recupera a “Josu Ternera” como referencia política de la izquierda abertzale

Su domicilio en París puede convertrirse en "santario" de la "peregrinación" proetarra

Cuando EhBildu trasladaba a José Antonio Urruticoechea, “Josu Ternera”, “nuestro abrazo” por su puesta en libertad, le transmitía, a la vez, el mensaje de que van a contar con él en el futuro, en este caso en el plano político, en la toma de las decisiones más importantes.

Según fuentes antiterroristas, consultadas por LA RAZÓN, va a existir, debe existir ya, una línea directa entre el que fuera jefe “político” de ETA y el máximo responsable de EhBildu-Sortu, Arnaldo Otegui.

De hecho, en el mensaje que le enviaban subrayaban que había “sido uno de los principales protagonistas en el trabajo a favor de un escenario de solución en Euskal Herria”.

“Ternera” vive en la casa de una profesora, en un lujoso barrio parisino, y se cree que, al menos, en los primeros momentos, no va a salir mucho del domicilio, salvo que la estrategia de la izquierda abertzale aconseje lo contrario.

En estos momentos, los de Otegui están exultantes por los dos triunfos obtenidos con pocas horas de intervalo: la excarcelación de Urruticoechea y la anulación de la sentencia sobre el asunto Bateragune en la que fue condenado, entre otros, el propio Otegui.

Al estar pendiente de resolución varios asuntos judiciales contra él, entre ellas las solicitudes de extradición a España, lo mejor para “Ternera” sería dar un perfil bajo a su vida cotidiana en la capital francesa. Sin embargo, al gozar de una cierta libertad de movimientos durante varias horas al día, y no tener limitadas las visitas, nada impide que reciba a sus antiguos compañeros de partido. No hay que olvidar que este individuo estuvo varios años sentado, codo con codo, en el Parlamento vasco con Otegui.

Se trata de viejos “camaradas” y las fuentes consultadas dan por hecho que, más pronto que tarde, se harán la preceptiva foto para oficializar el “triunfo” obtenido por el antiguo entorno de la banda.

Además, “Ternera”, durante la clandestinidad, hasta que fue localizado por la Guardia Civil y detenido por la Policía francesa, no fue, a diferencia de otros etarras, de los que “daban la lata” a la dirección de la banda. Y cuando se le requirió para que leyera el comunicado en el que se ponía fin a las “actividades armadas” lo hizo sin rechistaa mantenido dentro de la disciplina y hará lo que se le pida.

Hay -otro aspecto a tener en cuenta y es la autoridad que Urruticoechea ha tenido, al menos mientras estuvo en la legalidad, antes de huir a Francia, entre los presos de la banda.

Su papel puede ser decisivo para que los más reticentes, que en su momento recibieron órdenes de la “dirección” de la que formaba parte “Ternera”, acepten la llamada “vía Sortu”. Consiste en aceptar la “legalidad penitenciaria” pero sin colaborar con la Justicia para esclarecer los crímenes cuya autoría se desconoce; ni pedir perdón a las víctimas.

El que fuera jefe del “aparato político” de la banda es una figura de referencia dentro del separatismo vasco de carácter radical y va a ser aprovechado para la estrategia, que tan buenos resultados les está dando, en el sentido de “blanquear” las actividades criminales de ETA y presentar a la banda como una organización que no tuvo más remedio que tomar las armas contra los que negaban “los derechos al pueblo vasco”.

Urruticoechea representa el personaje perfecto para ofrecer la imagen de negociación (y no de violencia terrorista) que se quiere dar ahora a ETA.

Ha participado, incluso desde la clandestinidad (conversaciones de Argel, Suiza, Noruega) en las conversaciones con los gobiernos españoles de turno.

Ha anunciado que va a estudiar en la universidad parisina de La Sorbona para completar su imagen de intelectual comprometido, desde la paz y no la violencia, con las ideas que le llevaron a militar en la banda criminal.

Lo único que tiene que llevar es la pulsera telemática para que la Policía sepa en todo momento dónde se encuentra. Salvo, como temen las víctimas del terrorismo,l que se la quite y opte por una nueva fuga, no a Francia, a algún país que en los últimos tiempos acoge sin problemas a terroristas como hombres de paz por haber mantenido conversaciones con los Gobierno de sus países de origen.