España

Moncloa pone a Simón en el punto de mira

Pasa del cierre de filas total al malestar por su sobreexposición mediática

Si hay una figura que ha estado expuesta, mediáticamente, durante esta pandemia esa es la de Fernando Simón. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) tuvo un primer contacto con la opinión pública durante la crisis del ébola, pero ha sido la epidemia del coronavirus, la que le ha puesto en el centro de todas las miradas, colándose prácticamente a diario en los hogares de los españoles para dar cuenta de la evolución del coronavirus. Convertido en un auténtico fenómeno pop –incluso se han llegado a comercializar camisetas con su imagen– lo cierto es que el epidemiólogo ha sufrido los efectos colaterales de esta sobreexposición, tropezando con varias polémicas en las que no ha medido el efecto de sus palabras, emitidas ahora como portavoz gubernamental de la pandemia.

La línea que separa este papel de su formación técnica se ha visto cuestionada por sus numerosas contradicciones en sus diagnósticos al inicio de la crisis sanitaria, sus salidas de tono o comentarios desafortunados, como cuando celebró el boicot turístico estival a España de países como Alemania o Reino Unido, por la disminución en la probabilidad de contagio que suponía que no viajasen a nuestro país turistas extranjeros. Tampoco su vida «privada», ajena al altavoz gubernamental, ha pasado desapercibida. Sus vacaciones durante el comienzo de la segunda ola para grabar un programa de televisión causaron indignación, pero ha sido su intervención en una entrevista telemática con los hermanos escaladores Iker y Eneko Pou la que le ha puesto en la situación más comprometida a la que se ha tenido que enfrentar durante estos meses. Quizá no por ser la más grave, pero sí por el bagaje que acumula a sus espaldas. Un bagaje que le coloca en el disparadero, cuando vive sus horas más bajas.

Durante un momento de la charla, los hermanos Pou le preguntaron a Simón si le gustaban «las enfermedades infecciosas o las enfermeras infecciosas». «Fernando, ha habido ahí una cosa que no nos ha quedado muy clara cuando has empezado con esta pregunta. No nos ha quedado muy claro si te gustaban las enfermedades infecciosas o las enfermeras infecciosas», le preguntaban, a lo que Simón, respondió que «no les preguntaban si eran infecciosas o no, eso se veía unos días después». El comentario ha generado una ola de reacciones críticas que han llegado incluso al seno del propio Gobierno. Varios son ya los ministros que han exigido una disculpa pública por parte del director del CCAES.

Empezando por el propio titular de Sanidad, Salvador Illa, que consideró que debe «aclarar las cosas» y se mostró convencido de que «manifestará» su apoyo a los colectivos sanitarios, «y en particular al de enfermería». Más vehementes han sido la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Robles consideró «desafortunadas» las declaraciones de Simón y le animó a pedir disculpas. En la misma línea, Calvo tachó de «muy inapropiado» y «absolutamente desafortunado» el comentario sobre las enfermeras y también le empujó a dar explicaciones. «Tendrá que decir algo, porque eso no puede formar parte de un país donde las mujeres pedimos respeto», destacó.

Sin embargo, en Moncloa desligan este nuevo patinazo de Simón de su «profesionalidad» y valoran muy positivamente «el trabajo que ha realizado y está realizando durante toda la pandemia». No ocultan el desgaste que lleva aparejada la sobreexposición del director del CCAES, pero evitan entrar a valorar que éste pueda tener consecuencias negativas. No obstante, en el Gobierno son muy sensibles con todo lo relativo a la defensa de las mujeres, dado el marcado perfil feminista del Gabinete y su apuesta por la igualdad. Es por ello, que, en este caso, el encendido cierre de filas que hasta ahora habíamos visto siempre con Simón, empezando por el propio Pedro Sánchez, ha quedado relegado y se ha impuesto una crítica unánime y pública, a la espera de su rectificación, que le ha colocado en el punto de mira.