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Entrevista

Pablo Casado: “Vox siempre ha defendido a Trump. Los extremismos cometen los mismos excesos”

“No voy a permitir nunca un Poder Judicial Frankenstein, ya se lo he dicho al presidente”, asegura el líder del PP en una entrevista a LA RAZÓN

Pablo Casado, presidente del PP ©Gonzalo Pérez MataLa Razón

Entre líneas se le entiende que el CGPJ seguirá en funciones toda la Legislatura, si de él depende, antes de que Podemos entre en la institución, por más que el ministro de Justicia diga que el acuerdo está hecho.

–Filomena marca la actualidad. ¿Está funcionando la colaboración entre Administraciones?

–Estamos ante la peor ola de frio de la historia reciente de España, por lo que me gustaría empezar con mi solidaridad con los que están sufriendo sus efectos, en especial las familias de los fallecidos. También apoyando la labor de la UME, servicios de emergencia y Cuerpos de Seguridad, y de las Administraciones municipales y autonómicas, con las que estoy en contacto, en las que gobierna el PP.

–No ha mencionado al Gobierno de España.

–He de decir que el Gobierno de España ha tardado en reaccionar y lo ha hecho arrastrando los pies, lo cual contrasta con lo que exigían a nuestro Gobierno cuando estaban en la oposición Sánchez e Iglesias. Pero, en todo caso, tienen todo mi apoyo para coordinar una respuesta eficaz y para trasladar un mensaje de responsabilidad a toda la población, pues las próximas jornadas serán muy complicadas.

–¿En qué explica que el ritmo de vacunación contra la Covid sea tan distinto entre las comunidades?

–La competencia en la coordinación de la vacunación es del Gobierno de la Nación, como también lo debería ser para liderar la respuesta de la pandemia. Así ocurre en todos los países del mundo y así exige la Ley General de Salud Pública, que aprobó el propio PSOE.

–Pero la responsabilidad de la logística y de la planificación del proceso de vacunación es autonómica, no del Gobierno central. Como así certificaron en el Consejo de Política Interterritorial de Salud.

–Sánchez ha demostrado una actitud ciclotímica dependiendo de sus intereses electorales. En la primera oleada asumió todos los poderes mostrando una incompetencia absoluta. En la segunda oleada, hizo delegación de sus funciones después de haber declarado que el virus estaba derrotado. Y en la tercera oleada y en la vacunación ha hecho propaganda con la llegada de la vacuna adquirida por la UE. Ha vendido como propios 13.000 centros de vacunación, que no eran más que los centros de salud, y luego se ha lavado las manos, en vez de coordinar un plan de vacunación a nivel nacional.

–¿Está diciendo que las comunidades no tienen ninguna responsabilidad en la vacunación? Los sanitarios se quejan de que las comunidades estén fallando en la coordinación o en el plan de reforzamiento del personal, por ejemplo.

–Sánchez siempre pone el carro de la propaganda antes que los bueyes de la gestión y así no se puede avanzar. La máxima autoridad delegada por Sánchez es el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que después de la peor gestión sanitaria de Europa, en la primera oleada, ya tenía que haber dimitido como el ministro checo o finlandés.

–Preguntaba por las comunidades no por Sánchez o Illa.

– Es que el ministro ha ocultado las alertas, mentido con los expertos, comprado test falsos a proveedores cercanos a PSOE y puesto en riesgo miles de vidas al negar durante meses la necesidad de llevar mascarillas. Y aun así se permite presentarse a unas elecciones catalanas, abandonando su responsabilidad en plena campaña de vacunación y ante la tercera oleada, y después de 80.000 fallecidos y 2 millones de contagiados por Covid, que no se ha dignado ni a reconocer.

–Usted pide coordinación nacional, pero el Gobierno de la Comunidad de Madrid tampoco lo ha puesto muy fácil. Siempre ha llevado la contraria al Ministerio de Sanidad.

–Es el ministro de Sanidad el que está obsesionado con Madrid. Le recetó un estado de alarma injusto por unas cifras de contagio menores que las de varias autonomías gobernadas por el PSOE. Illa estaba más pendiente del PSC que de las PCR. En ningún país serio podría ser candidato a nada un pésimo gestor, que ha mentido continuamente y ha sido negligente según las docenas de denuncias de sanitarios.

–El PP ha denunciado que el reparto de vacunas no se está haciendo con equidad. ¿Qué pruebas tienen?

–Ya que me pone el ejemplo del trato del candidato del PSC en Madrid no hay más que comparar las 98.000 que recibió Madrid con las 120.000 de Cataluña. Y como han pedido Galicia y Castilla y León, si se hace un criterio de población mayor, deberían recibir más las autonomías con un mayor envejecimiento demográfico.

–En esta discusión, según datos del INE, la CCAA que más proporción de vacunas ha recibido, en función de la población mayor de 65 años, es Murcia, gobernada por el PP. Y entre las que menos han recibido está Galicia, PP, pero también Valencia, PSOE. De hecho, hay presidentes autonómicos de su partido que aprueban lo que otros critican. Como en la financiación autonómica, no parece que los bloques dependan del color político.

–Financiación autonómica que, por cierto, Sánchez se comprometió a renovar, aunque también eso lo ha incumplido, y se limita a imponer una armonización fiscal que no es más que subir los impuestos a la orden de las autonomías más derrochadoras e incompetentes, en vez de seguir el modelo del PP, que, bajando impuestos, recauda más y tiene mejores servicios sociales.

Pablo Casado, presidente del PP en su despacho de la calle Génova.©Gonzalo Pérez MataLa Razón

–¿Qué consecuencias económicas prevé que se deriven de la tercera ola de la pandemia?

–España ya es el segundo país del mundo desarrollado con peor afectación económica por la pandemia y peor recuperación estimada según la OCDE y el FMI, y el que más empleo ha obtenido de Europa, triplicando la media. Esto quiere decir que, aunque la pandemia haya sido global, aquí el empleo destruido son otros 750.000 desempleados por ERTE, 1 millón de autónomos en el alero, casi 2 millones de familias con todos sus miembros en paro, y casi otros 2 millones haciendo cola en el banco de alimentos. Decían que íbamos a salir más fuertes, pero los únicos que salen reforzados son sus socios Otegui, Rufián e Iglesias

–¿España aguantará esta crisis sin hacer duros ajustes?

–Antes del COVID, Sánchez se fundió 20.000 millones de euros en los viernes electoralistas para ir dopado a las elecciones. Y de esas lluvias vienen estos lodos. España no ha tenido margen fiscal para afrontar esta crisis como otros países, y ahora dependemos de la solidaridad de nuestros socios. Lo que tendría que hacer es reducir su Gobierno a la mitad y hacer una política económica que cree empleo y así recaude más para sostener una política social.

–¿Pero el PP apoyará esos ajustes si los exige ahora Europa?

–Es el PP el que ha impulsado el Plan de Reconstrucción de la UE, con mis compañeros Merkel, Von Der Leyen y Lagarde al frente, mientras Sánchez callaba y «chupaba rueda». Tal y como le he ofrecido en nuestras últimas conversaciones, el PP le apoyaría en tres cuestiones fundamentales para que España supere esta crisis rápido y con eficacia. Crear una autoridad independiente para gestionar los fondos, pactar el plan nacional de reformas y pactar el cumplimiento de las recomendaciones específicas del semestre europeo, que es lo que está pidiendo la UE y el Banco de España. Pero Sánchez prefirió pactar unos Presupuestos ruinosos con Esquerra y Bildu, y así nos va. Toda la responsabilidad es suya.

–En el cumplimiento de las recomendaciones específicas del semestre europeo, que usted ofrece pactar, entra la reforma de las pensiones para garantizar su sostenibilidad. Entonces ahí, no debería haber problema, ¿no?

–El PP ya ha apoyado la renovación del Pacto de Toledo por responsabilidad, pero Sánchez ya dijo que quería suprimir la reforma que hizo el PP y que permite que las pensiones subieran de media un 1,6 por ciento en nuestros gobiernos, pero garantizando la sostenibilidad del sistema.

–Le pregunto por el futuro y la reforma que exige Bruselas para liberar los fondos.

–Me temo que acabará como en 2020, votando su congelación y la bajada del sueldo de los funcionarios.

–¿Le parece mal que colaboren más las rentas más altas para hacer frente a una crisis que vuelve a dañar al tejido social más débil?

–Este Gobierno decía que no iba a dejar a nadie atrás, pero no están dejando a nadie en pie. Esta semana la luz ha subido un 20% en plena ola de frío. El ingreso mínimo vital ha llegado sólo al 10% de los solicitantes. La mejor política social es el empleo, sólo con los impuestos de los que trabajan se financia la sanidad, la educación, las pensiones y los servicios sociales. Si la economía productiva se asfixia o se va a otros países, el Estado del Bienestar quiebra. Esto ya lo sufrimos en el 96 y el 2011 con otros gobiernos socialistas y me temo que nos tocará rescatar a España de nuevo de otra recesión.

–¿Ha hablado con el presidente del Gobierno sobre las reformas que anunció para reforzar la Monarquía?

–No. Me enteré por la prensa de las intervenciones del Gobierno, como siempre. Y con todo, aun así, expresé públicamente mi disposición a cualquier medida que refuerce al Rey y a la Jefatura del Estado y sin que se modifique la Constitución.

–¿Apoyaría más transparencia de todo el Presupuesto de la Corona, eso que llaman lista civil en otros países europeos, y de su actividad privada?

–La monarquía fue elegida democráticamente como forma política del Estado en el referéndum constitucional, y Felipe VI fue proclamado hace 6 años ante las Cortes Generales y los representantes democráticos de los españoles. La situación actual de Don Juan Carlos no afecta la labor de Don Felipe, que es ejemplar, y cuenta con todo el apoyo de mi partido.

–Las reformas que le apuntaba podrían haber evitado episodios polémicos como la cacería de elefantes o el «caso Urdangarín». ¿El PP las apoyaría?

–Para empezar, los ministros de Sánchez deben dejar de atacar al Rey y sus socios radicales y extremistas deben dejar de erosionar las instituciones del Estado. El Partido Socialista dice que es un gran paso para la democracia pactar con los que dicen que quieren romper España y los que defienden el legado de la banda ETA que asesinó a 850 inocentes. Pero en vez de cumplir su promesa electoral, Sánchez concede a unos el acercamiento de un centenar de etarras, y a otros, la exclusión del español como lengua vehicular. Es terrible. Insisto, la labor de Don Felipe VI es ejemplar. Como dijo en su proclamación ante las Cortes y repitió en su último discurso de Navidad, su compromiso con los valores éticos y morales es inequívoco.

–El ministro de Justicia ha vuelto a decir que el acuerdo de renovación del Poder Judicial está hecho. ¿Miente?

–Mantenemos la única condición desde que llegué a la Presidencia del PP: reforzar la independencia del Poder Judicial. Queremos que los jueces elijan directamente a los 12 vocales judiciales como establece la Constitución. El proceso de renovación se abrió el 5 de julio de 2018 y yo llegué el 22, entiendo que este cambio se aplicara en la próxima renovación, pero para la actual sí se puede aplicar la despolitización del proceso: que no haya ex políticos entre los 8 vocales juristas, que los nombramientos se hagan por mayoría reforzada de 3/5 para evitar que se hable de bloques conservador y progresista, y que no pueda ser fiscal general del Estado un ex cargo político.

–¿Entonces, miente el ministro?

–Sánchez se empeña en que Podemos participe en este proceso, lo cual es innecesario porque no es un pacto entre Gobierno y oposición, sino un acuerdo del legislativo, que sume 3/5, es decir, sólo PSOE y PP, como pasó en todos los países de nuestro entorno dentro del necesario control entre poderes. Y para nosotros es inaceptable que participe un partido que ataca continuamente al Poder Judicial para defenderse de sus imputaciones y condenas, que arremete contra el Rey (en nombre de quien imparte justicia) y que defiende la independencia de Cataluña y el papel de los batasunos. Ya le he dicho a Sánchez que tenga la responsabilidad, el coraje de decirle a Iglesias, como hizo en la fusión de Caixa y Bankia, siendo mucho menos relevante, que no puede formar parte de la renovación de las instituciones que quiere destruir.

Pablo Casado, en un momento de la entrevista.©Gonzalo Pérez MataLa Razón

–¿Mantendrá ese veto a Podemos, aunque implique dejar al CGPJ sin renovar durante toda la Legislatura?

–Sánchez ha querido un «Gobierno Frankenstein», que quitó el sueño al 95 % de los españoles, según el mismo decía. Pero yo no voy a permitir un «CGPJ Frankenstein», que acabe con la independencia judicial y la separación de poderes.

–¿Esto es un «sí» a la pregunta de si mantendrá el veto?

–Podrá haber acuerdo si aceptan reforzar la independencia judicial a través de la reforma que aprobamos en el Senado, en diciembre de 2018, y luego tumbaron en el Congreso, o la que hemos registrado otra vez en agosto de este año. Y si el pacto es entre los que respetan la Constitución y el estado de derecho.

–La despolitización que ahora defienden podría haberla impulsado el Gobierno de Rajoy.

–En mi propuesta de primarias para ser elegido presidente del PP, y en mi programa electoral, he dejado muy clara mi posición para despolitizar la justicia, lo cual, además, coincide con todas las peticiones del Consejo de Europa y con la propia Constitución española, hasta que el PSOE la modificó en 1985. Las reformas que ha hecho el PP, posteriormente, han ido aumentando esa independencia judicial hasta donde ha permitido el PSOE, porque se consideró necesario hacerlo por consenso, tanto en 2001 como en 2015. Ahora el consenso judicial, social, mediático y europeo avala mi posición.

–¿No le preocupa el desgaste que provoca en las instituciones el pulso entre el Gobierno y ustedes por el control del Poder Judicial?

–Quien desgasta las instituciones y la Constitución es quien la ataca, no quien la acata, como es mi caso. Sánchez tiene el Gobierno más radical de Europa y de nuestra historia democrática. Ningún otro país tiene ministros que se declaren comunistas y un vicepresidente que apoya al dictador venezolano, o socios que pidan la fractura del Estado o que defiendan el asesinato como instrumento de acción política.

–Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en la insignia de la oposición al Gobierno de Sánchez. Tiene más protagonismo que usted.

–Isabel está haciendo una gestión eficaz, cercana y transparente, justo lo contrario de la incompetencia, arrogancia y mentiras que caracterizan a Sánchez. La única experiencia de gestión que tenía antes de llegar a Moncloa era ser concejal en la oposición en Madrid. Por eso no entiendo la obsesión que tiene contra la capital de España.

–¿El papel de un presidente autonómico es hacer oposición al Gobierno central?

–La responsabilidad de los presidentes autonómicos es defender los intereses de sus vecinos, y eso es lo que hacen Díaz Ayuso, Feijóo, Moreno, López Miras, Fernando Mañueco y Vivas. Lo que pasa es que Sánchez les discrimina por ser del PP, y con ello a todos los madrileños, gallegos, andaluces, murcianos, castellanos y leoneses y ceutíes. No hay más que ver el reparto de los presupuestos de los fondos de reconstrucción para darse cuenta de que para Sánchez, el mapa de España es un tablero de Risk, con banderas de colores, y alrededor de los azules despliega todos los agravios y ataques posibles.

–Se está escribiendo mucho sobre el veto de Génova a que Isabel Díaz Ayuso sea la presidenta regional del partido. ¿Usted prefiere entonces la tricefalia a dejarla a ella el mando del partido madrileño?

–Hace ahora justo dos años propuse a Isabel Díaz Ayuso y a Jose Luis Martínez-Almeida como candidatos a la Comunidad y a la Alcaldía de Madrid, ante el rechazo de la mayoría. Estaba convencido de que serían unos estupendos Presidenta y Alcalde. Y el tiempo me ha dado la razón. Para mí es un orgullo que los mismos que me criticaban por haberlos nombrado, ahora les pongan de referencia. Y pinchan en hueso si intentan enfrentarlos. Son leales y comprometidos.

–No me ha contestado si usted ve bien que Ayuso asuma el control del PP de Madrid.

–El PP de Madrid es una piña, lo conozco muy bien pues he estado 10 años recorriendo la región de norte a sur y de este a oeste. Falta un año para el congreso regional y estoy seguro de que saldrá muy fortalecido para revalidar estos gobiernos y recuperar otros muchos en la región.

–Sigue sin contestarme.

–Los militantes del partido deciden libremente quien quieren que sea su presidente, al margen de cualquier indicación de las estructuras orgánica e institucional.

–Todo el partido sabe que, en esa decisión, sobre todo en Madrid, dice mucho, o lo dice todo, Génova.

–Creo que sé bien de lo que hablo porque nadie pensaba que yo fuera a ser el primer presidente nacional elegido en primarias en la historia del PP.

–¿Por qué está impulsando una renovación tan general de las estructuras orgánicas del PP? ¿Fallaba la herencia? En el partido dicen que lo hace para tener un mayor control de la organización.

–En pocos meses llevaré 3 años al frente del PP y creo que estamos haciendo una gestión interna prudente y sensata.

–¿Hace falta aire nuevo en las presidencias regionales donde están en la oposición, como Valencia?

–Estoy muy satisfecho con todos los presidentes provinciales y regionales y agradecido por la labor que están haciendo nuestros alcaldes, portavoces y presidentes autonómicos. El proyecto que emprendimos hace un par de años ha aunado renovación y experiencia. Dije que si ganábamos nadie perdía, y cumplimos.

–¡Pero si dicen que hasta ha jubilado ya a Aznar! Porque tras la caída de Cayetana Álvarez de Toledo las relaciones se han roto.

–Tengo una relación muy buena con los ex presidentes del PP, tanto con Aznar como con Rajoy. El PP es un partido de puerta ancha en el que caben todos los que quieren defender a España y la libertad. Y más, aun, los que tanto han hecho en sus años de gobierno por los españoles.

Retrato de Pablo Casado, presidente del Partido Popular, durante la entrevista.©Gonzalo Pérez MataLa Razón

–¿Sigue hablando con Aznar habitualmente?

–Hablo con los dos habitualmente. Además, este año 2021 se cumplen 25 y 10 años de los dos gobiernos populares. Sánchez reniega de Felipe González y es una pena porque es un hombre de Estado. Yo, sin embargo, vine a intentar mejorar el PP, también aprendiendo de sus errores para no repetirlos, pero con el respeto a los que me precedieron, y siempre en el marco de la Constitución. A la que contribuyeron, y redactaron, cuatro miembros de mi partido de los siete ponentes que tuvo. Un respeto.

–¿Cuál sería un buen resultado para el PP en las elecciones catalanas?

–En las elecciones catalanas hay dos opciones para elegir: los reformistas o rupturistas, los moderados o radicales, los demócratas o populistas.

–¿Dónde sitúa el umbral del éxito o el fracaso?

–El PP representa a la Cataluña del «seny», de la centralidad, no sólo ideológica, sino social, representamos a los catalanes que quieren convivir en paz, libertad y con progreso económico y social. A esa fuerza tranquila que el 8 de octubre de 2017 salió a la calle a decir «basta ya». Y que quiere que la Generalitat se ocupe de la sanidad, de la educación, de la seguridad y del empleo.

–El fichaje de Lorena Roldán es una zancadilla en toda regla a Ciudadanos. ¿Dónde queda el proyecto de unidad de constitucionalismo?

–Alejandro Fernández lidera la alternativa a los independentistas para recuperar la concordia constitucional y europeísta. Y también a la izquierda que no sabe gestionar, sube impuestos, despilfarra y destruye empleo.

–¿Por qué no han querido pactar con Cs en Cataluña? ¿Los naranjas son hoy una rémora para sus intereses?

–Tengo el mayor respeto a Ciudadanos y a Inés Arrimadas, y los gobiernos que compartimos están siendo muy positivos para los habitantes de esas autonomías y ayuntamientos. La decisión de concurrir en solitario a las elecciones catalanas la anunció Ciudadanos antes de que se convocaran las elecciones y yo cumplí con el compromiso que adquirí en el Congreso de Alejandro Fernández: que las decisiones que se tomaran en el PP de Cataluña se respetarían a nivel nacional.

–Muchos analistas lo ven como la prueba de que ha sometido al interés del PP la fortaleza de la unidad del voto frente al separatismo.

–Yo quiero ser presidente del Gobierno y creo que España necesita un cambio urgentemente. Y para ello soy muy consciente de la importancia de Cataluña, que va mucho más allá de estas elecciones. Por eso me estoy volcando aquí, y lo seguiré haciendo después del 14-F. Creo, sinceramente, que el PP es la única garantía para poner freno al proceso independentista y al deterioro económico y social. El PSOE pactará con los independentistas, como ha hecho siempre. Cuando oigo decir a Illa que no pactará con ERC me da la risa. Me recuerda a cuando Sánchez hablaba de que Iglesias le causaba insomnio o cuando se ofendía si le decían que pactaría con Bildu o cuando decía que iba a prohibir los referéndums ilegales, el adoctrinamiento y la propaganda en TV3, y ahora negocia los indultos y el cambio del delito de sedición a la carta. Mienten siempre.

–¿Vox entrará en el Parlamento catalán?

–El único partido de centro y derecha con representación en el Parlament es el PP, y todo indica que mejoraremos mucho nuestros resultados electorales. La fragmentación de nuestro espacio electoral sólo ha beneficiado a los nacionalistas y al conjunto de la izquierda.

–¿La ruptura con Abascal no tiene marcha atrás?

–En la moción de censura dejé claro lo que es y lo que no es el PP. Somos un partido de centro reformista y liberal, según nuestros estatutos desde el año 1989. Representamos los valores del centro derecha, la defensa de la unidad nacional, de la familia, del libre mercado, de la propiedad privada, del Estado de derecho... Sin complejos, pero con razones y moderación. No somos populistas ni radicales, ni polarizamos la sociedad ni queremos dividir a los españoles por rédito partidista. Nos gusta esta España, la del 78, la europea, la autonómica, más ahora que es el contrapeso a Sánchez e Iglesias.

–¿Vox representa al «trumpismo» en España?

–Parece evidente que Vox siempre ha defendido a Trump, incluso pedía el Premio Nobel de la Paz para él. Ni siquiera han condenado el asalto al Capitolio, que es el hecho más grave que ha pasado en los últimos tiempos de la democracia más antigua del mundo. Los extremismos se retroalimentan y cometen los mismos excesos, unos justifican el ataque violento a Washington, otros que se rodee el Congreso, el Parlament o el Parlamento de Andalucía. Ambos se instalan en el antiglobalismo, el revisionismo histórico, y usan la identidad para dividir la sociedad por género, raza, religión, ideología. Al PP no le encontrarán en esas trincheras, sino en las plazas, levantando puentes no muros.

–Para echar al Gobierno de coalición y su alianza con los independentistas, ¿pactaría con Vox?

–Reniego de la política de bloques en España. Yo no aspiro a sumar un bloque contra otro, sino a parar a Sánchez.

–Pero si le hicieran falta los escaños de Vox para sumar, ¿pactaría con ellos?

– Con un escaño más que Sánchez cambiaré este Gobierno. En mi proyecto se pueden sentir representados todos los españoles que quieran un futuro mejor para España, que deseen un cambio tranquilo, que no se resignen a esta España cainita, en blanco y negro, que pretenden consolidar los radicales de ambos lados del hemiciclo.

–No hay ninguna encuesta que le dé mayoría para gobernar sin el apoyo de Vox y de Cs. Para tener ese «escaño más» que Sánchez, necesitaría el apoyo de Vox si quiere llegar a La Moncloa. ¿Lo negociará?

–Ya no es tiempo de alianzas entre partidos, sino de pactar con los españoles en las urnas, de unirnos para ganar las elecciones, pero, sobre todo, hay que ganar las elecciones para unir a los españoles. El reto que tendremos al llegar al Gobierno no será sólo recuperar una economía devastada, sino coser las fracturas entre españoles que ha abierto este pésimo Gobierno: la territorial, la institucional, la social y la generacional.

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