Inmigración

Sánchez, del rechazo a las devoluciones en caliente a la expulsión fulminante

El presidente ha demostrado tener una postura en la oposición y otra en el Gobierno en materia de inmigración

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a su llegada ayer al Aeropuerto de Melilla
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a su llegada ayer al Aeropuerto de MelillaÁngela RíosEuropa Press

Pedro Sánchez prometió proceder a las “devoluciones inmediatas” para intentar resolver la crisis migratoria provocada por la llegada masiva de inmigrantes ilegales a la frontera con Marruecos en Ceuta. Y efectivamente lo está haciendo, pero poniendo en evidencia su política errática en materia de inmigración. Si en en 2017 quería cambiar la Ley Mordaza porque consideraba que las devoluciones en caliente eran inaceptables, tras el asalto a Ceuta, los efectivos desplegados a la Ciudad Autónoma están devolviendo de ese modo a los marroquíes, excepto a los menores de edad.

En efecto, antes de llegar a La Moncloa, Sánchez se mostró «rotundamente» en contra de lo que ahora mismo está ocurriendo en la ciudad española norteafricana, donde al menos 4.000 marroquíes habían sido expulsados ayer por la vía rápida.

A media tarde se había tramitado la devolución de unos 4.000 inmigrantes, la mitad de los cerca de 8.000 que habían accedido a Ceuta de forma irregular desde el lunes.

Aparte sus bandazos con el “Aquarius” y el “Open Arms” -o cuando se negó permiso al pesquero español “Nuestra Señora de Loreto” para desembarcar a 11 subsaharianos-, en el ámbito de la inmigración por tierra, el Ejecutivo socialista ha tomado decisiones como devolver a Marruecos decenas de asaltantes de la valla, además de entregárselos en caliente en la frontera, una práctica siempre deplorada por el PSOE cuando estaba en la oposición.

Como ejemplo, el propio Pedro Sánchez manifestaba sus intenciones en Twitter en septiembre de 2017: “Pedimos la derogación total de la Ley Mordaza y rechazamos rotundamente las devoluciones en caliente”.

Un mensaje con el que respondía a una demanda de la activista Helena Maleno, que reclamó al líder socialista que se sumara a una petición para acabar con las “devoluciones en caliente en la frontera”.

Maleno es la fundadora de la ONG Caminando Fronteras y responsable de varios avisos de las salidas de pateras desde África antes de que sean detectadas en ruta.

La activista fue expulsada de Marruecos el pasado 23 de enero. La portavoz del colectivo Caminando Fronteras acusó de hostigamiento al Ministerio del Interior y a la Policía marroquí y de haber puesto en peligro su vida y la de su hija, ya que tras su expulsión estuvo separada de ella durante 32 días.

“Aquarius” sí, “Open Arms” no

Nada más llegar a La Moncloa, Sánchez quiso presentarse ante Europa como el garante de los derechos de los miles de inmigrantes y refugiados que se lanzan al Mediterráneo. Pero no fue más que otro giro migratorio protagonizado por dos embarcaciones que tuvieron suerte dispar con el Gobierno del PSOE. Algo más de un año después de acoger al buque “Aquarius” tras llegar a La Moncloa, el Ejecutivo socialista -en ese momento en funciones- evitaba hacer gestiones en Bruselas para que el “Open Arms” pudiera atracar en algún puerto. Lejos quedaba entonces la presión de España para buscar una solución al desembarco del “Aquarius” en agosto de 2018. Entonces, el Gobierno se arrogaba el mérito de haber negociado junto a Francia para conseguir que el buque atracase en La Valeta (Malta). Y el presidente anunciaba solemne la concesión de la tarjeta sanitaria a todos los inmigrantes, con independencia de su estatus legal.