El análisis

Borrell y las vergüenzas de la UE

Las manifestaciones de nuestro paisano han provocado chanzas en las redes sociales, chanzas que encierran en muchas ocasiones verdades como puños

José Borrell, el flamante Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europa, ha demostrado las especiales características que deben adornar a quienes se dedican a esa profesión de la cosa pública o a cualquier organismo internacional. Así lo ha dejado patente con su declaración a propósito de la trágica crisis de Afganistán “los talibanes han ganado la guerra, así que tendremos que hablar con ellos para iniciar un diálogo lo antes posible...”.

Como portavoz del Gobierno de la UE, ha evidenciado las lagunas de todo este tipo de organizaciones que se dicen defensoras de la democracia y las libertades y que terminan siendo un coto cerrado para unos elegidos. Como se preguntaba mi amigo Rogelio a propósito de esa declaración, ¿no resulta más idónea una condena de un régimen que cercena y vulnera los más elementales derechos de la persona, especialmente de las mujeres en este caso? Ello puede ir acompañado de la negociación para salvar y organizar la evacuación de los damnificados.

Al hurgar en este caso de la UE, se demuestra la vulnerabilidad ética de estas entidades, donde a la cabeza terminan estando los agraciados de los distintos gobiernos que las componen, no por su competencia sino por la sumisión. En el momento que son sometidas a una auditoría, el escándalo aparece inevitable. Da igual que sea el FMI (Dominique Strauss-Kanu), la UEFA (Michel Platini), la FIFA (Josep Blatter), la OMS (caso gripe aviar-Tamiflu-Rumsfeld-Cheney, etc...

Lo cierto es que las manifestaciones de nuestro paisano Borrell han provocado chanzas en las redes sociales, chanzas que encierran en muchas ocasiones verdades como puños “los talibanes han ganado la guerra y hay que hablar con ellos. Franco también ganó la guerra y lleváis 80 años dando por donde angosta el rabel” dicho en términos menos prosaicos. Así es la vida.