Margarita Robles

Fuerzas Armadas: Servicio y Compromiso

Nuestros militares hacen posible que disfrutemos de un mundo más seguro. Son un pilar fundamental de la política exterior española

España es un gran país, comprometido y solidario, algo que todos debemos recordar en un día como hoy, en el que celebramos la Fiesta Nacional y conmemoramos nuestra historia colectiva y nuestro gran acervo cultural.

Y en este marco, nuestras Fuerzas Armadas tienen un objetivo claro: ser útiles a la sociedad a la que sirven y de la que forman parte, y así lo demuestran, cada día, con su capacidad de reacción, su agilidad y su voluntad de ayudar al ciudadano. Su vocación de servicio y su alto grado de preparación y profesionalidad les lleva a estar siempre cerca de quien lo necesita, actuando con inmediatez, generosidad, entrega y solidaridad.

A lo largo de todo este 2021, los militares han demostrado que se puede contar con ellos en los momentos más difíciles. Nos han dado un ejemplo a todos en la lucha contra la Covid-19, combatiendo un virus que, poco a poco, vamos logrando vencer con la vacunación y las medidas sanitarias.

Las Fuerzas Armadas también acudieron los primeros a socorrer a la ciudadanía tras la histórica nevada que descargó la borrasca Filomena en gran parte del territorio español y que obligó a desplegar 1.500 efectivos para retirar nieve de las carreteras y vías urbanas, así como el rescate de las personas o vehículos atrapados, principalmente en Castilla-La Mancha, Aragón y Madrid. Posteriormente, en verano, como cada año, nuestros uniformados han colaborado en la lucha contra los incendios forestales (dentro y fuera de nuestras fronteras), con el fin de combatir las desgracias humanas, la pérdida de patrimonio natural y de especies animales difíciles de recuperar.

Aún sin terminar la campaña contra el fuego, el mundo se conmocionó, prácticamente de la noche a la mañana, con la llegada a Kabul de los talibán ante la precipitada retirada de las tropas de la OTAN de Afganistán. En esta crisis humanitaria, nuestro país volvió a contar con la intervención de sus Fuerzas Armadas para, en una arriesgada misión de rescate de personas, traer a España al mayor número de colaboradores afganos posible. Fueron días interminables de llamadas y negociaciones para conseguir evacuar a más de 2.000 personas, aunque algunos de nuestros colaboradores durante tantos años se quedaron en el camino, incluso a escasos metros de las puertas del aeropuerto de Kabul.

En esta misión, los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas volvieron a demostrar, una vez más, su generosidad, entrega y humanidad. Debo reconocer que ver llegar a nuestro país a esas personas afganas, que habían dejado todo allí, sus familias, sus pertenencias y venían con una pequeña mochila para comenzar una nueva vida, y aun así, agotados por el largo viaje, se llevaban la mano al corazón y te daban las gracias, es algo que no voy a olvidar nunca.

Y ahora, desde la erupción del volcán de Cumbre Vieja el pasado día 19 de septiembre, nuestros militares se han volcado en ayudar. Primero, el Ejército de Tierra, atendiendo y dando alojamiento a personas evacuadas de sus viviendas, muchas de ellas con movilidad reducida o con necesidades especiales y, posteriormente, la UME, colaborando con las autoridades civiles canarias en la monitorización de las coladas de lava y las mediciones de la calidad del aire y de la presencia de agentes contaminantes, que realizan con sus detectores y con el Vehículo Ligero de Reconocimiento (VELIRE).

Igualmente, están trabajando, junto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en proteger y auxiliar a familias que han perdido su vivienda, su trozo de tierra o sus negocios, aportando apoyo psicológico para mitigar esos momentos tan duros, en los que personas que lo han perdido prácticamente todo tienen que decidir, en solo 15 minutos, qué salvan de sus viviendas. Una vez más, las Fuerzas Armadas están respondiendo a un problema que afecta al bienestar, la salud y la integridad de nuestros conciudadanos.

Al margen de todas estas emergencias sobrevenidas, nuestros militares que son auténticos corredores de fondo, realizan otras muchas tareas, las 24 horas al día, los siete días de la semana, tanto en las misiones permanentes como en las misiones internacionales (labores humanitarias, de apoyo, de disuasión, de pacificación en zonas en conflicto o reconstrucción) y en actividades rutinarias (salvamento marítimo, incendios o inundaciones…). Hacen posible que todos nosotros disfrutemos de un mundo más seguro en un contexto globalizado de evidentes amenazas como el que vivimos.

Además, España, con cerca de 3.000 efectivos desplegados en misiones en cuatro continentes, desarrolla una gran labor e implicación por la defensa de la paz, la libertad, la seguridad y la estabilidad internacional. Nuestras Fuerzas Armadas son un pilar fundamental de la política exterior española, demostrando que nuestro país es un aliado firme, serio y comprometido que apuesta por el multilateralismo y que constituye un referente esencial en el desarrollo de las políticas de seguridad y defensa, bajo el paraguas de la Unión Europea, en Naciones Unidas y en OTAN. Toda esta actividad de nuestros militares, dentro y fuera de nuestras fronteras, al servicio de los ciudadanos, cada vez es más apreciada por la sociedad. Por eso hoy toca felicitarles en el día de la Fiesta Nacional, pero sobre todo, agradecer el trabajo dedicado y silencioso de esos 120.000 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas que cumplen con la misión de garantizar la defensa y bienestar de sociedad. Una labor que desempeñan siempre fieles a sus valores de compromiso, solidaridad, generosidad, humanidad, entrega y servicio. Gracias por estar siempre ahí. Como ministra, me siento profundamente orgullosa de España, un gran país que hoy celebra su Fiesta Nacional, y de nuestras Fuerzas Armadas: de su humanidad y su compromiso, estoy segura de que los españoles comparten ese mismo sentimiento.