Opinión
La chirigota del megáfono
Kichi debería entender que Cádiz necesita responsables políticos sensatos, no agitadores
El alcalde de Cádiz se siente en su salsa. No hay mejor ocasión para volver a los años de arenga y lucha que con los trabajadores del metal, cortando el puente y quemando neumáticos. ¡Vamos de fiesta!, que la calle es nuestra, aunque el futuro sea más gris para la gente que de verdad se la juega en este conflicto. La bahía sobrevive sumida en un bucle desde hace más de treinta años y cada cierto tiempo, por oleadas, la lucha sindical vuelve a la actualidad y de la peor de las maneras posibles, porque es cierto que las alternativas cada vez son menores. Hay un modelo que no funciona, una pieza que no termina de integrarse en el tramado socioeconómico de la economía global que lastra el desarrollo de un espacio que de primeras tiene todas las ventajas posibles para convertirse en un polo de riqueza. ¿Qué sucede en realidad? Es complicado saberlo.
Kichi, como alcalde, sabe que la solución no va a llegar bajando a la calle y sumándose al secuestro de la ciudad que gobierna. Además es una irresponsabilidad, de nuevo, ponerse sólo del lado de una parte de los gaditanos. Sucede que su medio natural no se encuentra en la negociación y la solución de los problemas, a la vista está, si no en la comparsa lacrimógena de los padres de familia parados, en el plato de comida en la mesa y la lucha sindical de barricadas y coches ardiendo. Su última frese ha sido: “Hemos tenido que meter fuego para que Madrid nos haga caso” y se queda tan pancho porque sabe que no es capaz de aportar soluciones desde el despacho. Que es su obligación.
Mucha de la carga de trabajo que llegó a Cádiz vino de Marsella por la conflictividad laboral, lo inversores no quieren problema, buscan resultados. Lo mismo que ahora sucede en el sur. Kichi debería entender que Cádiz necesita responsables políticos sensatos, no agitadores, que consigan convertir la ciudad en un espacio realmente competitivo y donde haya alternativas reales a un sector que no termina de encontrar la estabilidad. Kichi sería muy valioso haciendo su trabajo, uniendo voluntades y mirando por el bienestar de la ciudad. Lo sabe, pero no lo dirá porque le renta más la chirigota del megáfono.
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