Generalitat
Sánchez-Aragonès: reencuentro en Barcelona tras el choque por la mesa de diálogo
Coincidirán el domingo en la cena inaugural del Mobile, a la que también asistirá el Rey tras superar la covid. ERC mantiene la amenaza de retirarle su apoyo si no la convoca
En estos momentos, los focos mediáticos se han posado sobre la tormenta del PP. Sin embargo, cuando amaine, el Gobierno y su actividad recuperarán nuevamente todo el protagonismo político y una de las cuestiones más candentes es la relación con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). Los republicanos han elevado el tono en los últimos días al ver cómo Pedro Sánchez ignora sus demandas sobre la mesa de diálogo y amenazan ya con dejar al Ejecutivo nacional sin su apoyo.
Esa actitud de ERC viene motivada porque Sánchez ha retrasado «sine die» la próxima cita de la mesa de diálogo, que, inicialmente, estaba prevista para principios del mes de enero. El Gobierno, con la legislatura encarrilada y habiendo desinflamado la crisis catalana con los indultos, tiene pocos incentivos para seguir con la agenda catalana, más allá de los contactos en la Comisión Bilateral para hacer algunos traspasos. De hecho, tiene menos aún después de ver cómo se desmorona el PP y, seguramente, haya más de un estratega en La Moncloa pensando en la posibilidad de adelantar elecciones más pronto que tarde en función de cómo vayan evolucionando las encuestas.
En todo caso, en este marco de relaciones distantes, este domingo se producirá un reencuentro en Barcelona entre Sánchez y el presidente catalán, Pere Aragonès, con motivo de la cena inaugural del Mobile World Congress. En Moncloa ya han confirmado la presencia de Sánchez y, desde la Generalitat, se da por hecha la asistencia. En el Palau no han querido confirmar la presencia de Pere Aragonés, pero tampoco la han desmentido: «El año pasado fue», apuntan con un comentario que parece asegurar la asistencia del presidente catalán al acto.
Otro de los alicientes de la noche será la presencia del Rey Felipe VI. Ayer Zarzuela confirmó que el Monarca había dado negativo y se había recuperado de la covid, por lo que retomaba su agenda, así que en principio estará presente en la gala de inauguración.
El Mobile World Congress atraerá toda la intención de la industria de las telecomunicaciones y la industria inalámbrica abrirá el día 28 sus puertas después de un año cerrado y otro víctima de las restricciones. La edición de este año, si bien mantendrá las medidas sanitarias y de higiene y controlará los aforos, estará de nuevo abierta al público. El evento, que finalizará el 3 de marzo, espera la visita de entre 40.000 y 60.000 personas –lejos de las 100.000 de antes de la pandemia–, se crearán 6700 empleos temporales y espera tener un impacto económico de 240 millones.
Estas cifras no representan el 100% del Mobile, pero este evento internacional, que contará con unos 1.500 exhibidores procedentes de 150 países repartidos en 8 pabellones, ha dejado desde que llegó a Barcelona en el año 2006 unas cifras que envidia más de una ciudad: 5.300 millones de euros de impacto económico y más de 141.000 empleos temporales, amén de la atracción de inversión internacional en empresas tecnológicas que son avanzadas en I+D.
Con la llegada de la pandemia, el Mobile estuvo a punto de perderse y solo gracias a un pacto entre las administraciones y el mundo empresarial, el congreso recuperó el pulso. El año pasado coincidieron en la inauguración del Mobile el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el Rey Felipe, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Tanto en la inauguración oficial como en la cena de la noche anterior que preside el Monarca, aunque siempre con gestos distantes con la Corona, pero lejos de los desplantes de años anteriores.
Cataluña ha perdido en este año, aún más, su ímpetu económico, recibiendo mucha menos inversión que Madrid, y ha rechazado inversiones millonarias –aeropuerto de Barcelona–, está poniendo en tela de juicio la candidatura de los Juegos Olímpicos, el Hermitage se ha ido y bloquea la apertura de nuevos hoteles que han llevado a algunos cinco estrellas a abrir sus puertas en Madrid.
Las instituciones cerrarán filas y unirán esfuerzos para seguir trabajando por la celebración del Mobile en Barcelona en los próximos años. En la edición de este año, los visitantes no tendrán que padecer huelga de autobuses, metro y taxi, por lo que se garantizará la movilidad por la ciudad, a pesar de las trabas que Ada Colau está poniendo al coche. Su gran inversión este año en la ciudad supera los 52 millones de euros para instalar islas peatonales en el Eixample barcelonés, lo que con seguridad convertirá en un calvario el tráfico. Y el Mobile no se salvará aunque las obras no hayan empezado.
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