Análisis

La Casa Real española, entre las más austeras de Europa

Solo Suecia recibe una menor asignación que la familia española. La familia real de Luxemburgo es de la más ricas de Europa

El Patrimonio de las monarquías europeas
El Patrimonio de las monarquías europeasMiguel roselló

Tras la histórica decisión del Rey Felipe VI de publicar su patrimonio por primera vez, ayer el Consejo de Ministros aprobó un decreto con medidas de transparencia, rendición de cuentas, eficacia y ejemplaridad sobre la Corona, asegurando que las cuentas de la Casa Real serán auditadas por el Tribunal de Cuentas. Esta decisión es consecuencia de la demanda de la sociedad ya que los ciudadanos reclaman conocer a qué se destinan sus impuestos. De hecho, las monarquías en el siglo XXI se están ajustando el cinturón y controlando sus gastos conscientes de que un sector de la sociedad es muy crítico con esta Institución a la que ven anacrónica.

Un punto de inflexión lo marcó la crisis financiera cuando muchas de ellas, en consonancia con las administraciones públicas, se bajaron o congelaron sus asignaciones. Sin embargo, existen abismales diferencias entre lo que perciben unas y otras, así como el patrimonio que atesoran.

Si analizamos las partida presupuestarias que reciben las principales casas reales europeas, la española es la segunda con menor presupuesto. Felipe VI y su familia recibieron 8,4 millones de euros en 2022. Suecia es el único país que está por debajo de esta cantidad, ya que dedicaron 6,7 millones de euros anuales a la corona. En el lado opuesto, Reino Unido, cuya monarquía puede considerarse una de las más populares a nivel mundial, es la que más cuantía percibió, en torno a los 105 millones de euros.

Hay que mencionar que esta partida, a diferencia del resto de monarquías europeas, no proviene solamente del erario público sino que se obtiene a través de tres fuentes: la subvención soberana (Sovereign Grant, en inglés) —la partida de dinero que el Gobierno de Reino Unido destina a la reina—, la hacienda del Ducado de Lancaster y las propiedades e inversiones personales de Isabel II. Si a través del comunicado del lunes de la Casa Real española supimos que Don Felipe cumple con Hacienda, también hay que señalar que no todas están obligadas a pagar impuestos.

Es el caso de la residente en el palacio de Buckingham, empezó a pagarlos de manera voluntaria en 1993. La casa real monegasca recibió unos 48 millones de euros en 2020, según el presupuesto oficial del Principado y le sigue la holandesa con unos 43 millones de euros anuales en 2019, de los cuales 1,4 fueron para los reyes y 1,1 millones para los príncipes herederos. En cuanto al Gran Ducado de Luxemburgo recibió 17,5 millones de euros de los contribuyentes el año pasado. La familia real danesa, encabezada por la Reina Margarita II, contó con una asignación de 12 millones de euros.

En cuanto al patrimonio de las monarquías europeas, hay una que sobresale sobre el resto. Se trata de la familia real de Liechtenstein que puede presumir de ser la más rica del continente. Según el ranking elaborado por la prestigiosa revista «Forbes», su fortuna ascendería a 4.675 millones de euros. Cuentan con un banco privado el LGT Bank, numerosas inversiones y la posesión de cuantiosos valores en cartera. Además, no pagan impuestos. Le sigue la de Dinamarca, que según algunas fuentes, la fortuna personal de Margarita II rondaría los 2.000 millones de euros. No en vano, se trata de la dinastía más longeva de Europa y su riqueza la ha ido acumulando durante siglos. El patrimonio de la gran familia Ducal de Luxemburgo es también es de los más grandes.

Las investigaciones lo cifran entre los 1.500 y 3.500 millones de euros que señala «Business Insider», por lo que también estaría en el «top tres» de las Casas Reales más ricas de Europa. Son muy pocas las que han publicado su patrimonio, las cifras incluidas en el análisis provienen de investigaciones periodística. Así «The Times» cifra en unos 434 millones de euros el patrimonio de Isabel II. El Rey Felipe VI anunció que su patrimonio, formado por depósitos en cuentas corrientes e inversiones en arte y joyas– es de 2,5 millones, lo que le sitúa a la cola, en la línea de la familia real de Noruega.