Primeras horas

Miles de personas cruzan las fronteras de Ceuta y Melilla tras la reapertura

Después de dos años cerradas, españoles y marroquíes celebran la vuelta a la normalidad. «Hay muy pocos policías», se quejan

Varios guardias civiles, poco antes de reabrir la frontera de Melilla
Varios guardias civiles, poco antes de reabrir la frontera de MelillaÓscar Giménez BarriosEuropa Press

Había ganas de cruzar en el ambiente. A pesar de que en la etapa inicial de reapertura sólo pueden acceder a territorio español ciudadanos con pasaporte de la UE y autorizados a circular en el espacio Schengen, el goteo de personas y vehículos ha sido continuo. Habían pasado dos años, dos meses y dos días de fronteras terrestres entre Marruecos y Ceuta y Melilla clausuradas. Primero, por razones vinculadas a la pandemia y, después, por el enfado marroquí con el Gobierno de España, que solo la carta que el presidente Sánchez remitió al rey Mohamed VI en apoyo al plan autonómico para el Sáhara permitió superar.

Había tantas ganas que algunos, como Bilal, salieron de casa a medianoche a bordo de su moto apenas para disfrutar de la gozosa sensación de dar una vuelta por Fnideq –Castillejos para los españoles y para muchos marroquíes de la región– y regresar a casa en Ceuta. «He venido a ver mi tierra, porque esta es también mi tierra, pero me vuelvo que mi mujer y mis niñas me están esperando para dormir en Ceuta». Otros, como la joven ceutí Fatema aprovechaba la mañana de ayer para acudir al abogado en esta localidad fronteriza de casi 80.000 habitantes –casi los mismos que Ceuta– más de dos años después.

Según datos de la Delegación del Gobierno en Ceuta, un total de 1.945 personas y 702 vehículos entraron y salieron de Ceuta a través del Tarajal desde la medianoche y las 12:30 del martes (en Melilla fueron 1.656 y 530, respectivamente) En la tarde se formaron ya las primeras colas de personas y vehículos, que aguantaron estoicamente al sol. «No puede ser que después de dos años no hayan previsto el dispositivo, hay muy pocos policías tanto en el tramo español como en el marroquí», se quejaba Rachid, un joven ceutí. Los pasajeros transitan sin equipaje, no hay rastro de los tradicionales fardos, por lo que casi no es necesario el escáner.

«Nos ha hecho mucho daño el cierre aquí en Ceuta. Yo he perdido en algunos momentos el 70% de mi clientela. Yo, personalmente, estoy muy contento de ver que la vida ha vuelto a la frontera. Si puedo, voy a ir este fin de semana a Tetuán a ver a mis tíos y abuelos, que hace más de dos años y medio que no los veo», explicaba a LA RAZÓN Mohamed, un joven taxista caballa en los aledaños de la playa del Tarajal, escenario hace un año de la entrada de diez millares de muchachos gracias a la inhibición de las fuerzas de seguridad marroquíes. La animación fronteriza ha regresado a esta parte de Ceuta, como del lado marroquí de la divisoria ya han comenzado a concentrarse los «grand taxi» –el popular transporte colectivo de los marroquíes– conscientes de que el negocio ha comenzado. Aunque la tarde del lunes es apacible en Castillejos, los barrios aledaños a Bab Sebta congregaron hasta altas horas de la madrugada a decenas de adolescentes sin duda curiosos ante las noticias de la reapertura fronteriza.

Entretanto, lejos del recuperado trasiego en El Tarajal, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, visitó ayer la ciudad y afeó al Gobierno «la falta de previsión» en la reapertura de la frontera ceutí. Mientras tanto, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, apuntó que la frontera inteligente es una realidad y cuenta ya con todos los medios. Lo cierto es que las obras de renovación de la frontera del Tarajal, que habían empezado en 2019, no han concluido a pesar de que las autoridades españolas han contado con los dos años de cierre para rematarlas. Desde Melilla, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero tranquilizó a los melillenses al señalar que la soberanía de la ciudad autónoma no está en peligro.

Casi todo está por escribir en lo referente a la naturaleza futura de esta frontera del Tarajal y de la de Beni Enzar, con unas relaciones aparentemente viviendo una nueva luna de miel pero siempre precarias. El próximo hito será el día 31 de este mes, cuando podrán empezar a transitar sendos pasos los trabajadores transfronterizos con la documentación en vigor, aunque el colectivo a día de hoy no alcance ni las 300 personas. En estas últimas horas, con todo, la alegría ha llegado a los rostros de centenares de personas de personas de aquí y de allá, de gentes de frontera e identidades y lealtades mestizas. No es poco para cómo están las cosas.