Elecciones

El Gobierno en solitario del PP depende de una abstención inferior al 39 por ciento

Las mujeres y los mayores de 44 años decidirán el resultado electoral

Juanma Moreno, y su mujer, Manuela Villena, pasean a su perro por la Senda Litoral de Málaga, este sábado
Juanma Moreno, y su mujer, Manuela Villena, pasean a su perro por la Senda Litoral de Málaga, este sábadoÁlvaro CabreraAgencia EFE

El resultado electoral de este domingo en Andalucía estará muy condicionado por la participación, que, a su vez, puede estar marcada por la ola de calor. El voto por correo se ha duplicado con respecto a las últimas elecciones autonómicas, lo que los partidos interpretan como una señal de que son muchos los andaluces que han decidido ejercer su derecho a voto por esta vía para poder disfrutar del fin de semana en la playa. Solo en tres ocasiones anteriores los andaluces ha votando en junio, fue en 1986, en 1990 y en 1994. El verano se ha evitado en las otras ocho elecciones autonómicas celebradas. El PP llega hoy a las urnas con la preocupación de que un exceso de confianza del electorado, por las buenas previsiones demoscópicas, rebaje la mayoría que necesitan para gobernar en solitario. Vox teme el “pinchazo”. Y el PSOE y la izquierda, el alcance del batacazo. En el caso socialista, con posible repercusión a nivel nacional.

La abstención ya perjudicó a la izquierda en 2018, cuando fue la más elevada en los últimos 22 años, y, junto con la de 1990, la más alta de la serie histórica. En aquellas elecciones las izquierdas cosecharon su peor resultado. En esta ocasión, el centro derecha llega a estos comicios mucho más movilizado, con un crecimiento de 420.000 votantes frente a unas izquierdas que no acaban de recuperar los 679.000 votos perdidos en 2018. Tan solo recuperarían hoy 73.000 votos .

Si se registra una abstención de entre el 37-38 por ciento, el centro-derecha mantendrá su ventaja actual. Pero si crece al 39-40 por ciento, empezará a reducir sus expectativas, aunque se mantenga en resultados ligeramente mejores a los de 2018. Sí perdería todo lo recuperado si nos encontramos al cierre de las urnas con tasas de abstención entre el 41 por ciento y el 43 por ciento, ya que entonces nos iríamos a un escenario similar al de 2018, aunque con un PP que se impondría al PSOE y junto con Vox podría alcanzar la mayoría.

Andalucía es un mosaico sociológico, no solo por las diferencias objetivas entre las ocho provincias, sino también por el componente social diverso. La comunidad cuenta con 6,6 millones de electores, de los cuales el 96 por ciento reside en Andalucía (6.378.398) y el restante 4 por ciento en el extranjero (263.430). Entre los residentes, la intención de voto es del 65,9 por ciento, es decir, alrededor de 4,2 millones de votantes. Mientras que desde el extranjero se han tramitado tan solo 11.000 solicitudes de voto, según el análisis realizado por NC Report.

Las mujeres representan el 51,3 por ciento del censo y los hombres el 48,7 por ciento, pero la intención de participar aumenta más el peso de las mujeres, pues el 65 por ciento de ellas se inclina por hacerlo frente al 61,7 por ciento de los hombres. Es decir, el 56,2 por ciento de las papeletas serán femeninas, frente al 43,8 por ciento que serán masculinas. La diferencia es notoria.

En cuanto a la composición por edades del censo, el 41,8 por ciento son menores de 45 años (2,8 millones) y el 58,2 por ciento son mayores de 44 años (3,8 millones). Pero la participación de estos dos grandes grupos de edad es muy diferente y ahonda la brecha. Cuando se abran las urnas, solo contendrán alrededor de un 37,7 por ciento de voto menor de 45 años (1,6 millones), frente al 62,3 por ciento de los mayores de 44 años (2,6 millones).

Por otra parte, la distribución de los electores por tamaño de hábitat es muy equilibrada entre los municipios de menos de 50.000 habitantes y los mayores de 50.000 habitantes: en los primeros están censados el 49,7 por ciento de los electores (3,3 millones), y en los segundos, el 50,3 por ciento (3,3 millones).

Pero la participación es algo mayor en los de mayor entidad, siendo del 64,9 por ciento frente al 61,9 por ciento que se registra en los más pequeños. Hoy habrá 2,2 millones de votos de los núcleos de mayor población por 2 millones de los menores. Un 51,5 por ciento de voto urbano frente al 48,5 por ciento del resto. El mundo urbano acabará inclinando la balanza a su favor.

En cuanto a la estructura ocupacional, más de la mitad de los electores trabajan, por cuenta propia o ajena. Son el 51,8 por ciento del censo (3,4 millones). Les sigue, en tamaño, el grupo de pensionistas, que representan el 23,9 por ciento del censo (1,6 millones), y, en tercer lugar, se sitúan los parados, el 12,9 por ciento del censo (0,6 millones).

Las provincias también constituyen un elemento que determinarán el resultado final, ya que las que más escaños aportan son Sevilla (18), Málaga (17) y Cádiz (15), con un total de 50 de los 109 escaños. Estas tres llevarán a las urnas 2,4 millones de votantes. Las otras cinco provincias cuentan con 59 diputados., con entre 11 y 13 parlamentarios cada una. Su aporte en votos reales es de 2 millones de votantes.