Inmigración
La relación con Marruecos no frena las llegadas en Ceuta y Melilla
Las entradas irregulares de migrantes por vía terrestre se incrementan en los primeros nueve meses del año un 23,6%
Cierto es que un episodio de la magnitud del registrado entre los días 17 y 19 de mayo de 2021 en la frontera ceutí del Tarajal, cuando 10.000 jóvenes magrebíes y subsaharianos lograban acceder en la ciudad autónoma española gracias a la inhibición de las fuerzas de seguridad marroquíes no ha vuelto a repetirse, la flamante nueva etapa en las relaciones entre el Gobierno de Pedro Sánchez y Rabat no ha logrado rebajar la presión migratoria en las fronteras de Ceuta y Melilla en los últimos meses.
Con los últimos datos del informe quincenal del Ministerio del Interior español sobre inmigración irregular, las llegadas de migrantes por vía terrestre –que incluyen las entradas por los espigones del Tarajal y Beni Enzar, en Ceuta y Melilla respectivamente- se han incrementado un 23,6% -haciendo un total de 1.969 entradas- desde el comienzo de año hasta el 30 de septiembre pasado respecto al mismo período del año anterior.
En Ceuta, el aumento interanual de entradas ha sido del 42,2% por vía terrestre, aunque por la marítima se ha producido el fenómeno contrario: una caída del 84,6% en los primeros nueve meses del año. Por lo que respecta a Melilla, por vía terrestre las llegadas irregulares han marcado un aumento del 13,1% desde el primer día del año hasta el pasado 30 de septiembre respecto al mismo período en 2021. El dato más llamativo del último informe de Interior es, sin duda, de la entrada de migrantes por vía marítima: un 2.850,0% más.
Con todo, el de las últimas semanas y mayor parte del año ha sido un lento aunque incesante goteo de entradas en suelo español. No se han producido en los últimos tres meses tentativas masivas de salto de la estructura fronteriza como los registrados en la primavera pasada.
El mayor de todos ellos se produjo el pasado 24 de junio, cuando más de 1.500 jóvenes subsaharianos trataron de superar la valla a través del paso de Barrio Chino. La intervención de las fuerzas marroquíes, que impidió el éxito de la tentativa, acabó en tragedia: 23 muertos según el balance oficial de Rabat y decenas de heridos, entre ellos también agentes de las fuerzas marroquíes y guardias civiles.
La mejora de las relaciones bilaterales entre las dos administraciones a raíz del apoyo del presidente del Gobierno al plan de autonomía marroquí para el Sáhara está teniendo un reflejo, por lo que a hechos se refiere, desigual para los intereses españoles al superarse los seis meses desde que los dos gobiernos firmaran en Rabat la declaración conjunta titulada Nueva etapa del partenariado entre España y Marruecos; hoja de ruta de la “ambiciosa” e “inédita” nueva etapa en las relaciones.
Entre las cuestiones por resolver destacan dos: la normalización de las nuevas fronteras de Ceuta y Melilla y la delimitación de los espacios marítimos de los dos países en aguas atlánticas. El impasse se vio inesperadamente sacudido este jueves al conocerse el contenido de una carta remitida por Rabat al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en relación con la tragedia del 24 de junio en Nador. En ella las autoridades del país magrebí aseguran que España y Marruecos no “cuentan con fronteras terrestres” y que “Melilla sigue siendo un presidio ocupado”. El Gobierno de Sánchez ha optado por restar importancia a las afirmaciones de Marruecos, al que el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska ha llamado socio “leal y fraternal”.
En el ámbito migratorio, donde hasta ahora la cooperación bilateral ofrece un balance más favorable, el análisis debe detenerse por zonas y delimitación temporal. Globalmente, la llegada de inmigrantes entre julio y septiembre cayó un 41,25% en relación con el mismo período en 2021. Mientras en la ruta del Estrecho la presión se ha rebajado considerablemente, no ha sido el caso de Canarias y Ceuta y Melilla. De la misma manera, la ruta argelina de la migración, en plena indisposición de las relaciones con Argel, se ha consolidado en este 2022.
Los expertos auguran que el deterioro como consecuencia de la crisis económica internacional de las condiciones de vida en Marruecos, al igual que en los países del África subsahariana emisores de migrantes, seguirá empujando a centenares de jóvenes a tratar de franquear las vallas de las ciudades autónomas.
Interrogantes en la frontera
Entretanto, el Gobierno de España prosigue las obras de modernización de los pasos del Beni Enzar y el Tarajal, que el Gobierno quiere convertirlos en fronteras inteligentes. El Consejo de Ministros aprobaba el pasado martes la contratación de las obras para instalar el sistema de entradas y salidas EES en sendas fronteras, en el caso de la melillense con un coste de 10 millones de euros y de 6,8 millones en el de la ceutí.
La puesta en funcionamiento de estos sistemas de entradas y salidas automatizados forman parte de las obras para la conversión de los pasos en “fronteras inteligentes”. El sistema Entry/Exit/System se instala en aplicación de los reglamentos de la Unión Europeaque regulan los pasos fronterizos Schengen.
En todo caso, muchos son los interrogantes planteados sobre cómo será el funcionamiento de las dos fronteras en los próximos meses y años. Si el plazo anunciado por el ministro de Exteriores José Manuel Albares en LA RAZÓN el pasado 25 de septiembre, el próximo enero habrán de ver la luz las nuevas aduanas comerciales en la frontera de Ceuta y Melilla con Marruecos, aunque se desconocen aún las características y dimensiones de las mismas.
No es el único interrogante que sigue planteado respecto al futuro de las fronteras de las ciudades. En relación a la excepción Schengen, en la práctica suprimida desde la reapertura de fronteras el pasado 17 de mayo, el ánimo en las dos ciudades es que el Gobierno central ponga fin definitivamente a la misma, como recientemente reiteraba el presidente ceutí Juan Jesús Vivas. Recordemos que la citada excepción permitía la entrada en Ceuta y Melilla a los ciudadanos marroquíes residentes en las provincias limítrofes, Tetuán y Nador respectivamente, sin necesidad de presentar visado.
Ninguna información ha trascendido sobre las intenciones del Gobierno respecto de la propuesta, apoyada por ambas administraciones locales, de ingreso de Ceuta y Melilla en la Unión Aduanera como tampoco de la solicitud para las dos ciudades del estatuto de regiones ultraperiféricas de la Unión Europea. De igual manera se desconoce cuándo se presentarán los respectivos Planes Integrales para Ceuta y Melilla que prometió para finales de junio pasado.
Lo cierto es que, aunque sin el reconocimiento explícito por parte de Marruecos, la homologación de la tecnología en el Tarajal y Beni Enzar a las exigencias comunitarias para las fronteras Schengen, la creación de las aduanas comerciales y la exigencia de visados suponen de facto un reconocimiento de la españolidad y europeidad de las ciudades autónomas por parte de Marruecos.
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