Moncloa tilda de “gravedad máxima” la decisión del TC

La decisión del Tribunal Constitucional de paralizar la votación del Senado sobre la reforma del Código Penal para modificar la fórmula de elección de los miembros del CGPJ, era un escenario que no se contemplaba en Moncloa, que confiaba en que el Alto Tribunal resolviese en contra de los recursos del PP. La decisión se acatará, como todas las decisiones judiciales, aunque no sea compartida en el Gobierno ni en el fondo ni en la forma. Desde Moncloa se reaccionó pasada la media noche de inmediato tildando de “gravedad máxima” lo ocurrido anoche. Aún así, el Ejecutivo prometió “lealtad institucional”, –es decir acatar la decisión–aunque se critica que el Poder Judicial haya paralizado “la tramitación de una ley”.

En el Ejecutivo asombra el tiempo “inusualmente breve” con el que el Constitucional ha resuelto los recursos. Fue el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, quien compareció en Moncloa y censuró que los magistrados tomasen la decisión en cinco días así como por haber zanjado el debate con “la mayoría más exigua de seis votos contra cinco”. Así, Bolaños criticó que el TC haya detenido “la acción legislativa de los representantes legítimos del pueblo español” y destacó que no ha sucedido nunca. Además, recordó que la ley “no confiere” al Constitucional la posibilidad de paralizar la actuación de las Cortes Generales, incidiendo que ello se derogó en 1985 para “evitar que se pudiera impedir a los parlamentarios debatir y aprobar asuntos. Lo que se pretendía evitar, justo ha ocurrido hoy”, lamentó.

Además, el Gobierno achaca al PP la situación derivada. «Con sus recursos judiciales, el PP quiere controlar el Parlamento cuando es mayoría y cuando no lo es. Decidir qué se aprueba y qué no se aprueba”, clarificó Bolaños. En el Ejecutivo se teme que se haya “abierto la puerta” sin saber a dónde “conducirá” a este tipo de actuaciones. “El principal partido de la oposición ha recurrido siempre ante el Tribunal Constitucional todos los avances de la sociedad española”.

En Moncloa, a pesar de marcar un discurso pesimista, buscan trasladar un mensaje de calma. “La democracia y la Constitución, siempre se abrirán camino”, sentencian. Así, aseguran que el Ejecutivo actuarán “siempre en el marco de la ley y de la Constitución” frente “a los que han decidido rebasar todos los límites”.