Cataluña

Ahora es la hora: el choque de trenes ya está aquí

Gabriel avisó de que una inhabilitación sería «un punto de no retorno»
Gabriel avisó de que una inhabilitación sería «un punto de no retorno»larazon

Sin sorpresas. Así fue la resolución que tomó el Constitucional de suspender la resolución independentista que aprobó la pasada semana el Parlamento de Cataluña. Una resolución que se aprobó haciendo caso omiso a una anterior resolución del Alto Tribunal. la providencia se comunicará a la Mesa del Parlament, Gobierno de la Generalitat y al secretario general del Parlament, Pere Sol, el único funcionario.

La pregunta es: ¿Sirve para algo esta suspensión? ¿Se acatarán sus términos? La respuesta es claramente «no». No hay ningún atisbo, sensato, que haga prever un cambio de actitud. Más bien al contrario. La mayoría del Parlament que aprobó el proceso de desconexión es plenamente consciente de que esta aprobación es el inicio del pulso al Estado. Además, una lectura rápida del texto ya anuncia como «leitmotiv el desacato a los tribunales reconociendo como única legitimidad la del propio Parlament. En la misma línea, ni más ni menos, que la resolución del 9 de noviembre de 2015 que marcó los plazos para la desconexión de Cataluña. El independentismo está convencido, como dice la letra de Els Segadors, el himno nacional catalán, de que «Ara és l’hora» (ahora es la hora) de forzar el pulso final con el Estado. No hay vuelta atrás. Es más, cualquier actuación del TC será enarbolada como un ataque a la democracia y al pueblo de Cataluña. Si además son inhabilitados algunos líderes, miel sobre hojuelas. Con estos argumentos bien aliñados, el soberanismo lanza su mensaje: España no respeta las «decisiones democráticas» del Parlament y el único camino posible es «irnos de España». Como dice la CUP, la mano que mece la cuna, por boca de su líder, Anna Gabriel, «por las libertades, avancemos sin miedo. Que ningún tribunal nos haga callar».

Si alguien tiene la más mínima esperanza de que la resolución del Constitucional sea acatada por el mundo independentista está equivocado. Es más, la decisición del Alto Tribunal, que todavía no ha entrado en materia porque ha suspendido la resolución por el mero hecho de admitir a trámite el recurso del Ejecutivo, será utilizada como leña para avivar el fuego de la secesión en las semanas previas al 11 de septiembre, con el objetivo de volver a realizar una demostración de fuerza en la calle. Cuando el tribunal entre en materia, será el momento que espera el independentismo, porque no tienen ninguna intención de «impedir y paralizar cualquier iniciativa que suponga ignorar o eludir la suspensión». El choque de trenes ya está aquí.