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Feminismo

Ana Redondo encara el 25-N en sus horas más bajas, cuestionada por su "actitud pasiva" y errores

La ministra de Igualdad cuenta con amplios rechazos en el feminismo, incluso dentro del PSOE, y la oposición.

Ana Redondo presenta la campaña para el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres Jesús Hellín EUROPAPRESS

Cuando Pedro Sánchez pensó en Ana Redondo como ministra de Igualdad, se fijó en una mujer con más gestión que ideología a sus espaldas, de extrarradio y desconocida para la mayoría de las feministas, con la intención de que sirviera para rebajar los decibelios que la cartera había acumulado en la etapa de su antecesora, Irene Montero. El pasado viernes se cumplieron dos años desde su nombramiento y es cierto que no tiene a las feministas tan enfrentadas entre sí como, por ejemplo, lo estaban durante la tramitación de la Ley Trans. Sin embargo, esto no se debe a que su figura genere grandes consensos, sino por falta de acción.

Para muchas feministas, también del PSOE, la ministra Redondo acusa ya un serio desgaste, encadenando polémica tras polémica, y llega a este 25-N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en horas muy bajas.

"Llega igual de cuestionada que lleva toda la legislatura", asegura una feminista de largo recorrido en el PSOE, descontenta con la labor de la ministra. "Ha sido reprobada tanto por el PP como por los partidos de izquierdas y las feministas debido a su poca capacidad de gestión y la tardanza en llevar adelante leyes prometidas como la de la abolición de la prostitución", añade.

Esta ley, la de la abolición de la prostitución, es un reclamo desde hace años dentro del PSOE y fue anunciada por Redondo en verano. Buscaba atajar la crisis desatada tras ver en los informes de la UCO cómo José Luis Ábalos y Koldo García hablaban de repartirse prostitutas como si fueran cromos. La ministra dijo entonces que la llevaría al Consejo de Ministros en septiembre, pero desde entonces no se ha sabido nada nuevo sobre la ley y ni siquiera se está negociando con Sumar, el socio de coalición. Si en ese momento ya molestó a algunas feministas que usara la ley abolicionista como cortina de humo para retener el voto femenino, ahora molesta todavía más que no se haya movido ni un ápice en esa dirección.

"Sigue siendo cuestionada por las feministas por su actitud pasiva ante las reivindicaciones históricas, mientras su presencia y complicidad con el movimiento LGTBI distrae de lo importante", añade la fuente del PSOE.

El descontento, sin embargo, no se ciñe a una cuestión tan ideológica y poliédrica como una ley para abolir la prostitución. Redondo también levanta ampollas en cuestiones técnicas. La semana pasada, este diario ya alertó de cómo entidades como la asociación Femes o la Fundación Mujeres planeaban presentar alegaciones a un real decreto de Igualdad porque, consideraban, podría poner en riesgo el Instituto de las Mujeres.

Fue durante la elaboración del estatuto de la Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato. Las feministas detectaron que el texto le atribuía funciones del Instituto de las Mujeres y que estaba "desmantelando" la entidad. La plataforma HUB Feminista, que busca generar una red para que las distintas asociaciones puedan incidir en las políticas públicas, llegó a difundir un manual sobre cómo enmendar el texto de Igualdad y circuló por numerosos grupos de WhatsApp, pidiendo presentar alegaciones para no poner "en riesgo" el Instituto.

Todas estas cuestiones están afectando a Redondo sólo en clave interna, dentro del propio feminismo. Si se mira de puertas hacia afuera, la situación adquiere mayor gravedad porque está constantemente dando gasolina a la oposición para desgastar al Gobierno. El fallo en las pulseras de Igualdad es el perfecto ejemplo de ello. No sólo se conoció, a través de la Fiscalía, que el sistema se había caído durante meses, sino que el pasado mes de noviembre volvió a caer el sistema.

A pesar de ello, todavía no se ha asumido ningún tipo de responsabilidad por los fallos y no se conoce exactamente cuántas mujeres han sido afectadas en las dos ocasiones. Tampoco se ha sacado a concurso público la licitación para contratar un nuevo sistema, que Redondo dijo que sería "pronto". El actual, además de los fallos, caduca en mayo de 2026 y tiene que ser renovado, pero no se está aportando luz sobre este proceso. Y con todo este contexto de fondo, Redondo compareció la semana pasada en el Congreso de los Diputados y dijo que no se podía comprometer a que el sistema no volviera a fallar.