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Bárcenas reconoce ante el juez que no tiene forma de probar los pagos en B

Imagen del monitor de la sala de prensa que muestra a la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal
Imagen del monitor de la sala de prensa que muestra a la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedallarazon

Los juzgados de Toledo acogieron ayer la vista del juicio por la demanda civil de protección al honor que la secretaria general del Partido Popular (PP), María Dolores de Cospedal, interpuso contra el ex tesorero de la formación Luis Bárcenas y contra el diario «El País» cuando aparecieron los famosos «papeles». Más allá del fondo del asunto, el morbo de la jornada residía en ver cómo se desenvolverían ambos en su primer cara a cara judicial.

Vestida con un traje gris y una chaqueta blanca, la presidenta de Castilla-La Mancha llegó a los juzgados a las 9:45 horas, poco antes de que arrancase la vista. Ya en la sala se sentó en primer fila y, desde ahí, no sólo respondió a todas las preguntas que le formularon, sino que también escuchó los argumentos de Bárcenas, que compareció por videoconferencia desde la cárcel de Soto del Real (Madrid) –donde permanece ingresado desde finales de junio–. Enfundado en un impecable traje gris oscuro y aparentemente sereno, el ex tesorero del PP asumió de nuevo la autoría de la supuesta contabilidad B de la formación. «La autoría de esos papeles es de Álvaro Lapuerta y mía. En cuanto a la ejecución digamos material, mía, y en cuanto al visado que acompaña a toda esa documentación, del tesorero hasta junio de 2008, que era don Álvaro Lapuerta Quintero, y mía. Eso es así, la autoría es nuestra, pero la filtación al diario "El País", que es el objeto de esta demanda, no es una filtración de Luis Bárcenas, sino del señor Trías», aseguró.

De acuerdo con Bárcenas, «las entregas que figuran ahí se le realizaban directamente a las personas que percibían el dinero». Eso sí, también pareció reconocer que no tiene manera alguna de demostrar que esos supuestos pagos se produjeron de verdad: «En las entregas de dinero negro no hay testigos, normalmente».

Consciente quizá de que para muchos no es más que su palabra, el ex tesorero del PP incidió en que él mismo había apuntado los presuntos pagos a la secretaria general del partido, que, según él, fueron en línea con lo que se daba a los anteriores secretarios generales –Ángel Acebes, Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas– para «compensar el nivel retributivo». «Esas dos anotaciones manuscritas están hechas por mi mano y es mi mano la que entrega el sobre a la señora De Cospedal con esas cantidades», explicó Bárcenas, justo antes de detallar que las supuestas entregas se habrían producido en la sede del PP y en el Senado.

Lejos de rehuir la cuestión, la «número dos» de los populares volvió a afirmar que nunca ha cobrado sobresueldos: «No cobré nada ni en julio ni en octubre de 2008, ni los otros pagos a los que se ha referido el demandado». En palabras de Cospedal, que también recalcó que no le constaba que ninguno de sus predecesores hubiese percibido suma alguna en negro, las afirmaciones de Bárcenas «son radicalmente falsas».

Asimismo, el ex tesorero y la presidenta castellano-manchecha dieron de nuevo dos versiones muy distintas sobre la salida del primero del PP. De acuerdo con Cospedal, ésta se produjo en el verano de 2009 y, en octubre de ese año, ella misma revocó los poderes del tesorero. En contraste, Bárcenas sostuvo que él nunca fue cesado de su puesto y que no fue hasta marzo de 2010 cuando habló con el presidente del PP, Mariano Rajoy, y motu proprio tomó la decisión de abandonar. «No hay ninguna petición de que lo deje ni nada por el estilo. Creo que ha llegado el momento en el que, por la presión mediática a la que estoy sometido, ya no me compensa... y tomo la decisión de dejar la Tesorería y, una semana después o diez días después, mi puesto en el Senado», aseveró.

A pesar de que ayer todos los focos apuntaban a Cospedal y Bárcenas, no fueron los únicos que intervinieron en la vista. También lo hicieron, en condición de testigos, el ex diputado del PP Javier Trías, que negó haber filtrado los «papeles», y el director del periódico «El País», Javier Moreno. Tras las cuatro declaraciones y tras el testimonio de un perito –que atribuyó la letra de los «papeles» a Bárcenas–, los abogados de las partes expusieron sus conclusiones. El abogado de la secretaria general del PP –que antes había retirado la demanda contra «El País» porque Bárcenas había asumido la autoría de los «papeles»– hizo hincapié en que el ex tesorero es «quien tiene que probar que lo que dice es verdad». Así, destacó que éste «no tiene ningún recibí ni ningún documento que pruebe que entregó la cantidades a Cospedal». «Tan sólo cuenta con su declaración, que no vale nada», añadió, antes de revelar que la demanda interpuesta no busca sacar dinero, sino «poner las cosas en su sitio». Por su parte, el letrado que defiende a Bárcenas, Javier Gómez de Liaño, fue tajante y tildó de «hechos inciertos, falsos o imaginados» que la presunta contabilidad paralela del PP sea «falsa» porque está claro que «es veraz». En su opinión, resulta probado que los apuntes «no se hicieron en un solo día» y, que cada uno de ellos, corresponde «a la fecha que refleja».

En este contexto, el fiscal presente en la sala, José Ignacio Hernández, remarcó que no tiene «la menor sospecha ni ningún motivo para dar por probado que Cospedal cobró sobresueldos».