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Casado forma un equipo de fieles sin el «sorayismo»

Nombra a Teodoro García secretario general y a Dolors Monserrat, portavoz en el Congreso.

Pablo Casado, durante la rueda de prensa ofrecida hoy tras el Comité Ejecutivo Nacional de su partido. EFE/Quique García
Pablo Casado, durante la rueda de prensa ofrecida hoy tras el Comité Ejecutivo Nacional de su partido. EFE/Quique Garcíalarazon

Nombra a Teodoro García secretario general y a Dolors Monserrat, portavoz en el Congreso.

El primer mensaje de Pablo Casado a su partido es que el mando lo va a ejercer él y con tanta autoridad como sus antecesores, aunque éstos no tuvieron que enfrentarse a un proceso de elección interna. La nueva dirección del PP se sostiene en un equipo de fieles al nuevo líder popular, pactado con la ex secretaria general María Dolores de Cospedal, pero de manera más simbólica que sustancial, y del que se queda fuera el «núcleo duro» del «sorayismo». El «sorayismo», que no la candidatura en sí de la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, ya que hasta diez de los dirigentes que se significaron por darle apoyo en campaña sí han encontrado acogida en el nuevo equipo, como es el caso de Mari Mar Blanco, Sergio Ramos, Alberto Nadal o Cuca Gamarra.

Sáenz de Santamaría rechazó una vocalía en el Comité Ejecutivo del PP, y todo su equipo de colaboradores se queda fuera del organigrama de poder: la ex ministra Fátima Báñez, el ex secretario de Estado de Relaciones con las Cortes José Luis Ayllón o el ex ministro Íñigo de la Serna. Recibieron la oferta de recolocarles en las secretarías de área, pero no les pareció suficiente. Todavía queda abierta la configuración de los grupos parlamentarios, que se conocerá esta mañana.

El mensaje interno no deja lugar a dudas. Casado no quiere tutelas en el ejercicio del mando después de haber ganado el Congreso en el que se decidió la sucesión de Mariano Rajoy. Ha sido agradecido con los apoyos que recibió para sacar adelante su candidatura, pero ese agradecimiento no afecta a los puestos clave de la dirección popular, que se los reserva para dirigentes de su máxima confianza.

En la oposición, y ante un proceso electoral autonómico y municipal muy complicado, el control de la maquinaria de la organización popular es fundamental para que el PP pueda jugar con posibilidades de victoria en las urnas, y ese control lo deja en manos de su jefe de campaña, el diputado por Murcia, Teodoro García Egea, y de Javier Maroto, nuevo vicesecretario de Organización, que asume la responsabilidad que ejercía hasta ayer Fernando Martínez Maíllo. «Ni una broma», aseguran en su entorno, aunque desde el domingo se estuviera postulando a alguien de la cuerda de Cospedal para la Secretaria General. El encaje de la ex ministra Dolors Montserrat se hace en la portavocía parlamentaria, un cargo que pierde fuerza en la oposición ya que la ejercerá el propio Casado en todos los debates importantes y en el «cara a cara» con el presidente del Gobierno. Montserrat también había sonado en las «quinielas» para el relevo en el liderazgo del PP catalán, después del fracaso del partido en las últimas elecciones autonómicas. Xavier García Albiol está de salida, y sólo falta ver en qué momento Génova decide activar ese relevo. Como Andrea Levy mantiene sus responsabilidades en Madrid, como vicesecretaria de Estudios y Programas, el camino queda despejado para un perfil como el de Alejandro Fernández, actual portavoz del PP en el Parlamento catalán.

En el Senado Casado también mueve los peones para situar en la portavocía a otra persona de su máxima confianza, el ex director general de la Policía Ignacio Cosidó. Le apoyó en campaña y vuelve a la primera línea después de que en los últimos años del Gobierno de Mariano Rajoy hubiera sido desplazado a «galeras». Pero lo más significativo es la «defunción» política de Javier Arenas, en el Senado y en Génova. Arenas era el último superviviente de la etapa de Aznar e hizo campaña a favor de Sáenz de Santamaría. Su puesto al frente de la vicesecretaría de Política Autonómica lo ocupará a partir de ahora el alcalde de Boadilla Antonio González Terol.

Al final, paradojas de la política, el nuevo organigrama confirma una segunda victoria de Cospedal sobre la ex vicepresidenta y también sobre Arenas, otro de sus «enemigos» dentro de su partido. El enfrentamiento con el ex ministro, ex vicesecretario y ex presidente del PP andaluz viene aún más de lejos que el que ha sostenido con Sáenz de Santamaría. Y Cospedal perdió en la votación de las bases, pero ganó en el cónclave con la derrota de la ex vicepresidenta y de Arenas. Y ha vuelto a ganar en el reparto de poder, porque de momento se mantiene de presidenta del PP de Castilla-La Mancha y continúa en el Comité Ejecutivo, y además consigue que varios de sus apoyos toquen poder. La ex ministra Isabel García Tejerina ocupará la vicesecretaría sectorial; el ex ministro Rafael Catalá, la secretaría de Justicia y Administraciones Públicas; y el ex ministro de Interior Juan Ignacio Zoido será presidente del Comité Electoral. Además, Cospedal logra que el puesto de vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, que ejercía Arenas, recaiga en el ex presidente del Parlamento de Castilla-La Mancha Vicente Tirado, otro de sus fieles colaboradores.

La renovación llega hasta la tesorería del partido, que pasa a manos del senador Sebastián González. Es un veterano dirigente de la órbita de Ángel Acebes. El ex ministro Jorge Fernández asume Interior y Libertades. Y de las portavocías parlamentarias se salva Esteban González Pons en Bruselas. Casado proclamó ayer que no quiere un partido «con corrientes internas» y anunció que sus primeras iniciativas parlamentarias consistirán en tipificar como delitos la convocatoria ilegal de referendos y la sedición impropia. Un guiño a la etapa de José María Aznar para combatir a Ciudadanos. Aznar ya llevó al Código Penal la convocatoria de consultas de autodeterminación.