Elecciones municipales

Colau cierra un acuerdo para gobernar con el PSC

El pacto se anunciará de forma inminente y supondrá el primer gobierno entre podemitas y socialistas en una gran ciudad

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ayer durante un acto en Álava
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ayer durante un acto en Álavalarazon

El pacto se anunciará de forma inminente y supondrá el primer gobierno entre podemitas y socialistas en una gran ciudad

Todo está a punto. Las negociaciones entre Barcelona En Comú y el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) avanzan imparables hacia el acuerdo, aunque más exacto sería decir «las negociaciones entre Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y Jaume Collboni, líder del PSC de Barcelona, avanzan imparables hacia el acuerdo». Ambos han asumido en primera persona estas negociaciones y ni tan siquiera sus más cercanos colaboradores conocen los detalles del acuerdo.

Todo está preparado para formalizar el primer pacto de Gobierno de una gran ciudad con alcalde de Podemos o de sus confluencias con los socialistas. Hasta ahora, los pactos se habían reducido a las investiduras. Así, los podemitas habían alcanzado las alcaldías de Valencia, Barcelona, Madrid, o Cádiz, entre otras. El acuerdo de Barcelona es un punto de inflexión para gobernar una gran ciudad, que un año después de las elecciones municipales ha sido gobernada por una exigua mayoría y con una gestión «manifiestamente mejorable».

El acuerdo encalló por el no de la CUP a los presupuestos. Cinco millones más y la disolución del cuerpo de antidisturbios de la Guardia Urbana de Barcelona desbloqueó un acuerdo entre Barcelona En Comú, Socialistas y Esquerra Republicana. La CUP se abstuvo en el último pleno y Colau aumentó el presupuesto en más de 275 millones de euros, aunque quedó patente la debilidad de la primera edil que gobierna Barcelona con 11 de 41 regidores. Tras este acuerdo se han intensificado los contactos entre Colau y Collboni para que el PSC entre en el equipo de Gobierno municipal. El nuevo equipo municipal tendrá 15 concejales y contará con el apoyo más o menos estable de ERC y de la CUP, aunque este último genera más dudas por la errática política de los antisistema. Los socialistas quieren entrar en el equipo de Gobierno de Colau para recuperar el protagonismo perdido en las últimas elecciones, que los relegó a ser cuarta fuerza en la capital catalana con sólo cuatro regidores. Los socialistas no están en su mejor momento. Chacón ha dado la espantada en puertas de las generales, las expectativas no son de lo más halagüeño y los gobiernos de Maragall, Clos o Hereu son poco más que un recuerdo. Además, el riesgo de que el PSC sea absorbido por Podemos y sus confluencias en las grandes ciudades es más que una evidencia. Su entrada en el Gobierno municipal les daría más protagonismo, recuperar el poder perdido y «permitiría desbloquear numerosos proyectos de la ciudad, ahora parados, como repite el líder del PSC, Jaume Collboni, que además quiere revertir lo que en el PSC se califica como «políticas regresivas», como la moratoria hotelera, la limitación de terrazas y la escasa actuación del consistorio para paliar la brecha económica entre los barrios de la ciudad.

Las negociaciones entre Colau y Collboni se cerrarán esta semana, según comentan sus allegados, pero la transparencia brilla por su ausencia y el secretismo se ha acentuado. Nada se sabe de las conversaciones entre ambos. Sólo lo trascendido en una conversación de Collboni con Crónica Global en la que afirmaba que el PSC no quiere limitarse a «dirigir una sola concejalía», sino que exige presencia transversal «en las áreas económicas y sociales. Queremos presencia en áreas decisivas», afirmó Collboni. Los socialistas están apretando en estas últimas horas para conseguir un acuerdo positivo –que deberá ser refrendado por la militancia socialista de Barcelona– y entrar en el Gobierno. En el PSC saben que esta entrada conlleva costes, pero quedarse en la oposición todavía más porque Convergència y Esquerra tienen más concejales, y pueden quedar fagocitados por el protagonismo de la alcaldesa. Ahora sólo queda esperar. Según fuentes cercanas a la negociación el acuerdo se dará a conocer en cualquier momento, aunque sólo lo conocen Colau y Collboni. No se arriesgan a filtraciones. El acuerdo es demasiado importante para Barcelona y tendrá su incidencia –notable– en la política catalana y española.