Terrorismo
Decapitados dos cristianos en el Congo dentro de la campaña de islamización forzosa de África
Los yihadistas prosiguen con el genocidio, al que nadie pone freno
Una frase para narrar el tránsito entre la vida y la muerte: "con el éxito de Allah, los soldados del Califato capturaron a dos cristianos cerca del pueblo de Oisha en la región de Beni, Congo,y los decapitaron. Toda la alabanza es para Allah".
Esta vez han sido dos los creyentes a los que han quitado la vida los yihadistas del Estado Islámico (Daesh, Isis), pero habrían sido más en caso de que hubieran podido sorprender a los que estuvieran en la zona, especialmente afectada por los ataques terroristas.
No tardarán en ser difundidas las imágenes de tan mostruosa acción porque, con ello, tratan de amedrentar a los demás cristianos para que abandonen sus hogares y permitan la expansión de la sharia, la versión extrema del Islam, que propugna Daesh.
Ya no se trata de pegar un tiro en la nuca a otro ser humsno,sino de degollarlo lentamente delante una cámara para que quede constancia de la "hazaña" de los asesinos contra unos seres indefensos que nada pueden hacer para evitar su muerte, como no sea la de encomendarse a Dios en un momento tan terrible. Quienes les quitan la vida dicen hacerlo en nombre de Alá, como les han dicho sus cabecillas, que les prometen fastasmagóricos "paraísos" en caso de que mueran en combate. Fanatismo en estado puro en el que las víctimas las pone el cristianismo.
Dos víctimas más de un auténtico genocidio, perpetrado a pocas horas de avión de la civilizada Europa.