Armada
El retraso en la entrega del submarino S-82 podría obligar a prolongar la vida del viejo S-71, con más de 40 años en activo
El Galerna, último sumergible de los cuatro que tuvo la clase S-70, fue sometido a una profunda carena en 2022 en que fue desmontado, revisado y montado de nuevo pieza a pieza.
El pasado mes de abril se conocía que el segundo submarino de la clase S-80 que Navantia construye para la Armada, el S-82 Narciso Monturiol, no se entregará a finales del presente año o inicios de 2025, como estaba previsto. Este retraso se une al que ya sufrió el primero de la serie, el S-81 Isaac Peral, entregado en noviembre del pasado año y que aún no se encuentra operativo hasta que termine el periodo de pruebas al que está siendo sometido.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, se mostró preocupada por este retraso que, según sus palabras, "excede de lo razonable", por lo que comprometió a reconducirlo dado que "es un programa esencial para España, y para Cartagena".
La Armada tenía previsto recibir el S-82 Narciso Monturol a finales de este año, pero eso "no va a ser posible", dijo Robles, que aseguró que iba a pedir a Navantia un esfuerzo especial para que el submarino avance más deprisa "cumpliendo siempre la normativa y con el respeto de los derechos de los trabajadores", con los que también se ha reunido.
Por su parte, el S-81 Isaac Peral, está funcionando bien en sus pruebas de puerto y de mar. Como hitos más significativos se ha destacado las pruebas a máxima velocidad, la calibración de los sónares, las pruebas de comunicaciones y el primer lanzamiento de un torpedo de ejercicio. Hasta la fecha no ha sufrido ninguna avería reseñable que le haya obligado a regresar a puerto y tenía previsto continuar con el calendario de pruebas durante abril y mayo. Su entrada en servicio, con una dotación de 56 militares, 8 de ellos mujeres, está prevista para el 2025.
¿Cómo afectará este retraso al único submarino activo que tiene en estos momentos la Armada, el veterano S-71 Galerna? Hay que tener en cuenta que la Armada española dio de baja en febrero de este año el S-74 Tramontana, poniendo así fin a casi 40 años de servicio. Tras esta decisión, las Fuerzas Armadas se quedan con un único submarino, el S-71 Galerna, hasta que el S-81 Isaac Peral entre oficialmente en servicio, algo que como pronto se producirá a finales de este año o principios de 2025. En esa fecha, finales de este año o principios del que viene, estaba prevista la entrega de la segunda unidad de la serie S-80, el Narciso Monturiol, aunque, tampoco entrará en servicio directamente y no será hasta al menos un año después cuando comience a estar a pleno rendimiento y listo para participar en misiones.
Con más de 40 años en servicio, este submarino ha ido prolongando su vida útil más allá de lo que estaba previsto y a pesar de su última gran carena en 2022, no debería seguir navegando mucho más tiempo. Aunque la Armada no se ha pronunciado oficialmente sobre su retirada, lo lógico sería que una vez entre en servicio operativo el S-81 y sea entregado el S-82 para el periodo de pruebas, el S-71 Galerna sea dado merecidamente de baja. Sin embargo, este retraso del Narciso Monturiol podría obligar a prolongar aun más tiempo el ciclo de vida del viejo sumergible o, en caso contrario, dejar únicamente el S-81 activo.
Y, mientras llega su hermano mayor, el Isaac Peral, ¿qué se puede esperar del Galerna (S-71) y en qué se diferencia de la nueva serie? Se trata del único sumergible que "sobrevive" de su clase y ha tenido que prolongar su vida útil ante los retrasos del nuevo programa S-80.
Estas son las características de uno y otro.
Características S-71
Desplazamiento: Superficie: 1490 t; Inmersión: 1750 t
Eslora: 67,9 m
Manga: 6,8 m
Calado: 5,40
Motores: 2 Diesel de 3600 CV; 1 Motor Eléctrico Principal: 550VCC, 2120A, 2200KW; 1 Hélice
Autonomía: 9.000 Millas en inmersión a 9 nudos con snorkel ó 45 días
Velocidad: Max. 12 nudos en superficie; max. 20,5 nudos en inmersión
Armamento: 4 Tubos lanzatorpedos de 533 mm. con sistema de recarga; torpedos filoguiados F-17 mod. 1 y 2 (contra buques y submarinos); torpedos antisubmarinos L-5 mod. 4 (contra submarinos); mina MCC-23D
Dotación: 88 submarinistas distribuidos de la siguiente manera: 10 oficiales; 30 suboficiales: 48 marineros
Historia: este submarino fue el primero de una serie de cuatro unidades, de diseño francés, construidas en la factoría de la Empresa Nacional Bazán de Cartagena -hoy Navantia-. Entró en servicio en la Armada el 21 de enero de 1983.
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Características S-81
Dimensiones:
Eslora total: 80,81 m.
Manga: 7,3 m.
Calado: 6,3 m
Desplazamiento en inmersión: 2.960 Tns.
Motores: potencia motor eléctrico principal: 3.500 kW; potencia AIP: 300 kW
Autonomía: 50-60 días en superficie; 21-30 días en inmersión a 4 nudos; 8000 km a 3 nudos en superficie; usando AIP, más de cuatro semanas en función de la velocidad.
Velocidad: 12 nudos en superficie; max. 20++ nudos en inmersión.
Profundidad: +460 m
Armamento: seis tubos lanzatorpedos (torpedos filoguiados DM2/A4; misiles antibuque; misiles tácticos de ataque a tierra; inas multiinfluencia.
Dotación: total, 40 (dotación propia. 32; personal de transporte, 8).
El S-71 Galerna volvió a estar activo después de su última gran carena que tuvo lugar en 2022. Durante los trabajos en el dique seco, los operarios desmontaron, revisaron y montaron de nuevo los más de 15.000 elementos del buque. Además, se realizó una inspección minuciosa del casco resistente, casco exterior y elementos estructurales no desmontables, con unos requisitos extremadamente exigentes. El sumergible completaba así oficialmente la gran carena.
El submarino "Galerna" (S-71), es el primero de una serie de cuatro unidades construidas en la factoría de la Empresa Nacional Bazán de Cartagena. En 1974 y por Orden Ministerial, a propuesta del Estado Mayor de la Armada, se dispone la construcción de dos submarinos tipo "Agosta", de diseño francés, en la factoría de la Empresa Nacional Bazán de Cartegena, actual Navantia, y en fecha 9 de mayo de 1975 tiene lugar la firma de la orden de ejecución de los mismos. La puesta en quilla tuvo lugar el 5 de septiembre de 1977 y poco más de cuatro años después, el sábado 5 de diciembre de 1981 se efectuó la puesta a flote. La primera salida a la mar se efectuó el 28 de junio de 1982 y cuatro días después la prueba de inmersión estática. La entrega oficial se efectuó el día 21 de enero de 1983, en el Arsenal Militar de Cartagena.
El armamento principal está constituido por 4 tubos lanzatorpedos de 533 mm. con sistema de recarga, a través de los cuales se pueden lanzar torpedos y minas.
Además, el submarino también dispone de armamento ligero (pistolas, fusiles y ametralladoras) para la defensa del mismo cuando navega en superficie o se encuentra atracado en puerto.
Los torpedos que puede lanzar son los siguientes:
- Torpedos filoguiados F-17 mod. 1 y 2 (contra buques y submarinos)
- Torpedos antisubmarinos L-5 mod. 4 (contra submarinos)
Los principales sensores del submarino son los sónares, tanto activo como pasivo. Además, dispone de antenas de comunicaciones, rádares y periscopios.
No es el primer buque en ostentar el nombre de "Galerna", pues tiene un antepasado. Se trataba de un cañonero auxiliar, originalmente un bacaladero de 1.200 Tm. que participó en la Guerra Civil Española y que posteriormente, una vez acabada la contienda, se reincorporó a la industria pesquera.
Adiós al "Tramontana"
De la misma serie era el S-74 Tramontana, dado de baja en febrero, cuarto submarino español de la clase "Galerna", construido también en Cartagena y entregado a la Armada el 30 de diciembre del mismo año. En este caso, solo se prolongó su vida útil hasta la entrega del S-81. En 2022 el Tramontana también fue sometido a un breve periodo de inmovilización para extender su vida hasta la llegada del primer S-80, de tal modo que hubiera siempre dos sumergibles, aunque desde la baja del S-73 Mistral en junio de 2020, y la parada técnica del S-74 Tramontana, España estuvo sin ninguno operativo.
S-81
En cuanto al S-81, poco queda por decir que no se hay dicho de este submarino: con él, Navantia ha superado el «mayor reto tecnológico de la industria española» según palabras del propio Ricardo Domínguez, presidente del astillero. Para que su puesta a flote pudiera llevarse a cabo fueron necesarias tres millones de horas de trabajo previas según los cálculos de Navantia.
Se trata de un submarino convencional oceánico de nueva generación, con diseño y construcción completamente español. Destaca por su propulsión anaeróbica AIP denominado BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology), de tercera generación, que consta de un reformador de bioetanol para producir hidrógeno, que a su vez reacciona con oxígeno en una pila de combustible generando electricidad. Este sistema permite extender su autonomía en inmersión hasta tres semanas, lo que reduce sustancialmente su nivel de detectabilidad.
Es un submarino altamente automatizado que gracias al sistema de control de plataforma de última generación desarrollado por Navantia Sistemas permite ser operado por una tripulación reducida (32 marinos y 8 plazas para el embarque de personal adicional), capaz de alcanzar una velocidad en inmersión superior a los 19 nudos, y una cota máxima de inmersión mayor de 300 m. Tiene aproximadamente 80 m de eslora, 7 m de diámetro y cuenta con un desplazamiento en inmersión de unas 3.000 toneladas.
Asimismo incorpora un sistema de combate desarrollado por Navantia Sistemas en colaboración con la empresa estadounidense Lockheed Martin, con capacidad, única (para OTAN y UE) entre submarinos convencionales de características similares, de lanzar misiles tácticos de ataque a tierra.
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