Defensa
La ruptura de España con Israel deja a los tanques Leopard del Ejército indefensos, pero hay alternativas españolas
El veto del Gobierno a los contratos militares con Israel deja en el aire la protección de los carros de combate del Ejército, que se ven ahora desprotegidos frente a nuevas amenazas al no poder adquirir el sistema Trophy
La guerra moderna ha puesto en jaque a uno de los pilares fundamentales de cualquier ejército convencional: sus carros de combate y vehículos blindados. Amenazas que hasta hace poco se consideraban secundarias, como los drones de bajo coste, se han revelado como un peligro letal para estos colosos de acero. Para contrarrestar esta nueva realidad, la tecnología militar ha desarrollado los Sistemas de Protección Activa (APS), una especie de escudo invisible que detecta proyectiles y misiles enemigos mediante radares y los neutraliza en el aire antes de que alcancen su objetivo. Esta vulnerabilidad se ha hecho más patente con la proliferación de drones kamikaze cada vez más sofisticados capaces de cazar objetivos en movimiento con gran precisión.
En este contexto, el Ejército de Tierra español contaba con un plan bien definido para dotar a sus unidades acorazadas de esta capacidad crucial. La hoja de ruta original pasaba por equipar a los futuros carros de combate Leopard 2A8, así como a los vehículos Dragón y los Vehículos de Apoyo a Cadenas (VAC), con el sistema israelí Trophy, uno de los más probados y eficaces del mercado internacional. La elección parecía lógica y el camino, hasta ahora, totalmente despejado. Esta modernización se enmarca en una tendencia global donde los tanques del futuro incorporan inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas para sobrevivir en el campo de batalla.
Sin embargo, un reciente giro en la política exterior del Gobierno ha dinamitado por completo esta estrategia. La decisión de cancelar los contratos militares con Israel como respuesta a sus operaciones en Gaza ha hecho inviable, de la noche a la mañana, la adquisición del sistema Trophy. Tal y como informa Defensa, esta medida no solo afecta a la opción principal, sino que también cierra la puerta a otra alternativa de origen israelí que se barajaba, el Iron Fist, dejando a los medios acorazados españoles en una situación de considerable vulnerabilidad.
Indra emerge como la alternativa española
Ante este revés geoestratégico, la industria nacional emerge como la única alternativa viable para no dejar desprotegida a la caballería española. En este sentido, la empresa tecnológica Indra lleva tiempo trabajando en el desarrollo de un sistema APS de sello español, cuyo componente principal es su radar Nemus. Este dispositivo ha sido diseñado específicamente para detectar y seguir amenazas a muy corta distancia, presumiendo de una velocidad de reacción mínima, factor esencial en el campo de batalla. El desarrollo de Indra se alinea con la carrera tecnológica para crear sistemas de última generación que neutralizan drones, una capacidad cada vez más demandada por los ejércitos modernos.
De hecho, este sistema patrio ya ha comenzado a dar sus primeros pasos sobre el terreno. Fuentes del sector confirman que el radar Nemus fue sometido a distintas pruebas en carros de combate Leopard en el campo de maniobras de San Gregorio, en Zaragoza. Se trató de un primer examen para una solución de fabricación nacional que, por imperativos políticos, se ha convertido ahora en una necesidad urgente para la defensa del Ejército de Tierra.