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Doctrina Parot

Dentro de la cárcel son reos modelo

La Razón
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Preocupa saber cuánto tardarán en actuar, si se deciden a hacerlo, los asesinos y violadores que están saliendo estos días a la calle. Son viejos lobos que vienen de una larga abstinencia de más o menos 20 años. Dentro de las prisiones, estos presos, que son los peores delincuentes que se puede encontrar, suelen ser reos modelo, puesto que dentro no tienen víctimas a las que torturar. Por eso viven sus fantasías sexuales deseando que llegue el momento de pisar la calle, y procuran hacerlo lo mejor posible para estar libres cuanto antes.

Los primeros 15 días, desde el primer momento de la salida, son esenciales, porque podrá verse el equilibrio entre la fuerza del impulso criminal que les alienta y la capacidad de la sociedad para defenderse. Habrá que ver si están vencidos por la edad, como me confesó el asesino de Pedralbes, pederasta reincidente, o si salen con pleno vigor para reincidir.

Es posible que en las primeras dos semanas, aunque ya está en la calle gente como los ex policías asesinos de Nigrán, dos delincuentes con placa, como les llaman sus compañeros, que exterminaron a una familia entera, el doble asesino y «violador del ascensor», que se dejó ver con el rostro tapado con una braga militar, gafas de sol y gorra de béisbol para que nadie le reconozca y «el violador del portal», condenado 1700 años de prisión, por 70 agresiones sexuales, porque aunque es evidente que han vivido con sus fantasías en la prisión, al salir libres van a ser, digamos «discretamente observados», que no vigilados, puesto que son ciudadanos libres, aunque también son una poderosa amenaza.

Igualmente porque la población civil haya puesto remedios caseros en su defensa, desde protección pasiva, a la contratación de vigilantes. Pero el peligro, reconocido por la máxima autoridad de Prisiones, es alto: tiene pasaporte de salida toda la crema de la criminalidad española.

Los depredadores sexuales y asesinos múltiples, poco y mal estudiados en España, conviven con sus fantasías depredadoras en prisión y esperan poder satisfacerlas un día, cuando estén cerca de las mujeres o los niños. De hecho, algunos de los que tienen cerrado el equipaje para subirse al naufragio de «la Parot» aprovecharon un permiso penitenciario para matar de nuevo, como Valentín Tejero, el asesino de Olga Sangrador.

El mismo «violador del ascensor», probablemente el más peligroso de los ya excarcelados, mató a Leticia Lebrato y luego a Marta Obregón, sin darse ni siquiera los 15 días de observación que aquí nos planteamos. El crimen de Valentín Tejero fue también en las primeras horas de salida. A veces el impulso asesino explota como una bomba en el ansia largamente reprimida. Esto sucede porque dentro de las cárceles españolas, que ya no son ni mucho menos aquellos calabozos medievales, sino cómodas residencias con sala de televisión, piscina, gimnasio y biblioteca, sin embargo se mantiene una baja eficacia de recuperación de los más malos, herencia de los tiempos más cutres, con una práctica inactividad a la hora del trabajo con reinserción de presos.

Mi experiencia, en reiteradas excursiones a las cárceles españolas, donde he visitado a algunos de los principales asesinos y violadores reincidentes, es que no existe un programa efectivo que trabaje por la reinserción. Las cárceles apenas tienen criminólogos en sus juntas de evaluación, a pesar de que no paran de salir criminólogos de las universidades españolas. Los grandes asesinos y violadores han pasado por alguna experiencia bienintencionada, como las experimentadas en Cataluña, pero en general son ingresados en prisión y prácticamente arrumbados en un rincón, hasta que llegue el momento en que cumplan su pena. Algunos de los que yo personalmente he visitado me han pedido, por favor, que les atendiera el psiquiatra, que apenas les hacía caso.

Una pequeña muestra de lo que se expone es la reciente experiencia de José Franco de la Cruz, alias «El Boca», en prisión por el asesinato de una niña de nueve años, Ana María Jerez, quien después de más de 20 años de cárcel, fue recientemente capturado de nuevo por la denuncia de una mujer que sufrió su ataque con un intento de violación.