ETA
El «ángel» del más buscado
Ha estado a punto de ser detenido en dos ocasiones, ambas en territorio francés, pero ha podido huir gracias a un aviso in extremis
Ha estado a punto de ser detenido en dos ocasiones, ambas en territorio francés, pero ha podido huir gracias a un aviso in extremis
Josu Ternera tiene dos factores a su favor para haber podido eludir durante tanto tiempo a las Fuerzas de Seguridad: su larga experiencia en la clandestinidad y una especie de «ángel de la guarda» que le avisa horas antes de que vaya a ser detenido. Para ello, tiene que disponer de una vía de comunicación segura y discreta.
En lo que respecta a la clandestinidad, su larga militancia en ETA le ha permitido conocer y ejercitar todos los sistemas que ha utilizado la banda para que sus militantes no fueran detectados. Individuos como Urruticoechea llegan a «oler» a los agentes policiales, tienen un sexto sentido y cualquier modificación del lugar por el que se mueven es detectada enseguida. No les pasa desapercibida una persona con la que se cruzan dos veces por más que haya tratado de modificar su aspecto y «huelen» cámaras y micrófonos. Aun así, y gracias al trabajo incansable de los agentes antiterroristas y a su habilidad para superar ese «sexto sentido», Ternera ha estado a punto de ser arrestado en dos ocasiones, pero en ambas la operación se malogró en el último momento.
Al menos en una de ellas, en 2011, en los Alpes franceses, cuando tuvo una reunión con su hijo Egoitz, también miembro de ETA, recibió una llamada, nada más y nada menos que desde Kenia, en la que se le avisaba que ambos iban a ser detenidos en cualquier momento, que la operación policial ya estaba en marcha y que debían huir sin pérdida de tiempo. No consta que haya habido etarras en Kenia y, si así fuera, que tuvieran la suficiente información, o la ciencia infusa, como para saber que a los Urruticoechea les quedaban horas de libertad.
Algunos expertos en la lucha contra la banda han comentado en los últimos años que «alguien» había tomado la decisión de que «Ternera» no fuera detenido, ya que era la persona más «razonable», dentro de la irracionalidad de ETA, con la que poder negociar. El tiempo ha quitado la razón a los que pensaban así porque en las conversaciones siempre se terminaban imponiendo las tesis de los más fanáticos, como ocurrió cuando López Peña, «Thierry», sustituyó a Urruticoechea.
Por lo tanto, en estos momentos no hay ningún motivo que justifique que Ternera siga libre y no comparezca ante la Justicia española en relación con su responsabilidad, como dirigente etarra, en el atentado contra la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza y el asesinato de 11 personas.
Agentes antiterroristas españoles y franceses afirman a LA RAZÓN que Urruticoechea, como sujeto sometido a una orden internacional de detención, es un objetivo más pese al nulo peso que tiene en la actualidad dentro de ETA.
Para los servidores del orden, lo que ocurra dentro de las entrañas de la banda, salvo que tenga un interés operativo, no puede condicionar el arresto y la puesta a disposición judicial de los delincuentes. Y recuerdan que si alguien los ayuda a eludir a las Fuerzas de Seguridad, comete un delito.
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