Pilar Ferrer
El equipo económico prepara la «rentrée»
La próxima semana se centrará en el Consejo de Ministros del 30 de agosto
Las reformas empiezan a dar frutos. En este verano convulso, con el conflicto de Gibraltar cada vez más encrespado, y el «caso Bárcenas», ya muy desinflado, nada ni nadie altera la agenda del equipo económico del Gobierno. Con la vicepresidenta en cabeza, Soraya Sáenz de Santamaría, todos ellos estarán en Madrid a partir del próximo 23 de agosto. Una semana repleta de trabajo, en la que la «número dos» del Gobierno preparará el Consejo de Ministros del viernes 30. Una densa agenda de trabajo que abarca proseguir en la reducción del gasto público, unidad de mercado, acceso a la financiación de las pymes, apoyo a emprendedores, ley de cámaras, y la vista puesta en el gran proyecto de toda legislatura: los Presupuestos Generales del Estado. Claves para Mariano Rajoy en este momento. Del uno al tres de octubre, la Ley de las Cuentas Públicas llega al Congreso y empiezan las comparecencia de todos los altos cargos de la Administración. El 22 de octubre, el debate de totalidad, su dictamen en comisión, y remisión al Senado. Antes del 19 de diciembre habrán de ser aprobados definitivamente en el Congreso. Ante la cita parlamentaria más importante del año, el «núcleo duro» económico del Gobierno carga pilas. Luis de Guindos, en su casa de siempre de Marbella, se ha dejado ver muy poco. Tan solo en algún partido de tenis con amigos, mientras devora el libro de Joseph A. Schumpeter, uno de los mejores analistas económicos del siglo XX. Austriaco de nacimiento, empezó siendo algo socialista y acabó liberal convencido como profesor en Harvard. Sus teorías del pensamiento económico le vienen bien a Guindos, al que ya le esperan sus colegas europeos la primera semana de septiembre. Mientras, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, apura en su casa de Guadarrama, en la Sierra madrileña, el periodo estival. Sobre él recae todo el peso de los Presupuestos, tarea delicada, que aborda con uno de sus mejores colaboradores, el secretario de estado, Miguel Ferré, a quien en el Ministerio se le conoce como «el profesor británico» por su porte, distinguido, elegante y con sólida formación. En tierras del sur, apuran sus días estivales Fátima Báñez y Miguel Arias Cañete. La ministra de Empleo, sólo ya por serlo, merece un reclinatorio de adoración nocturna. Qué duro está siendo, dice ella, pero qué bien le está saliendo. Llegó al peor cargo de Gobierno, con una cifra de paro que la quitaba el sueño. Ha logrado frenar la sangría y un diálogo con los agentes sociales de primera. Con enorme discreción, en su Huelva natal, ha seguido en contacto permanente con el Ministerio. Es una incansable trabajadora, en permanente contacto con su equipo, sobe todo Engracia Hidalgo y Tomás Burgos. Ahí es nada, el empleo y la Seguridad Social. No muy lejos, el «panzer» Arias Cañete, como él mismo se define, ha salido en tromba para defender a los pescadores en aguas de Gibraltar. Tiene tela el asunto. En su casa de Jérez, con dos de sus nietos que con él comparten la pasión velocista, ha dado la cara como el que más. Aliviados por la prima de riesgo, ahí están la cuentas y la gestión. Los expertos dicen que ahora la confianza llega a España. Tal vez por ello, la lectura de Montoro este verano ha sido clara: «La gran apuesta», de Michael Lewis. Un experto mundial en cifras, buenas y claras. Sin olvidar la frase de Séneca: «La economía es la ciencia de cercenar los gastos superfluos». De eso, algo sabe Montoro.
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