Lucha contra ETA
La Audiencia procesa a tres etarras por el asesinato de un policía en 1995
Reclama a Francia la entrega de Iratxe Sorzábal, detenida junto a David Pla en septiembre
El juez de la Audiencia Nacional Juan Pablo González ha procesado a los etarras Marcos Sagarzazu, Francisco Javier Irastorza e Iratxe Sorzábal -detenida el pasado septiembre en Francia junto al también dirigente de ETA David Pla- por el asesinato de un policía en abril de 1995 en un atentado con coche-bomba contra un antiguo cuartel de la Guardia Civil en la localidad navarra de Endarlaza. Sagarzazu e Irastorza, actualmente en libertad, tendrán que declarar ante el magistrado el próximo día 19 en la sede del tribunal. En cuanto a Sorzábal, habrá que esperar más
tiempo, hasta que las autoridades francesas autoricen su entrega temporal a España. Los tres tienen 24 horas para hacer frente a una fianza de un millón de euros por posibles responsabilidades civiles. En caso contrario, el juez ordenará el embargo de sus bienes.
Tras reabrir el caso recientemente, González esgrime ahora dos informes de Policía y Guardia Civil para procesar a los tres miembros del “comando Ibarla” por este asesinato. Entre otros indicios, recuerda que en un zulo hallado en Castres (Francia) en abril de 2009 los agentes encontraron un manuscrito en euskera, atribuido a Sorzábal, en el que se describen varios atentados cometidos por el “comando”, admitiendo su participación en la colocación del explosivo en el cuartel de Endarlaza “en unión de Marcos y Xavi”, en referencia a sus dos compañeros.
“Si bien ella no colocó materialmente el explosivo en el acuartelamiento”, dice el juez, “era miembro activo del comando” e intervino en “la preparación y el transporte” del artefacto, que en
principio iba a ser utilizado para atentar contra un empresario en Irún (Guipúzcoa).
Además, el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia recuerda que, durante su declaración policial tras ser detenida en marzo de 2001, Sorzábal “confeccionó varios croquis expresivos de lugares donde se habían cometido atentados y donde se habían acopiado armas y explosivos”.
El magistrado cree que existen indicios suficientes de que los tres etarras colocaron el artefacto explosivo en el antiguo cuartel el 29 de enero de 1995 y de que uno de ellos avisó posteriormente al diario “Egin” de su colocación. El 19 de abril de 1995 se produjo la explosión, que causó la muerte del agente.
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