Toledo
El PP intentará que Aznar también participe en la batalla electoral
Rajoy quiere que ministros y altos cargos hagan campaña por toda España
La precampaña está ya en marcha. Este fin de semana la dirección popular ha organizado un acto sobre Seguridad y Justicia, que clausurará el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Y de aquí a mayo ya anticipan en Génova que no habrá fin de semana sin actos de partido y sin movilización territorial. Uno de los elegidos para el comité de campaña adelanta que estas elecciones autonómicas y municipales de mayo se juegan «en cada voto porque estamos ante un escenario muy volátil en el que las encuestas hay que tomarlas más que nunca con alfileres». El reto al que se enfrentan es la movilización de su electorado, empujarle a que salga de la abstención, desde la confianza que existe en la cúpula popular de que el centro derecha, sus votantes tradicionales, responderá cuando vea que el riesgo de no apoyar al PP es el «salto al vacío». «No van a tirarse por él», puntualizan.
La estrategia de campaña está empezando a definirse, pero fuentes solventes explican que el jefe del Ejecutivo quiere una movilización sin precedentes para que por todos los rincones y plataformas se airee la recuperación económica y las cifras de su gestión, es decir, que se conteste al discurso de la izquierda y se ponga sordina al mensaje de los recortes y de la desigualdad. Éstas no son unas elecciones generales, pero el PP sí las afronta de partida como tales. De hecho, la intención es diseñar una agenda que implique a ministros y altos cargos. Todos de campaña por toda España. Serán la cara y la voz de ese mensaje en positivo sobre la mejora de las previsiones de crecimiento, la creación de empleo y hasta la política social, al que Rajoy lo apuesta todo en estos comicios.
En los análisis internos existen dudas sobre hasta qué punto este mensaje sobre la recuperación económica conseguirá borrar el enfado de los ciudadanos por el paro, la calidad del empleo que se crea o el coste de la crisis en la clase media y en los más desfavorecidos. Pero sí tienen claro que es su carta más solida para afrontar unas elecciones en las que la tendencia señala que habrá más fragmentación del voto y un importante reajuste en la izquierda. Al margen de discursos oficiales y ya de campaña, en los cálculos que hacen en Génova se impone la tesis de que de aquí a las elecciones hay mucho partido y pueden cambiar muchas cosas en la medida en que la coyuntura es bastante excepcional y muy variable. Explican en la dirección popular que el sociólogo Pedro Arriola, su gurú de cabecera en materia de encuestas, sostiene que es muy poco probable que se confirmen los sondeos que se están publicando y que coinciden en apuntar un ascenso fulgurante de Podemos, que llega a situarse como primera fuerza política en intención directa de voto. Arriola participó en la reunión a puerta cerrada que Rajoy celebró el pasado sábado en Toledo con el Comité de Dirección de su partido para preparar la estrategia del nuevo curso político.
«El centro-derecha aguantará, más o menos, aunque el bipartidismo entendido en su sentido más clásico haya terminado. Pero donde se producirá el cambio de verdad será en el granero de la izquierda», prevén en el PP. La instrucción que se difunde desde Madrid a las distintas organizaciones regionales, que son las que se la juegan en primera persona en las elecciones de mayo, es el de que Podemos ya ha alcanzado su cota más alta, y que aunque pudiera ocurrir que adelante al PSOE, en ningún caso hay elementos sólidos para ver factible un escenario en el que sea la primera fuerza. En este escenario, el PSOE tiene un problema, pero el PP también lo tendría, porque necesita de mayoría absoluta para mantener el grueso de los gobiernos autonómicos y municipales que ahora ocupa. Lo que dicen sus propios estudios es que se avecina un tablero con más fuerza de la izquierda y con una izquierda más radicalizada. «El efecto de todo esto en el PSOE está aún por verse», anticipan desde el PP.
Ante todas estas variables en juego, Rajoy es de los que creen que el PP debe concentrarse en lo suyo. Cuenta con esa movilización de todo su Gabinete y de altos cargos del Gobierno y del PP para la campaña. El jefe del Ejecutivo se pondrá al frente de esta movilización, precisan fuentes de Moncloa, «siempre que la agenda del Gobierno se lo permita». Y en el PP anuncian que también quieren que el ex presidente José María Aznar participe en la misma. En las europeas del pasado año se quedó a un lado, después de que no asistiera a la Convención Nacional de enero de 2013. Y en las anteriores generales participó en algunos actos, pero siempre en un segundo plano. Ahora dicen en Génova que cuentan con él para actos de partido puntuales. A Génova le conviene el mensaje de la unidad, y le interesa también la figura de Aznar y de lo que él sigue representando dentro de la organización para movilizar a los votantes más identificados con los fundamentos tradicionales del ideario popular.
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