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El Rey pide «responsabilidad» a los políticos por la estabilidad de España

«La pluralidad política conlleva una forma de ejercer política basada en el diálogo y el compromiso»

El Rey pide «responsabilidad» a los políticos por la estabilidad de España
El Rey pide «responsabilidad» a los políticos por la estabilidad de Españalarazon

Por primera vez desde el discurso inaugural de Don Juan Carlos, los españoles escuchan las palabras del Rey en el Salón del Trono del Palacio de Oriente y no desde el habitual despacho de La Zarzuela.

En la demostración de la trascendencia que Felipe VI otorga al momento político que vive España fue tan determinante el mensaje como el lugar en su discurso de Nochebuena. Por primera vez desde el discurso inaugural de Don Juan Carlos, los españoles escucharon las palabras del Rey en el Salón del Trono del Palacio de Oriente y no desde el habitual despacho de La Zarzuela. «Me dirijo a vosotros desde el Palacio Real, donde la Corona celebra actos de Estado en los que queremos expresar, con la mayor dignidad y solemnidad, la grandeza de España».

Don Felipe habló de diálogo político, pidió responsabilidad y sentido de Estado con el interés general del país como prioridad desde el lugar en el que se han celebrado momentos históricos y recientes como el Acta de Adhesión de España a las Comunidades Europeas, la Conferencia de Paz de Madrid, la Cumbre de la OTAN o la sanción por parte de Don Juan Carlos I de la Ley de la abdicación.

En su primer discurso de Navidad hace un año, Don Felipe presumió de disfrutar «de una estabilidad política como nunca antes en nuestra historia». Apenas un año después, el Monarca es el máximo representante de un país con un presidente en funciones y cuatro partidos fuertes: PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, con un escenario abierto de múltiples pactos tras las elecciones del 20 de diciembre. Don Felipe pidió altura a la clase política en este escenario inédito desde hace 40 años: «España inicia una nueva legislatura que requiere todas las voluntades de nuestras instituciones democráticas para consolidar lo conseguido a lo largo de las últimas décadas y adecuar nuestro progreso político a la realidad de la sociedad española de hoy». Para consolidar, en resumen, la transición que encabezó su padre y de la que se nutre el sistema democrático que impera en nuestros días.

Hasta que se convoquen las Cortes Generales el próximo 13 de enero, los partidos estarán inmersos en negociaciones para llegar a La Moncloa, por lo que el Jefe de Estado recordó el «compromiso de las fuerzas políticas y sociales con el servicio a todo un público». En resumen: «Que los intereses generales de la nación deben estar por encima de todo».

Esta frase cobra un especial significado cuando nos encontramos que dentro de los escenarios que se contemplan existe el de un pacto entre el PSOE, Podemos e Izquierda Unida, y supeditada a este acuerdo está la promesa electoral de Iglesias que le ha llevado a hacerse con más de un quince por ciento de sus escaños: la convocatoria de un referéndum en Cataluña por la independencia. «Tampoco debemos olvidar que la ruptura de la Ley, la imposición de una idea o de un proyecto de unos sobre la voluntad de los demás españoles sólo nos ha conducido a la decadencia».

Don Felipe es consciente de la expectación generada en su mensaje este año, y no sólo dentro de nuestras fronteras, sino también en el exterior. La misma Comisión Europea mostró su preocupación tras los resultados electorales y confió en que España pueda formar «un gobierno estable». Sentado, con la bandera de España detrás y corbata azul con puntos rosa y carmesí –color del Guión del Rey– quiso tranquilizar a los españoles: «Esta noche quiero reiterar un mensaje de confianza en la unidad y continuidad de España; un mensaje de seguridad en la primacía y defensa de nuestra Constitución».

El toque de atención del Monarca a las fuerzas políticas es muy delicado, ya que la Constitución define su papel de moderador y árbitro del funcionamiento de las instituciones manteniendo la neutralidad política. Dentro de esta función, y «con la pluralidad política expresada en las urnas», abogó por una política «basada en el diálogo, la acertación y el compromiso».

En la apuesta del Rey se encuentra tener muy presente nuestro legado histórico, que nos ayude a «orientar nuestro futuro», pero nos recuerda que este camino debe estar dirigido a «desterrar los enfrentamientos y los rencores».

En este proceso constitutivo, Don Felipe tendrá un papel determinante: si Don Juan Carlos lideró el proceso democrático hacia un bipartidismo que ha perdurado en nuestro país durante décadas, apenas un año y medio después desde que fuera proclamado Rey, Don Felipe se enfrenta a un cambio político en el que él tendrá una función decisiva: proponer candidato a formar gobierno una vez se hayan constituido las Cortes, una vez haya cerrado una ronda de audiencias con los líderes de los partidos con representación parlamentaria. Así, al término de su mensaje, el Jefe de Estado volvió a incidir en la importancia de «una voluntad de entendimiento y con el espíritu de unión, con diálogo y con compromiso, con sentido del deber y con responsabilidad».

Al término del mensaje de Navidad, felicitó las fiestas en todas las lenguas cooficiales, y el himno de España sonó mientras aparecían las fotografías de la Familia Real, destacando una conjunta en Marivent y otra de sus hijas en el Palacio de la Zarzuela. No hubo ningún recordatorio gráfico de los Reyes Eméritos, reforzando el núcleo central y la línea dinástica de la Corona que él ostenta, con el convencimiento de que «tenemos muchas razones para poder afirmar esta noche que ser y sentirse español, admirar y respetar España, es un sentimiento profundo y un orgullo muy legítimo».