Partidos Políticos

Iglesias presiona al PSOE con un frente de izquierda anti PP en la Mesa

Ofreció un «acuerdo de reciprocidad» para apoyarse mutuamente en la segunda votación

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, junto al portavoz de En Comú Podem (ECP), Xavier Domènech
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, junto al portavoz de En Comú Podem (ECP), Xavier Domènechlarazon

En una última maniobra desesperada para arrebatarle al PP la presidencia del Congreso, Pablo Iglesias ofreció durante la tarde de ayer un «acuerdo de reciprocidad» al PSOE por el que ambos partidos se comprometerían a apoyar al candidato que más apoyos lograra en la primera de las dos votaciones que serán necesarias hoy para elegir a quien será la tercera autoridad del Estado tras el Rey y el presidente del Gobierno. La oferta fue planteada directamente a Pedro Sánchez por Pablo Iglesias durante una conversación telefónica. Paralelamente, Íñigo Errejón planteaba el mismo acuerdo a Antonio Hernando, una alianza para poner la presidencia del Congreso en manos de un progresista que serviría de ensayo para lograr la soñada coalición de perdedores que desbanque a Rajoy de La Moncloa. El resultado de ambas conversaciones fue el mismo: el PSOE no aceptó este «acuerdo de reciprocidad» y votará a su candidato, Patxi López. Sin embargo, las declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso de Pablo Iglesias tras su conversación con Pedro Sánchez fueron estudiadamente ambíguas: «Vamos a intentar ponernos de acuerdo, hasta aquí puedo leer. A priori hay voluntad de que el PP no presida la Cámara, y nos esforzaremos para ponernos de acuerdo», dijo el secretario general de Podemos.

Previsiblemente, el partido morado jugará hoy hasta el último minuto la baza de su candidato para presidir el Congreso, Xavier Domènech, líder de En Comú-Podem y, a priori, con mayor sintonía ideológica con las fuerzas independentistas catalanas, ERC y Convergència, cuyos 17 diputados son necesarios para arrebatarle el segundo puesto a Patxi López y disputarle la presidencia a Ana Pastor. Pero la aritmética parlamentaria no juega a favor de Podemos y todo parece indicar que sus esfuerzos para atraer a fuerzas independentistas no tendrán fruto. El partido de Iglesias cuenta –junto a sus confluencias y a Izquierda Unida– con 71 escaños, lo que supone que tendría que lograr el apoyo de 15 diputados más para sumar 86 y superar de esta manera los 85 «síes» socialistas que logrará Patxi López. Estos 15 escaños deberán ser recabados de entre los nueve de ERC, los ocho de Convergència, los cinco del PNV y los dos de EH-Bildu. Los nacionalistas vascos han sido claros desde el primer momento: se abstendrán mañana en todas las votaciones. Francisco Homs, portavoz de Convergència, tampoco apoyará a Domènech en la primera votación ya que ayer anunció su intención de presentarse él mismo a la presidencia del Congreso para demostrar su protesta contra el proceso judicial abierto contra él por la consulta soberanista. Por su parte, los republicanos catalanes tampoco son favorables a subirse al carro de Domènech. Gabriel Rufián habló ayer de que sólo habían recibido una «intempestiva» llamada telefónica del líder de En Comú-Podem y dijo que se abstendrán o votarán en blanco.

El mapa político descrito hasta el momento apunta a que Patxi López quedará segundo en la votación y, por lo tanto, Podemos tendrá que poner las cartas boca arriba y decantarse entre apoyar al candidato del PSOE o abstenerse. Íñigo Errejón fue preguntado ayer en el Congreso sobre este extremo pero evitó contestar diciendo que lucharán hasta el último minuto para lograr apoyos para Domènech y que, cuando quede fuera, se decidirá a donde irán a parar los votos de Unidos Podemos durante la segunda votación.