Estrategia
El Gobierno asume que si no llega al 34% perderá el poder
Moncloa encarga encuestas tras el apagón y asegura que le sitúan en la "resiliencia del 30%"
En Moncloa preocupa la sensación de colapso que ha generado la concatenación de dos hechos caóticos. El inédito apagón energético en España y el no tan excepcional bloqueo de la línea ferroviaria Madrid-Andalucía. La oposición ha encontrado en ambos siniestros la oportunidad para proyectar la imagen de un Gobierno disfuncional, superado por la gestión de crisis y sin capacidad para dar una respuesta concluyente sobre las causas del apagón. "Un Gobierno colapsado" y "acorralado por la corrupción", dicen en Génova. En el Ejecutivo reniegan de esta visión, obviamente, pero muestran su inquietud y han puesto la demoscopia a funcionar, encargando cualitativos y cuantitativos que les orienten sobre la permeabilidad en la opinión pública de esto argumentos. Si cala o no la sensación de caos.
Fuentes consultadas por LA RAZÓN aseguran que el PSOE sigue aguantando en la horquilla del 30% del voto. La "resiliencia del 30%", lo llaman, por su capacidad de mantenerse en los umbrales habituales de apoyo pese a las embestidas de los escándalos judiciales, el desgaste de la gestión por sus pactos con los independentistas, al que ahora se añade la teoría del caos. Las citadas fuentes se vanaglorian de que la tormenta perfecta no les haga apearse de esa segunda plaza, mientras que el PP no acaba de despegar. Sin embargo, la capacidad de resistencia de Pedro Sánchez es inversamente proporcional a la pujanza de sus socios por la izquierda, por lo que de nada sirve que él aguante si sus aliados imprescindibles se diluyen en paralelo. Parte del apoyo que permite mantenerse en el 30% al PSOE proviene del "voto útil" de la izquierda, esto es, se basa en el vaciamiento electoral de Sumar.
En Moncloa no son ajenos a esta realidad. De ahí que no esté en los planes inmediatos del Gobierno convocar elecciones como le demandan desde la calle y la oposición. Sánchez quiere agotar el mandato, entre otras cuestiones, porque necesita ganar tiempo para que la izquierda a la izquierda del PSOE se "reordene" en una candidatura competitiva para las elecciones que permita, al menos, mantener la expectativa de que es posible revalidar la coalición y no aliente el hastío del votante progresista. En este contexto, fuentes socialistas consultadas asumen que tendrán que llegar al 34% del voto para que esta posibilidad sea, al menos, materializable.
En este punto, en Ferraz sostienen que el PSOE "se crece en campaña". "Se nos dan bien, no como a Feijóo", señalan en clave de crítica o de desahogo. En Moncloa celebraron que el pasado sábado el PP y Vox volvieran a converger bajo la misma pancarta y en la misma plaza, resucitando la "foto de Colón". Una instantánea que funciona como elemento aglutinador en el electorado progresista y que revitaliza la "alerta antifascista", la expectativa de que un gobierno las dos derechas generaría un retroceso en derechos y libertades. Esta campaña ya funcionó en 2019 con la imagen viva en la retina y volvió a hacerlo en 2023, cuando los de Santiago Abascal tocaron poder, tras las municipales y autonómicas, y colocaron al frente de las instituciones a perfiles de marcada ideología negacionista y retrógrada. Esto generó una movilización reactiva que permitió que Sánchez, pese a perder las elecciones, consiguiera su objetivo de retener el poder.
Ahora, la fórmula a explorar sería la misma. En Ferraz hace tiempo que no aspiran a ganar sino a sumar y aunque reconocen que, en tiempos de política líquida, puede pasar de todo hasta 2027, sí creen que es sintomático que no se haya producido un desplome de sus aspiraciones electorales en favor del principal partido de la oposición y fuerza más votada en las pasadas elecciones. "No vemos un trasvase reseñable o, al menos, que haya ido a más en los últimos días", aseguran las fuentes consultadas.