Podemos

Iglesias bloquea la táctica de Ferraz: las confluencias no negociarán por separado

Unidas Podemos reestructura el equipo que conversará con el PSOE de cara a una segunda investidura para neutralizar contactos paralelos de Sánchez con IU, En Comú Podem, Galicia En Común y Equo.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, trasladó personalmente a Sánchez la última propuesta de su partido para negociar un acuerdo de investidura / Foto: Luis Díaz
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, trasladó personalmente a Sánchez la última propuesta de su partido para negociar un acuerdo de investidura / Foto: Luis Díazlarazon

Unidas Podemos reestructura el equipo que conversará con el PSOE de cara a una segunda investidura para neutralizar contactos paralelos de Sánchez con IU, En Comú Podem, Galicia En Común y Equo.

Tras varias semanas de desencuentros y de intercambio de reproches a través de los medios de comunicación entre el PSOE y Podemos, el partido morado trató este martes de rebajar la tensión y devolver el foco a la mesa negociadora con una propuesta programática y de reparto de los ministerios. La oferta se dio de bruces contra una pared: el PSOE la calificó de «inviable» por volver a plantear la coalición e invitó a la formación de Pablo Iglesias a estudiar otras fórmulas de gobernabilidad que no impliquen la incorporación de dirigentes morados al Consejo de Ministros.

Ante este nuevo portazo de Moncloa, la estrategia de Podemos a partir de ahora se mantendrá inamovible en torno al documento de 119 páginas que Sánchez, en contra de la explicación aireada desde Moncloa, conoció el primero, antes que los medios, porque Iglesias se lo remitió personalmente. Consideran que es Sánchez el que debe tomar la iniciativa y convocar de manera urgente una nueva ronda de contactos que incluya a Unidas Podemos, en la medida en la que son necesarios para que el líder socialista pueda superar cualquier investidura, toda vez que PP y Ciudadanos ya han reiterado su negativa. Fuentes de la dirección de Podemos subrayan además que la oferta que han trasladado al PSOE esta semana –con diferentes esquemas para el reparto de las responsabilidades de gobierno– viene a demostrar cuatro cosas: que el acuerdo en julio estuvo muy cerca de poder concretarse; que no pretenden entrar en un Gobierno en el que los ministros morados no tengan competencias; que no hay ninguna obsesión «por los sillones» como quedó demostrado al rechazar el pasado mes una vicepresidencia y tres carteras «vacías»; y que Podemos se lo está poniendo muy fácil a los socialistas, tras aceptar el veto personal de Sánchez a su candidato–la «exigencia más inaceptable», según la calificó el martes el propio Iglesias– y, ahora, tras no plantear como una línea roja la petición de asumir el Ministerio de Trabajo.

El grupo confederal de Unidas Podemos no contempla a día de hoy otra alternativa para apoyar a Sánchez que no sea una coalición. Una postura en torno la que, según aseguran desde la dirección del partido morado, existe cohesión interna tanto dentro de Podemos como en las confluencias, a pesar de que el líder de IU, Alberto Garzón, abriera el debate alrededor de la conveniencia de alcanzar un acuerdo programático para evitar nuevas elecciones. Con el fin de hacer visible esta unidad, Unidas Podemos ha retocado su equipo de cara a un posible proceso negociador con el PSOE. Si en julio esta labor estuvo comandada por dos diputados de la máxima confianza de Iglesias, como Ione Belarra y Pablo Echenique, ahora el equipo negociador se ampliará para integrar a todas las confluencias. Si el PSOE accede a trabajar con la formación morada un acuerdo de investidura y de gobierno, además de Echenique y Belarra, se sentarán también en la mesa negociadora Jaume Asens, portavoz de En Comú Podem; Yolanda Díaz, de Galicia en Común; Juantxo López de Uralde, de Equo; y Enrique Santiago, dirigente de Izquierda Unida y secretario general del Partido Comunista. Más allá de dar protagonismo a todas las confluencias, la ampliación de este equipo también persigue neutralizar la estrategia de Moncloa de buscar debilitar la posición negociadora de Iglesias con el argumento de las supuestas divisiones internas en el grupo confederal. De hecho, dos semanas antes de la investidura fallida de julio, Sánchez, dentro de uno de sus cambios de posición respecto a Podemos, abrió la puerta a que el partido de Iglesias pudiera incorporar al Gobierno algunos ministros morados, siempre y cuando fueran dirigentes «sin perfil político» y procedentes de las confluencias. Ayer, Ánder Gil, portavoz socialista en el Senado, insistió en esas voces discordantes dentro de Unidas Podemos. A este respecto, Echenique, instó ayer al PSOE a que «abandone las tácticas» si está pensando en buscar apoyos en las confluencias. Durante una entrevista en Onda Cero, Echenique recordó a Sánchez que la cohesión del grupo confederal es «absoluta», que todos han participado en la propuesta programática y que la negociación, llegado el caso, se realizará de forma conjunta.