Andalucía

Iglesias vuelve a tentar a los barones y ahonda en la crisis del PSOE

Líderes de Podemos en Castilla-La Mancha, La Rioja y Granada proponen de nuevo confluencias

Susana Díaz y Ximo Puig
Susana Díaz y Ximo Puiglarazon

Podemos dio un paso más en su estrategia de debilitar el liderazgo de Pedro Sánchez enfrentándole con sus barones al enviar cartas a diversos líderes territoriales socialistas en las que se repetía la oferta de concurrir en las elecciones al Senado para evitar que el PP logre lo que la retórica del partido de Iglesias denomina una «minoría de bloqueo» en la Cámara Alta. Sucedió ayer en tres puntos distintos: Castilla-La Mancha, La Rioja y la provincia de Granada.

En el primero de los casos fue el secretario general de Podemos en esta región, José García Molina, quien se puso en contacto con Emiliano García-Page, presidente del Castilla-La Mancha con el apoyo de los morados, para trasladarle la posiblidad de presentar listas conjuntas al Senado. «La importancia del Senado se hace patente a la hora de aprobar reformas de calado, como la ley electoral, o las reformas constitucionales. De ahí la importancia de concurrir como aliados», aseguraba García en la misiva que dirigió al socialista. La respuesta de García-Page fue diplomática: se mostró abierto a dialogar con Podemos (recordemos que su puesto al frente del Ejecutivo en esta región depende del partido de Iglesias) y a la vez evitó desmarcarse de Pedro Sánchez al subrayar que las listas deberán siempre ser «consensuadas y en cohesión» con la dirección nacional del partido. García-Page ironizó también en una entrevista concedida a Radio Castilla-La Mancha sobre «la manía por escribir cartas» que les ha entrado a los de Podemos cuando se ven diariamente.

En La Rioja fue también el secretario general de Podemos, Francisco Garrido, quien emplazó a su homólogo socialista, César Luena, a sentarse a negociar para confluir en el Senado. «Creemos que dichas negociaciones deberían iniciarse de forma urgente, por lo que te emplazamos a una pronta respuesta», decía la carta, que tuvo como destinatario, no sólo a Luena, sino también a los medios de comunicación. Gardio también subrayaba que «ningún cambio será factible con la hegemonía del PP en el Senado con la opción de bloqueo de cualquier propuesta legislativa de progreso». El tercer punto geográfico en el que Podemos aplicó presión durante el día de ayer fue Granada. Alberto Matarán, secretario general en esta provincia, envió una misiva a sus militantes y a los del PSOE en la que hacía un llamamento a la confluencia para evitar que el popular Sebastián Pérez vuelva a ser elegido senador. De Andalucía vino la respuesta más contundente por parte de las filas socialistas. «¿No somos el cortijo, a los que les falta transparencia y la casta?», espetó Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, durante la sesión de control al Gobierno, en respuesta a una pregunta lanzada por Teresa Rodríguez, líder de Podemos en esta región. Díaz también pidió a Rodríguez que terminen «con el juego y con la broma aquí en Andalucía». Para la líder socialista Podemos sólo piensa en aquello que les viene bien para sus tácticas, su jugueteo, sus frivolidades y sus sillones.

Susana Díaz exige que acaben con la «broma»

El PSOE andaluz no presentará en ningún caso candidaturas conjuntas al Senado con Podemos. La formación morada remitió ayer una carta a las ocho secretarías provinciales de los socialistas para sellar una alianza que fue desautorizada por Susana Díaz durante el transcurso de la sesión de control al Gobierno en el Parlamento de Andalucía. Lo hizo de manera tajante: «¿No somos el cortijo y la casta? Acaben con la broma», dijo. Díaz.

Puig insiste en el pacto y cierra un «Plan B»

El presidente de la Generalitat y líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, está decidido a mantener hasta el final la defensa de una candidatura conjunta con Compromís y Podemos para el Senado. «Nunca dejaré de dar pasos por miedo», aseguró, tras dejar entrever que concurrirá a la Cámara Alta con una lista conjunta aunque tenga que recurrir a un «plan B». La alternativa pasa por presentar un único candidato por cada partido a las listas.