Fundación Víctimas del Terrorismo

«Le diría a Otegi que sólo le deseo lo mismo que hemos vivido nosotros»

Una imagen del atentado de Vic
Una imagen del atentado de Viclarazon

“No me ha gustado verle en el Parlament. Sus palabras de perdón no me sirven cuando ha estado matando aunque sea de manera indirecta en Cataluña a más de 50 personas”.

El próximo 29 de mayo se cumplirán 25 años del atentado contra la casa cuartel de Vic. Hasta diez personas fallecieron aquel día después de que la banda terrorista ETA colocara un coche bomba con unos 200 kilos de amonal destrozando la vida de los guardias civiles, de sus familias y de los niños que se encontraban allí. Entonces murieron diez personas (cinco de ellos menores) y 44 heridos, la mayoría de ellos civiles.

Mari Angels Ribó perdió a su hermana, a su cuñado guardia civil y junto a sus padres, tuvo que críar a su sobrina que con 20 meses se quedó húerfana. Ribó contemplaba ayer con indignación cómo, cuando se va a cumplir los 25 años de aquella matanza, el secretario general de Sortu, el histórico dirigente de Batasuna, Arnaldo Otegi se paseaba sonriente por las instituciones catalanas. “Creo que es el terrorista número uno y no me ha gustado nada verle en el Parlament. Sus palabras de perdón no me sirven cuando ha estado matando, aunque sea de manera indirecta, aquí en Cataluña más de 50 personas”.

Si tuviera frente a frente a Otegi, Mari Angels Ribó le diría que “sólo le deseo lo mismo que nosotros hemos pasado”. Y es que el dolor y el sufrimiento de todos estos años con la ausencia de su hermana Nuria Ribó de 21 años, su cuñado Juan Chincoa de 29, un joven matrimonio que se encontraba en su casa “tranquilamente” cuando explosionó la bomba. La onda expansiva los elevó hacia arriba y quedaron sepultados con el coche bomba que les cayó encima “por eso tardaron tanto en encontrarles”.

El llanto de un bebé llevó al marido de Mari Angels a encontrar a la pequeña Ana, a la que la explosión había empujado en el interior de un armario. “Tuvo problemas en un oído pero el pediatra nos dijo que al tener el chupete hizo que no tuviera daños mayores en los tímpanos”. “Mi madre tuvo que dejar de trabajar y se quedaron con la custodia de la niña”. Asegura que desde el primer momento supo que a sus padres “les habían matado unos hombres malos” y acudían a llevarles flores al cementerio.

Entonces solía preguntar eso de ¿qué música le gustaba a mi madre?, ¿qué le gustaba comer a papá? No fue hasta los 14 años cuando vio varios vídeos de lo ocurrido. Ahora, Ana tiene 26 años y trabaja de educadora infantil en una guardería, no quiere ni oír ni saber nada de aquello y tampoco hace preguntas.

Mari Angels Ribó volver a ver las imágenes y recordar lo ocurrido cada vez que se humilla a las víctimas con estas acciones le suponen “mucho dolor” y “rabia”. “No entiendo que se reciba a Otegi como un héroe de los asesinos”, cuando era uno de los que de manera indirecta aplaudía que se asesinara a aquellos niños y a sus familias. “No veo muy bien lo que hicieron en el Parlament”. No sabe si los gestos de ayer son una forma más de blanquear la historia de Otegi pero ella no olvida y tampoco quiere su perdón.