Conflicto de Gibraltar
Los inspectores de la UE garantizan un análisis riguroso e independiente
Interior mantendrá los controles si Gibraltar no lucha contra el fraude
Todos, españoles y gibraltareños, esperaban ansiosos la llegada de los inspectores de la Unión Europea. Pero por diferentes motivos. Interior mantendrá los controles si Gibraltar no lucha contra el fraude.
Todos, españoles y gibraltareños, esperaban ansiosos la llegada de los inspectores de la Unión Europea. Pero por diferentes motivos. Unos porque confiaban en que la misión –formada por seis inspectores de Interior, Unión Aduanera, Justicia y Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF)– inste en el futuro a las autoridades españolas a reducir los controles en la verja que considera desproporcionados. Otros, porque querían que los inspectores ampliaran su examen al bunkering, el lanzamiento de bloques y el juego online. Sin embargo, a juzgar por el cruce de declaraciones entre los representantes políticos, la situación está aún lejos de solucionarse. Y por si fuera poco, el portavoz de la CE en España, Miguel Puente, admitió que el análisis de la información recabada «llevará tiempo», aunque finalmente se consiga una investigación «rigurosa e independiente».
Pero si algo trajo la visita de los inspectores fueron reproches. Por parte de los ciudadanos españoles, que aprovecharon su llegada para protestar contra el «odio de Gibraltar hacia los trabajadores españoles», como rezaba alguna pancarta. Para contrarrestar las protestas, el despliegue que efectuó Picardo para recibir a los inspectores fue el de las grandes ocasiones. «Se va a permitir el acceso a todas las zonas que sean necesarias y a prestarles los datos y la información necesaria para que realicen su trabajo de la manera mas ágil y eficiente. Gibraltar no tiene nada que esconder» anunció el ministro principal minutos antes. Dicho y hecho. El propio Picardo les dio la bienvenida personalmente. Pero hasta siete representantes del Peñón, incluido Michael Llamas, director de la Oficina de Gibraltar en Bruselas, acompañaron a la comitiva durante toda la mañana. Los seis representantes de la UE se reunieron con funcionarios de la verja y guardacostas, de aduanas, con la «Royal Gibraltar Police» y con la Fiscalía del Peñón.
Tras el descanso de la comida –que realizaron en un conocido restaurante de La Línea– reanudaron las reuniones, ésta vez en territorio español, para comprobar los controles en la verja. Precisamente, ayer no se registraron colas de larga duración. Pero no por ello el Gobierno español va a relajar los controles. La única novedad en las dos últimas semanas es la instalación de un escáner por parte del Servicio de Vigilancia Aduanera en la explanada antes ocupada para almacenar los vehículos requisados. Pero, por si quedaba alguna duda, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, dejó claro ayer que nada de eso va a suceder. A menos que Gibraltar decida cambiar de estrategia y luchar contra el fraude y el contrabando. «Cuando las autoridades gibraltareñas quieren que terminen los controles, no tienen más que colaborar para que la evasión fiscal, la evasión de capitales y el contrabando de tabaco no sean, por desgracia, actividades que predominen en Gibraltar», advirtió el ministro. La respuesta por parte del Gobierno de Picardo llegó, a última hora de la noche en forma de comunicado. «Dejando de un lado la amenaza, sus comentarios son un completo despropósito», afirmaba la nota, que incluso instaba al titular de Interior a «tener el suficiente criterio como para no hacer declaraciones objetivamente inveraces».
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