Restringido
Melilla: los inmigrantes planean más avalanchas contra las mallas antitrepa
Tras la instalación de la malla «antitrepa», intentan superar por la fuerza el vallado. Hay 2.000 subsaharianos a la espera
Los sucesivos fracasos de los inmigrantes subsaharianos para acceder a Melilla a través del vallado (salvo el pasado martes, cuando las autoridades marroquíes no quisieron hacerse cargo de medio centenar que se había encaramado durante siete horas a la verja) han obligado a estas personas a intentar «nuevos» métodos para acceder a la Ciudad Autónoma. Y es que según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, se sabe que entre los subsaharianos anida la idea de que lo más efectivo, tras la instalación en el vallado de una malla «antitrepa», es realizar avalanchas humanas, cuanto más numerosas mejor, para superar por la fuerza la frontera. Los inmigrantes saben que una vez que logren pisar territorio español habrán logrado su objetivo, ya que deberá iniciarse el procedimiento de expulsión tras su estancia en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
De las fronteras existentes entre España y Marruecos, la que se presta mejor a esta estrategia es, por su configuración, la de Farhana, porque no permite a las Fuerzas de Seguridad contar con tanto poder de reacción como, por ejemplo en la de Beni Enzar, donde existe un territorio neutro bastante amplio entre ambos países. Se calcula, según las citadas fuentes, que en la actualidad se esconden en el Monte Gurugú unos 2.000 subsaharianos «dispuestos a todo» con tal de entrar en España.
A lo largo de esta semana, se calcula que se habrían movilizado, en los distintos intentos de salto, unos 1.600 individuos, aunque sólo lo lograron 80 de ellos, incluidos los cincuenta que no quiso aceptar Marruecos el pasado martes.
La malla «antitrepa» que ha instalado el Ministerio del Interior recientemente, aunque no es infranqueable, se ha demostrado como el elemento más efectivo para evitar los saltos, además del refuerzo de los agentes de las Fuerzas de Seguridad en el perímetro fronterizo. El Departamento de Jorge Fernández aprobó el pasado miércoles el envío de otros 475 agentes entre Policía y Guardia Civil a Ceuta, Melilla y Algeciras para aliviar la presión migratoria.
Garfios y anclas
Los subsaharianos, según se ha podido observar en los últimos saltos, utilizan garfios y anclas con cuerdas atadas; tornillos en los zapatos y escaleras caseras, un elemento que no usaban desde hace mucho tiempo.
En cualquier caso, mientras se mantenga el clima de colaboración entre España y Marruecos en el asunto de la inmigración, las fronteras de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla no constituyen el camino más fácil para acceder a España. Esta realidad es interiorizada por los inmigrantes subsaharianos, que están en manos de las mafias que trafican con seres humanos, a las que tienen que pagar importantes cantidades de dinero, y que tienen que recorrer grandes distancias hasta llegar a las proximidades de la frontera.
La desesperación existente entre estas personas, sobre la que se debería realizar una estrategia global de ayuda desde la Unión Europea, en vez de lanzar, como ha ocurrido en ocasiones, quejas contra España, es la que les ha hecho pensar que las avalanchas pueden ser una «solución».
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