Los leones ya no rugen
Una "mili" necesaria
Pasados los tiempos del soviet comunista y el nazismo, la amenaza viene del ansia expansionista de Putin y los países europeas no tienen reservistas preparados
Un día cualquiera que tal como están las cosas puede suceder...
Los leones de las Cortes están estupefactos con los “antibelicistas”, ellos que fueron forjados con bronce de los cañones tomados al enemigo en una contienda bélica. Cuando comprueban la incultura pertinaz de los que se manifiestan delante de ellos respiran tranquilos. Los vociferantes, pertenecientes a la subraza de los políticamente correctos, gritan los eslóganes al uso del ¡No a la guerra! Y similares. Hasta que, uno, que algo debe haber escuchado, que, no estudiado, lanza un ¡No queremos otra División Azul! Los demás, le miran pasmados...hasta que añade ¡Margarita Robles, nazi! Eso ya les suena mejor y lo corean mientras esperan la llegada de la ministra de Defensa al Congreso con el fin de explicar un plan, según el cual, los jóvenes de ambos sexos que lo deseen pueden realizar durante dos veranos, sendos campamentos de tres meses para conocer las técnicas de la guerra moderna, su integración en unidades militares, compañerismo, patriotismo, etcétera, con la compensación, además de 1.500 euros mensuales netos, prioridad en el acceso a viviendas sociales y, a los que les guste, facilidades para hacer carrera en las Fuerzas Armadas.
Robles, persona instruida, que ingresó en la carrera judicial en 1980, siendo la primera mujer en ocupar el primer puesto de su promoción, sí sabe lo que fue la División Azul y que esos individuos la equiparen a una nazi le da idea de que hasta qué punto debates que debían realizarse con el debido sosiego, son sacados de contexto por los que desconocen lo que suponen las guerras en las que, al final, hay bajas en los dos bandos, soldados que se merecen el debido respeto independientemente de la ideología de los que les llevaron al combate.
En Rusia, hace años que desapareció el régimen comunista de los soviéticos y en Europa, después de una terrible contienda y un holocausto genocida de millones de judíos, el nazismo fue erradicado y sus responsables convenientemente juzgados y condenados. El franquismo es cosa de la historia. La amenaza actual proviene de las ansias expansionistas de Putin.
Es difícil imaginar, en las actuales circunstancias, que el Gobierno socialista estudie un plan que, al final va a haber que llevar a cabo, para tener a una juventud mínimamente formada en caso, Dios no lo quiera, de conflicto bélico. Otras naciones de la UE ya se han puesto a ello, además de las que tienen implantado el Servicio Militar Obligatorio. Caso aparte es nuestro vecino del sur que ya lleva años en ello, pero con los ojos dirigidos a su enemigo ancestral en la zona.
Por lo que respecta a Europa, ignorar la estrategia del “zar” Putin es vivir de espaldas a la realidad. España, en ese aspecto, debe ser una isla de paz que nunca sufrirá las consecuencias de dicha amenaza. Al menos eso es lo que piensan nuestros gobernantes, más por conveniencia que por convencimiento. La escena imaginaria descrita al principio, con Margarita Robles de personaje central, es impensable.
Alguien con capacidad para ello, cada día más difícil, debería pedirle al presidente del Gobierno que al menos se haga la pregunta de por qué naciones europeas con democracias consolidadas se plantean la vuelta a un servicio militar que no tiene que ser obligatorio, al menos si la convocatoria es atendida por la juventud. No debe despreciarse su formación y capacidad de análisis y que ha nacido y crecido ajena al antimilitarismo rampante de otras épocas.
Ante problemas reales es mejor articular soluciones previas que vendarse las heridas sobre la marcha.
Los leones de las Cortes prefieren ver entrar a Margarita Robles con la tranquilidad que se merece y le desean lo mejor por el bien de España.