Análisis
El PP se niega a ceder la competencia: no se fía de Marlaska
Mañueco y Rueda seguirán al mando porque elevar la emergencia no traerá «más medios para la extinción»
El PP y las comunidades autónomas en que gobierna no se fían del mando del Gobierno en la lucha contra los incendios que asolan con violencia gran parte de la geografía española.
Fue, primero, ayer, el Gobierno castellano y leonés de Alfonso Fernández Mañueco el que confirmó que desecha la posibilidad de declarar el nivel de Emergencia 3.
Solo un día después de que el ministro del Interior visitase su región, junto al presidente. ¿La razón? Solo se traduciría –dice– en que la batuta de dirección de los operativos pasaría a estar en manos del ministro Fernando Grande-Marlaska, del que no se fían a la hora de obtener «más medios» para la extinción del fuego.
Así lo reiteró y confirmó después Esther Muñoz, portavoz parlamentaria de los populares. «No se están atendiendo las peticiones de que más efectivos de las Fuerzas Armadas se incorporen a través de la Unidad Militar de Emergencias (UME)», denunció la dirigente.
Desde Moncloa, en cambio, sacan pecho porque ya son 3.000 los efectivos de esta unidad militar desplegados sobre unas zonas en las que, según dijo la ministra de Defensa, «en 20 años no se ha visto un incendio así».
Pero en las filas populares no ven suficiente la respuesta del Gobierno central. También el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, insistió en que la coordinación debe seguir en manos de los profesionales locales y autonómicos porque «son los que mejor conocen los terrenos y los fuegos».
Negó, al igual que sus compañeros populares, que escalar el nivel de emergencia sea la solución, dado que tampoco supondría obtener «más medios para la extinción», que están llegando, según dijo Rueda, «a cuentagotas».
A los populares tampoco les parecieron aceptables las justificaciones ofrecidas ayer por Margarita Robles, cuando aseguró que no descarta incrementar el número de medios militares desplegados sobre los puntos críticos, pero únicamente para que lleven a cabo «labores de apoyo logístico».
Muñoz coincidió con la ministra en que «es cierto que las Fuerzas Armadas no pueden hacer acción directa contra el fuego», dado que es un negociado de los bomberos, y de la UME. Pero, en cambio, sí que le recordó a Robles que son «muchas las cuestiones logísticas en las que pueden ayudar» y en las que, de momento, «no se les está permitiendo» participar.
Génova, incluso, ofreció ejemplos de esas capacidades logísticas que aún no ha activado el Ejecutivo. En primer lugar, el PP planteó la posibilidad de que los batallones de ingenieros puedan contribuir, echando mano de sus Bulldozers d5 y d7 y de las motoniveladoras, a la creación de cortafuegos en los pueblos afectados.
También señaló la portavoz popular que tienen helicópteros con los que transportar cuadrillas humanas y traer maquinaria pesada desde otras comunidades.
Sin olvidar que los miembros de los tres ejércitos podrían colaborar con la Guardia Civil en las tan necesarias labores de vigilancia. Que permiten, tal y como recordó, evitar la aparición de nuevos focos de fuego y prevenir nuevas actuaciones de los pirómanos.
Desde la principal fuerza de la oposición mantienen que el Gobierno del PSOE y Sumar, «a día de hoy, sigue sin poner los dispositivos necesarios a disposición de los españoles que ven arder sus casas». Además, los de Alberto Núñez Feijóo también recibieron ayer respuesta por parte del ala socialista del Consejo de Ministros a las palabras con las que el líder del PP, este domingo, que exigió acción gubernamental y dejar a un lado «el oportunismo político y los chascarrillos partidistas».
Otro ministro socialista, Óscar López, fue, como acostumbra, el encargado de contestarle a Feijóo con una dura petición: «Deje de hacer declaraciones irresponsables a las que ya nos tiene acostumbrados».
Pero el titular de Transformación Digital también aprovechó para dirigirse, directamente, a los barones populares que sufren en sus propios territorios la crisis del fuego para reclamarles que «arrimen el hombro» y dejen a un lado las críticas.
López les mandó, en este sentido, un recado: «Con una mano están agradeciendo la colaboración del Gobierno y con la otra tratan de hacer oposición».
De momento, lo que ha querido dejar meridianamente claro el PP es que no están en el Pacto de Estado contra el cambio climático que ha implorado sacar adelante el jefe del Ejecutivo. Lo consideran una «huida hacia adelante» y una «cortina de humo» dirigida a «salvar la imagen» del presidente en pleno avance de las llamas.
Lo prioritario, destacó Muñoz, es apagar incendios, y les parece una «incoherencia» que, tras «una semana desaparecido», de vacaciones en La Mareta (Lanzarote), esa sea la única solución que ponga sobre la mesa. «Ahora no sirve para recuperar lo perdido, ni para acabar con las llamas», recalcó.