Crisis
Podemos inicia un ERE y despedirá a más de la mitad de sus trabajadores
La reducción de diputados tras el 28M y el 23J supondrá una merma de ingresos para la formación, que se ve obligada a cerrar nueve de sus delegaciones territoriales y a recortar gastos
Los pobres resultados obtenidos en las urnas tanto en las elecciones autonómicas y municipales del 28M como en los comicios generales del 23J comienzan a tener consecuencias en las filas Podemos. La formación morada ha anunciado a sus trabajadores la apertura de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) por el que prevé el cierre de nueve de sus delegaciones territoriales y el despido de al menos la mitad de su plantilla, como consecuencia de la pérdida de representación institucional en las elecciones autonómicas del 28 de mayo y en las generales del 23 de julio.
Así lo anunció el partido en una carta con fecha del día 24 de julio (al día siguiente de los comicios generales) enviada a sus empleados, según ha adelantado El Periódico de España. En ella, Podemos asume que se enfrenta "a un nuevo escenario" tras las dos citas electorales que, además de la pérdida de peso político, supone una importante reducción de ingresos. En concreto, revela que una "valoración inicial" de la situación sitúa las pérdidas en un 70 por ciento a nivel estatal y en un 90 por ciento aproximadamente en los territorios.
Esto lleva al partido a anunciar la extinción de los contratos y el cierre de los centros de trabajo en nueve autonomías (Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Cantabria, Galicia, Madrid y la Comunidad Valenciana), además de una reducción de plantilla en su sede central.
Podemos subraya la reducción de escaños en los parlamentos autonómicos y en las Cortes Generales como justificación de una "profunda reorganización del partido en todos los ámbitos" para adecuarse "al descenso de recursos que esto supone".
Ante dicha reducción de ingresos, la formación ve obligada a cambiar de estrategia y hacer modificaciones, ya que la disminución de los recursos "lleva aparejada la necesidad ineludible de adaptar a los mismos los gastos de toda índole, incluidos los laborales, que en el caso de los territorios afectados implicará la extinción de los contratos y el cierre de los centros de trabajo y, en estatal, una reducción de la plantilla", expone.
"Por razones económicas, técnicas y organizativas"
Con ello, el partido anuncia la apertura del ERE "por razones económicas, técnicas y organizativas". Además, adelanta que dicha reorganización "se afronta con el firme objetivo de asegurar la acción política de Podemos y garantizar la continuidad del avance de las políticas transformadoras".
Según detalla en la misiva, el ERE afectará a un total de 45 trabajadores dependientes de los nueve centros territoriales que serán cerrados (cinco en Aragón, siete en Asturias, ocho en Baleares, seis en Canarias, cuatro en Castilla-La Mancha, uno en Cantabria, tres en Galicia, cuatro en Madrid y siete en la Comunidad Valenciana). Podemos cuenta además con 61 empleados a nivel estatal, el 57,55 por ciento del total de su plantilla, que también sufrirán una importante reducción.
El partido abre ahora un proceso de negociación que pilotará la secretaría de Organización dirigida por la diputada electa Lilith Vestrynge. "La Organización queda a disposición de las compañeras y los compañeros con la convicción de que entre todas seremos capaces de encontrar las mejores soluciones para impulsar de nuevo a nuestra organización, a nivel autonómico y estatal, con la certeza de que seguir conquistando derechos es posible", reivindica la formación morada.
Solo cinco escaños en la Cámara Baja
El 23J, Podemos se presentó a las elecciones bajo el paraguas de Sumar liderado por Yolanda Díaz, que cosechó un total de 31 escaños con un 12,31 por ciento de los votos. De ellos, solo cinco pertenecen a Podemos.
Dos meses antes, el partido ya había perdido cuantioso peso territorial en los comicios del 28 de mayo, quedándose sin representación en dos plazas importantes, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana, y sin alcanzar tampoco su objetivo de entrar en los parlamentos regionales de Castilla-La Mancha y Cantabria. Además, vieron frustrada su intención de sumar con el PSOE en numerosos territorios e incluso perdieron ejecutivos autonómicos que ya tenían, como es el caso de Comunidad Valenciana, Baleares o Aragón.
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