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Interior

Una policía sobre los fallos de las pulseras: "Cinco días sin funcionar"

Una agente de la UFAM relata a LA RAZÓN su experiencia con las fallidas pulseras telemáticas y también la sobrecarga de trabajo que sufren en la actualidad con las víctimas de maltrato

Una policía sobre los fallos de las pulseras: "Cinco días sin funcionar" LR

Los policías de la UFAM experimentaron en sus propias carnes los problemas de las pulseras telemáticas. El miedo que sintieron las víctimas que protegen es un claro ejemplo de lo que provoca un sistema fallido que fue silenciado en el tiempo. "Hubo maltratadores sin señal en sus dispositivos durante cinco días", explica una de estas agentes a LA RAZÓN.

El caso de los problemas en los dispositivos telemáticos es otro escollo más al que tienen que hacer frente estos funcionarios de la Policía Nacional. Tienen una plantilla desactualizada y jornadas maratonianas para intentar luchar contra una de las lacras de la sociedad: la violencia machista. Estos agentes tienen que proteger a más de un centenar de víctimas.

Cada día deben ponerse en contacto con ellas, analizar los informes con sus circunstancias e introducir los datos en Viogen. LA RAZÓN ha recogido el testimonio de unas de estas agentes que lleva más de una década en la UFAM y por sus manos han pasado centenares de víctimas del maltrato.

Esta policía lleva en la actualidad a más de 120 mujeres. Una labor que realiza junto con una compañera y cuando una de las dos se marcha de vacaciones se tienen que hacer cargo de las 250 en total. Siempre lleva en su bolsillo un teléfono para que puedan contactar con ella. Un número que está disponible las 24 horas de los 365 días.

La sobrecarga de trabajo es demoledora y se nota la carencia de efectivos. Una muestra de ello es que en las comisarías de distrito de Madrid no hay agentes especializados de UFAM Investigación. Una mujer que va a denunciar tienen que recoger su testimonio los compañeros de la ODAC, que también están ya de por sí colapsados.

A sus problemas habituales se les unió el fallo de las pulseras telemática en marzo de 2024. "Siempre hubo algún fallo pero con el trasvase de datos el problema se incrementó y tuvimos mucho jaleo durante un tiempo", relata.

Agentes de la UFAM de la Jefatura Superior de Policía de Baleares.POLICÍA NACIONALEuropa Press

Hay que tener en cuenta que las víctimas que tenían este dispositivo vieron como descendía su nivel en Viogen a medio o bajo por tener esta pulsera. "Las mujeres nos dicen que no funcionaban, que no paraban de pitar y eso les generaba mucha ansiedad", recuerda.

Cuando llamaban al Centro Cometa les tranquilizaban con unas escuetas palabras: "No pasa nada". "Hemos tenido casos de que el agresor tenía el dispositivo roto, llamaba para que se lo cambiaran y no se producía este relevo en tres o cuatro días. El hombre tenía que llamar a Cometa cada vez que salía de casa", afirma esta policía.

Otro de los casos más flagrantes fue cuando una de estas pulseras estuvo inactiva durante 4 ó 5 días. En ese periodo no hubo señal entre la víctima y su agresor. Estaba totalmente desprotegida y nadie lo sabía. Esta mujer nunca llegó a conocer las circunstancias de su caso.

Los policías de la UFAM nunca recibieron ninguna explicación por parte de Cometa. Simplemente se dedicaron a pasar los informes que recibían al sistema Viogen. Los problemas remitieron varios meses después en mitad del verano. Ahí fue cuando el problema quedó silenciado.

Convencer a las víctimas

Un silencio que enteró el tema hasta que se puso de relieve gracias a los informes de los jueces que vieron como los casos acababan desestimados por la falta de señal de estas pulseras. Un escollo que es otra pierda más en su labor diaria.

Tienen que enfrentarse a los maltratadores y muchas veces convencer a las propias víctimas que no quieren denunciar. Muchas de ellas rechazan la protección o retiran las denuncias en sede judicial. Todo ello a pesar de la ingente labor que realizan desde la UFAM y el trabajo de concienciación.

Agente de la UFAM de la Policía NacionallarazonPOLICÍA NACIONAL

"Hay víctimas que son reales que nunca aparecen. Cuando las matan no tenemos los parámetros para estudiar el caso", lamenta ya que les dificulta poder salvar vidas. Esta agente sintió en sus propias carnes lo que es perder a una de las mujeres que tenía que proteger. Un caso sumamente difícil.

La víctima denunció por primera vez a su agresor cuando era menor en 2009 porque era su novio y le había violado. Este chico entró en prisión y ella acudió a comisaría porque quería quitar la denuncia. Cuando salió de la cárcel volvió con él. "No es lo mejor", le aleccionaron las agentes de la UFAM.

"Llevábamos su seguimiento pero no colaboraba mucho. Continuaban las palizas. Este hombre regresó a la cárcel por otro delito y ella retomó su vida con otra pareja que también le maltrataba", prosigue su relato. Después, los caminos de la víctima y el agresor se volvieron a cruzar.

Más víctimas y más jóvenes

"Denunciaba pero en el juzgado retiraba la denuncia. Le avisábamos que era un caso muy grave, le denegaron una casa de acogida de víctimas por mal comportamiento... y así hasta que su pareja cumplió las amenazas y la asesinó", confiesa la agente.

Después del homicidio se analizó al detalle el trabajo de los componentes de la UFAM. No hubo ni un pero ni un reproche por parte de sus superiores. "Hicimos todo lo que estaba en nuestra mano", añade esta policía.

Agentes de la UFAM de la Policía Nacional.Ep

Los agentes que luchan contra la violencia de género están desbordados en los últimos meses. "Cada vez hay más trabajo y más víctimas. Hay mucho nivel de estrés porque son casos muy delicados", sostiene. Mientras recogen el testimonio de una mujer hay otras dos esperando para ser recibidas.

Cada vez más se encuentran con este tipo de violencia en los menores. "Se está dando en gente más joven a todos los niveles sociales", analiza. Para finalizar lanza un mensaje a ese porcentaje silencioso que sufre en silencio el maltrato: "Tienen que denunciar porque siempre el agresor va a más".