
Política
Sin Presupuestos "en tiempo y forma" por octavo año consecutivo: Montero finge y los socios se desentienden
El Gobierno ha empezado a hablar ya con los grupos, pero nadie ve factible que cuente con los apoyos.

Para poder aprobar los Presupuestos Generales del Estado "en tiempo y forma", como se dice, el Gobierno tendría que remitirlos hoy mismo al Congreso de los Diputados. A partir de mañana ya se estaría trabajando fuera del plazo que dicta la Constitución, que establece que el proyecto de ley de las cuentas tiene que enviarse a la Cámara Baja tres meses antes de que venzan los que están en vigor. Sin embargo, a pesar del mandato constitucional, nada parece indicar que María Jesús Montero vaya a aparecer por sorpresa en la carrera de San Jerónimo con los tomos presupuestarios debajo del brazo.
2026 será, por lo tanto, el octavo año consecutivo en el que el Gobierno no consigue remitir los Presupuestos "en tiempo y forma". En realidad, desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa a mediados de 2018, nunca lo ha hecho. Siempre que los ha presentado ha sido después del 1 de octubre y la mitad de las veces, ni siquiera los ha llegado a presentar.
Sin embargo, el Ejecutivo ahora intenta quitar hierro a los plazos que dicta la Constitución y asegura que este año sí que los va a presentar. Su intención es intentarlo antes de que acabe el año, aunque también podría hacerlo a partir de enero.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, aseguró ayer en una entrevista que "lo importante ya no es un día arriba, un día abajo, sino que ese proyecto se presente e intentar hacerlo con todas las garantías posibles para que consigamos una mayoría que lo apruebe". En una línea prácticamente idéntica se pronunció la vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, que dijo ayer también que "presentaremos los Presupuestos Generales del Estado". Otra cosa muy diferente es que consigan aprobarlos.
Según confirman varias fuentes parlamentarias, el Gobierno ya está en contacto con grupos como ERC, el PNV, Junts o el BNG para intentar intercambiar posiciones y allanar el camino hacia la aprobación de las cuentas. Pero esas mismas fuentes rebajan las expectativas de que el Ejecutivo pueda llegar a aunar los apoyos suficientes como para poder aprobarlas.
Desde ERC explican que la prioridad para su partido no son los Presupuestos de Sánchez. "Oriol Junqueras está muy centrado en intentar que el PSOE cumpla lo pactado con nosotros. Si no lo hace como condición previa, es muy difícil que demos el apoyo a sus cuentas", comentan fuentes de la formación independentista.
En concreto, pujan por la recaudación y gestión de los impuestos de los catalanes por parte de una Agencia Tributaria catalana y por reformar la ley de financiación autonómica, pero el Ministerio de Hacienda se sigue resistiendo a ceder la gestión completa del IRPF. De hecho, el propio Junqueras ya deslizó hace no mucho que María Jesús Montero no era la persona idónea para negociar los Presupuestos con los partidos. Las fuentes de ERC sospechan, de todas formas, que la estrategia del Gobierno no es aprobar las cuentas, sino "presentarlas, que caigan, y echarnos la culpa a los demás partidos".
Eso es exactamente lo mismo que sospechan en Podemos, que ven en este ánimo de Moncloa una estrategia similar a la de 2018, cuando Sánchez convocó elecciones después de que el Congreso tumbara los Presupuestos para el año 2019. La estrategia entonces le salió bien al PSOE, pero ahora parece difícil imaginar un escenario parecido.
Aunque, según aseguran fuentes de Podemos, el Gobierno todavía no les ha llamado para negociar los Presupuestos, la formación morada ya ha hecho públicas sus exigencias para aprobar las cuentas. Estas son romper todo tipo de relación diplomática y comercial con Israel, decretar el embargo total de armas, reducir un 40% el precio de los alquileres y prohibir la compra de vivienda que no sea para uso residencial y revertir el aumento del gasto militar.
En Moncloa explican que estas condiciones son imposibles de asumir, sobre todo las relativas al alquiler y la vivienda, y que al defenderlas la formación de Ione Belarra está demostrando que no tiene interés en negociar. Sin embargo, también aseguran que su intención es tratar de "virar" su posición. Exactamente igual que con Junts. Pero este frente tampoco permite ser optimista.
Carles Puigdemont y José Luis Rodríguez Zapatero se reunieron hace poco más de una semana y el expresidente del Gobierno intentó suavizar la postura de los independentistas. El socialista le trasladó el deseo de Sánchez de intentar conseguir su sí a las cuentas públicas, pero los posconvergentes están enrocados, igual que ERC, en que el Gobierno tiene que cumplir lo pactado antes de hablar de nada más, Presupuestos incluidos.
En Junts han notado que su estrategia de cercanía a Pedro Sánchez no les está saliendo rentable, ya que están cayendo en las encuestas en Cataluña y con Aliança Catalana creciendo a su costa en el espectro independentista. Por ello han endurecido la postura y aseguran que van a tomar una decisión de vital importancia antes de Navidad. Aunque no lo verbalizan, están amagando con romper en otoño.
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