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El PSOE no negociará la reforma del «solo sí es sí» con sus socios

Los morados llevarán su «no» hasta el final y los socialistas alertan de que sus enmiendas no resuelven el error

Podemos no rebajará su órdago en los próximos días y está dispuesto a mantener hasta el final el pulso al PSOE con la reforma de ley de Libertad Sexual auspiciado por ERC y Bildu. El grupo de Unidas Podemos registró ayer, sobre la bocina, sus enmiendas a la proposición de ley que registraron los socialistas en solitario para corregir la ley que ya ha rebajado condenas a más de 700 agresores sexuales.

La ley del «solo sí es sí» es una de las cuestiones que más ha dividido al Ejecutivo de coalición, no solo desde que esta entrara en vigor y comenzaran a conocerse sus «efectos no deseados», sino desde su fase más embrionaria en Moncloa, a causa de las discrepancias para su redacción y sobre su seguridad jurídica. Los morados no están dispuestos a que los socialistas «corrijan» su ley estrella sin su concurso y menos con el apoyo del PP, por lo que vetarán su propuesta de reforma.

Según explican fuentes de Igualdad, de esta manera no se pondría en duda el consentimiento explícito de la víctima, al considerar que con la propuesta del PSOE de modificar el artículo 178 y 179 de la ley para añadir un apartado en el que se elevan las penas por agresión sexual para los casos cometidos empleando violencia o intimidación sobre una víctima que tenga anulada su voluntad por cualquier situación.

Según los morados, el hecho de elevar las penas según el empleo de la violencia o intimidación, se volvería a la pregunta del juez a la víctima de si opuso resistencia o no. En las enmiendas de Podemos se especifica que a partir del tipo básico –de 1 a 4 años por agresión sexual– y de 4 a 12 si hubo acceso carnal, se sumen agravantes de violencia e intimidación para elevar la pena de cárcel. Los morados también plantean elevar las penas cuando los agresores estén en una situación de parentesco y añaden el concepto de allegados a la víctima.

La «contrarreforma» presentada por los morados es similar a las propuestas planteadas a finales del año y que el PSOE rechazó de plano. Según explican fuentes de Igualdad, la mayor diferencia es la introducción de los agravantes de violencia e intimidación. Para los morados hay tiempo para negociar con los socios de investidura y creen que el PSOE «no tiene justificación» para no acordar con ellos la reforma. Les piden volver a sentarse a negociar esta misma semana. De lo contrario, sentencian, «no votaremos a favor de ningún retroceso».

En el PSOE, por su parte, siguen adelante. Se prevé que la reforma impulsada en solitario se apruebe definitivamente y sin cambios el próximo 20 de abril en el Congreso, antes de su remisión al Senado. Ni se ha negociado, antes de la presentación de las enmiendas por parte de Podemos, ni se prevé ninguna negociación futura. En Ferraz sostienen que Podemos nunca tuvo una voluntad real de hacer cambios en la norma y por eso valoran ahora lo que consideran una marcha atrás de sus socios.

Desde el «respeto» a las enmiendas que han presentado el resto de grupos, fuentes socialistas rechazan todas las propuestas. «Estas enmiendas no solucionan los efectos indeseados, esos efectos indeseados se resuelven con la proposición de ley socialista», zanjan. En esta línea se manifestó ayer públicamente la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, que lanzó un duro golpe a sus socios de coalición por la instrumentalización que han hecho de esta polémica, llamando a no confundir «cerrazón con feminismo». Con cierto tono irónico, desde el PSOE se felicitan ahora de que Podemos reconozca que hay un «problema» con la ley estrella de Igualdad.

«Cuando uno plantea unas enmiendas es porque reconoce que hay un error y algo hay que cambiar», señalaron. Por su parte, desde Podemos avisan que ni sus enmiendas ni las del PSOE acabarán con las revisiones de condena que aplica «mal una minoría de jueces». Así, los morados, aunque reconocen que la norma necesita mejoras, no están dispuestos a aceptar errores en su ley estrella. La portavoz socialista reivindicó que el «solo sí es sí» es una buena ley, cuyo objetivo es proteger a las víctimas y a las mujeres de una manera integral, algo que no se ha conseguido, dados esos efectos indeseados. «El PSOE actuó con su propuesta y esa proposición de ley es la que evita esos efectos indeseados», mantienen.

En el rechazo a las enmiendas de Podemos está también, más allá de considerarlas «idénticas» a las de ERC y Bildu, que los socialistas no aprecian ninguna novedad sobre las propuestas que sus socios ya les remitieron durante la negociación bilateral que se mantuvo a nivel gubernamental, antes de saltar al Congreso de los Diputados con el resto de grupos. En Moncloa consideran que ubicar la violencia como un agravante elevaría de manera desproporcionada las penas y acabaría con la graduación debida en la escala penológica, asimilándola a la de otros delitos más graves, como el homicidio o el asesinato. El PSOE queda ahora en manos del PP para poder sacar adelante la reforma y se reabre, a su vez, una nueva guerra en la coalición, en la recta final de la legislatura y con el horizonte electoral del 28-M.