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Rajoy ve inviable el «frente populista» de Sánchez y pone al PP en campaña
El presidente pone en marcha una precampaña informal con actos territoriales para combatir el desconcierto en las filas populares
El presidente pone en marcha una precampaña informal con actos territoriales para combatir el desconcierto en las filas populares
La semana en la que el Rey Felipe VI empieza sus contactos para proponer al candidato que se someterá a la sesión de investidura llega marcada por los movimientos de acercamiento del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con los partidos independentistas. En el tablero político los actores han ido tomando posiciones, y Sánchez ha dejado claro que está dispuesto a intentarlo todo, aun a costa de incendiar a su partido, para conseguir la alianza de izquierdas que exige también el consentimiento nacionalista para llegar a La Moncloa. Pero el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, sigue tan convencido hoy como antes de Navidad de que Sánchez no tiene margen para alcanzar un pacto que le permita liderar un Gobierno alternativo a la lista que él representa.
Desde el entorno de Rajoy resaltan la «confianza» que el líder popular sigue teniendo en sí mismo. Y aseguran, categóricamente, que su pronóstico no se mueve de donde estaba: o un Gobierno del PP, lo que exige la abstención socialista negada y negada por Sánchez, o elecciones. La hipótesis de un Ejecutivo de Sánchez con apoyo de Podemos y otras minorías, o como alientan desde Ferraz con el respaldo incluso de Ciudadanos, es vista como una quimera que hará perder tiempo, dañará la economía y generará inestabilidad. Ni en Moncloa ni en la dirección del PP ven a Sánchez como un candidato a presidente del Gobierno, aunque todos los mensajes que lleguen desde la dirección socialista vayan dirigidos a consolidar esa imagen.
Rajoy observa con la pose de tranquilidad que lleva a gala los movimientos de su adversario, mientras ha vuelto a ponerse el traje de candidato por si se repiten las elecciones. Con la agenda de presidente muy limitada, la dirección del PP ha decidido reactivar de nuevo su presencia como líder del partido a nivel territorial en una estrategia que busca mantener el pulso de su formación por si necesitan ponerse de nuevo en campaña. Génova vuelve a activar la caravana de dirigentes nacionales para que trasladen a las «plazas» prioritarias el discurso en defensa de un Gobierno constitucionalista y acentúen también el cerco personal al líder del PSOE, con el argumento de que está dispuesto a entenderse con partidos que no son leales con la unidad de España en un momento excepcional por el desafío secesionista catalán.
La situación es tan incierta que en Moncloa cada día se inclinan por un final distinto, o Gobierno en minoría del PP o elecciones. Pero, por si acaso, han apostado por poner de nuevo al partido en campaña para evitar que en estos meses de negociaciones el PP se acomode en el desánimo y la desgana.
La cúpula popular teme que en cualquier caso la situación se alargue y que el proceso pueda ser muy lento con el consiguiente desgaste que puede derivarse para todas las partes. Los resultados del 20-D no fueron buenos, los ánimos internos se mueven entre el desconcierto y la desgana, y la dirección va a imponer una agenda de actividad pública y de reuniones internas con las que combatir este clima y recuperar en la medida de lo posible la movilización preelectoral. Rajoy está convencido de que si se repiten elecciones, pueden conseguir mejorar sus resultados al recuperar voto que se les fue a Ciudadanos, una vez que sus votantes hayan asimilado la «frustración» del bloqueo institucional actual.
En esta precampaña informal Rajoy mantendrá una línea argumental coherente con la campaña de diciembre, pero necesita a la vez coger oxígeno con algún movimiento nuevo de fichas en la sesión de investidura.
Su objetivo es doble: utilizarla para, sin romper con su programa, hacer propuestas que dejen en evidencia la negativa del PSOE a negociar con él. Y que le sirva a la vez de base para lanzar una nueva campaña en el caso de que la falta de acuerdo obligue a celebrar nuevos comicios en los que la consigna sería frenar el «frente popular que esconde la alianza progresiva a la que se ha atado Sánchez».
La estrategia de recuperar la movilización preelectoral en toda España la abordaron en el último comité de dirección. Habrá juntas directivas regionales y provinciales para activar a las organizaciones territoriales en favor de Rajoy y para consolidar a su vez su candidatura si se va de nuevo a elecciones.
Los pactos del PSOE : un «gran fraude»
Para el presidente del Gobierno, los movimientos del líder del PSOE, como facilitar a los independentistas de Convergència y ERC que tengan un grupo en el Senado, buscan un pacto «contra natura» para encabezar un Ejecutivo que sería «un gran fraude». Así se pronunció ayer en Zamora, donde advirtió de que un Ejecutivo como el que pretende Sánchez «no podría gobernar». Asimismo aconsejó a Sánchez que se plantee un buen programa de Gobierno para intentar conseguir la Presidencia y «no pretender un Ejecutivo con Podemos e independentistas», que, a su juicio, sería «un disparate». Frente a ello recordó que su Gobierno es el único Ejecutivo «sensato», que ve posible; encabezado por él y con el apoyo de PSOE y C’s.
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