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Rajoy a sus ministros: importa la economía, lo de Bárcenas escampará

Llevará al Debate de la Nación nuevos controles contra la corrupción. También medidas en apoyo a emprendedores y pymes y para el empleo

La Razón
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El Debate del Estado de la Nación, que hoy comienza en el Congreso de los Diputados, girará sobre dos grandes cuestiones: la situación económica y la corrupción. Hace tan sólo unos meses el Gobierno no tenía en mente profundizar en este último asunto en el principal «rifirrafe» parlamentario del año

El Debate del Estado de la Nación, que hoy comienza en el Congreso de los Diputados, girará sobre dos grandes cuestiones: la situación económica y la corrupción. Hace tan sólo unos meses el Gobierno no tenía en mente profundizar en este último asunto en el principal «rifirrafe» parlamentario del año. Ahora, no sólo sabe que la corrupción será una cuestión clave en el cara a cara de Mariano Rajoy con los portavoces de los demás grupos, sino que hasta ha armado la intervención del presidente del Gobierno con un paquete de medidas políticas y legales para reforzar los controles y la eficacia en la persecución del corrupto. Moncloa incluso ha preparado esta trascendental cita parlamentaria con la sospecha de que hoy podría aparecer alguna nueva «filtración» dirigida a colocar en una comprometedora situación al PP y condicionar así el debate.

Rajoy «atacará» para defenderse de la losa del «caso Bárcenas» con propuestas concretas sobre la base del informe que ha elaborado el Centro de Estudios Políticos y a partir de la revisión de toda la legislación vigente, incluida la penal. El ex tesorero del PP se ha convertido en una «pesadilla» para el partido y también preocupa en el Gobierno. Ante esto, el presidente ha trasladado en privado a sus ministros que lo importante es la economía y que ahí es donde tienen que seguir centrando todas sus energías. Y que sobre el ruido en torno a Bárcenas deben estar tranquilos, porque acabará escampando. Él se está enfrentando a esta crisis con el mismo patrón que ha utilizado en anteriores ocasiones frente a las situaciones delicadas: guardar silencio y esperar. Y hasta ahora, esta estrategia siempre le había sido útil para vencer a su adversario o a las adversidades conyunturales. En privado también mantiene la teoría de que hay un movimiento «desestabilizador» contra su Gobierno, que nace de fuera, pero con ramificaciones ligadas a su propio partido. «Son varias las conspiraciones que están en marcha», sostiene uno de los ministros más cercanos a La Moncloa. A juicio de Rajoy, su fuerza está en resistir e intentar tomar la iniciativa con nuevas propuestas y bajo la bandera de la Ley de Transparencia y Buen Gobierno, que se tramita en el Parlamento. En el Debate del Estado de la Nación defenderá con vehemencia la trascendencia de esta nueva ley, así como el compromiso de su Gobierno con la regeneración democrática.

Ayer, por cierto, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anticipó su disposición a ampliar las competencias del Tribunal de Cuentas para que sea más eficaz en la lucha anticorrupción. El Tribunal de Cuentas está también en cuestión por su sometimiento a los partidos, lo que limita su independencia. De hecho, el Tribunal Supremo ha denunciado su excesiva politización y que haya ya más funcionarios nombrados por los partidos que de carrera. El Pleno lo controlan PP y PSOE, lo que significa que las formaciones políticas se vigilan a sí mismas.

Volviendo al Debate de la Nación, el Grupo Popular concretará algunas de sus iniciativas en materia de corrupción en una de sus propuestas de resolución, que se votarán en el Pleno mañana a mediodía.

Al margen de este incómodo asunto, el presidente centrará su mensaje en la reactivación económica. Con seis millones de parados, Rajoy será prudente a la hora de hacer vaticinios o de vender optimismo, pero su tono y su discurso serán muy distintos de los que utilizó en el Debate de Investidura con el que arrancó la legislatura. Desde Moncloa explican que quiere aprovechar esta ocasión para hacer un planteamiento en positivo y ofrecer a la ciudadanía el mensaje de que, después de tantos sacrificios, se acerca el momento de recibir los beneficios.

La economía española consolida en 2012 sus mejores datos de comercio exterior en muchos años. Y el déficit comercial cerró el pasado ejercicio con un descenso de casi el 34 por ciento por la reducción de los costes laborales, el aumento de las exportaciones, la apertura de nuevos mercados y la entrada de capital extranjero. El presidente colocará también en el «haber» de este primer año el saneamiento del sistema financiero, la flexibilidad que ha introducido la reforma laboral y sus beneficios en materia de competencia, y, por supuesto, la «estabilización» de la financiación de la deuda soberana. Para sostener la idea principal de su discurso, la de que se han colocado los cimientos de la recuperación económica, anunciará medidas para favorecerla.

En el Ministerio de Economía y Competitividad llevan meses trabajando en un ambicioso plan de apoyo a la financiación de pymes, autónomos y emprendedores, que incluye el refuerzo de las líneas de crédito ya existentes y otras medidas en materia de financiación. Asimismo, el Gobierno también está trabajando en actuaciones para reactivar el mercado laboral.

El paquete de propuestas económicas y sobre corrupción será aprobado en el Consejo de Ministros de este viernes.

En su discurso inicial, el jefe del Ejecutivo defenderá que su política ha servido para evitar el «rescate» y la suspensión de pagos, dentro de un escenario muy difícil, tras la herencia recibida, y que llegó a su momento más dramático a principios del pasado verano por la inacción del Banco Central Europeo (BCE). Explicará que la situación sigue siendo muy difícil y hará un reconocimiento a los sacrificios y ajustes que han tenido que asumir los ciudadanos en estos meses. Él es consciente de que las mejoras macroeconómicas no se están sintiendo todavía en la calle. En cuanto al futuro, reafirmará la voluntad reformista de su Gobierno.