Caso Bárcenas
Rajoy sostendrá la «limpieza» del PP en el primer informe de la auditoría
El Comité Ejecutivo de los populares responderá a las sospechas con palabras y con hechos. La tesorera trabaja contrarreloj para obtener las declaraciones juradas de todos los señalados
Así lo ha anunciado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha subrayado además la «conducta ejemplar» de Mariano Rajoy, y ha asegurado que en los doce años que lleva trabajando con él, «nunca» le ha visto «saltarse una norma».
Mariano Rajoy se enfrenta hoy a su reunión más difícil del Comité Ejecutivo del PP. Ni siquiera en los momentos más convulsos en su etapa de la oposición, cuando le hacían la oposición desde dentro del partido, Rajoy había tenido que lidiar con una cita tan trascendente para el futuro inmediato de su formación. Y las dificultades no vienen de que los suyos le vayan a abrir fisuras en la imagen de unidad que él quiere escenificar. Dentro del PP hay mucha preocupación y desconcierto por las informaciones sobre supuestos sobresueldos a la cúpula, movimientos que se atribuyen al entorno del ex tesorero Luis Bárcenas. Un desasosiego que ayer se acrecentó con la decisión de la Fiscalía de llamar justo ahora a declarar a Bárcenas por los supuestos pagos al PP y con el hecho de que se hiciera público justo ayer el informe de la UDEF sobre supuestos regalos de la Gürtel a la ministra Ana Mato. Esto último les ha obligado a introducir cambios en su plan inicial.
Pero estos nervios internos y los recelos por cómo se está gestionando esta crisis se sustanciarán en la exigencia de que se investigue hasta el final y se depuren responsabilidades, sin que nadie, previsiblemente, se vaya a salir de esa línea. Con ello cuentan, al menos, en Moncloa. Desde que «El País» publicara los supuestos «papeles» de la contabilidad en B de Bárcenas, negada rotundamente por la dirección del PP, una especie de «gabinete de crisis», no siempre presencial, pero sí mediante contacto telefónico, ha estado activo para diseñar la estrategia de respuesta. En el entorno del presidente del Gobierno advierten de que él afronta esta reunión del Comité Ejecutivo del PP siendo «plenamente» consciente de que la imagen de su partido y la suya han sido puestas bajo sospecha y que eso les exige contestar con palabras y con hechos.
Es esta situación excepcional lo que ha obligado a la cúpula a intentar tener para esta mañana un primer informe de los resultados de la comisión de investigación interna que Rajoy anunció en la anterior Ejecutiva, provocada también por otra filtración sobre los supuestos pagos ocultos de Bárcenas. El deseo de Génova era que el protagonista del Comité Ejecutivo fuera ese informe de la tesorera, Carmen Navarro, sobre la auditoría. Y, de hecho, fuentes de la dirección confirmaban ayer tarde que la tesorera trabajaba contra reloj para reunir, por ejemplo, las declaraciones juradas de todos los dirigentes del PP que han sido puestos en el centro de la diana. En estas declaraciones sus firmantes juran no haber recibido pagos ocultos y que todas sus retribuciones han sido conforme a la ley y están regularizadas ante Hacienda: un pronunciamiento solemne, pero sin valor jurídico. A última hora de la tarde todavía no se habían recogido todas las declaraciones juradas de los dirigentes señalados y desde la dirección se precisaba que seguían intentando «cerrarlo todo» para esta mañana.
La misma excepcionalidad es la que hará que Rajoy abra este mediodía su mensaje a las cámaras y a los micrófonos. Lo habitual en los procedimientos del PP es que sus comités ejecutivos se celebren a puerta cerrada, y que luego Cospedal informe del discurso del presidente. Rajoy, sin embargo, dará hoy explicaciones sobre las acusaciones que se han vertido en contra de su partido y en contra de su persona y dejará que las cámaras graben su mensaje ante su cúpula. ¿Presentará su declaración jurada y su declaración de la renta? En Moncloa respondían ayer tarde a esta pregunta con un escueto «aún no». A primera hora de la noche, la sensación que se percibía en Moncloa y también en Génova es que cabían ajustes sobre la marcha y que el orden del día del Comité Ejecutivo podía cambiar bajo la fuerza de los últimos acontecimientos. Y que también se seguía buscando algún golpe de efecto con la fuerza suficiente para equilibrar de alguna manera la balanza que se había puesto tan en contra.