Política

La salud del Rey

Recambio de prótesis en dos pasos

La Razón
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Está demostrado que la infección de una prótesis de cadera es, en pacientes de las mismas características que S. M. el Rey, de un uno a un tres por ciento. Los datos de los grandes centros de la especialidad en Europa así lo demuestran. Sin embargo, al tratar de sustituir esa prótesis por otra el riesgo de que se vuelva a infectar desborda incluso el 50 por ciento. Lo que se suele hacer en estos casos, que es prácticamente con toda seguridad lo que determinará el cirujano ortopédico Miguel Cabanela, consiste en un plan quirúrgico en dos tiempos. En primer lugar hay que tener en cuenta que el germen causante de la infección suele ser el staphilococcus aureus, seguido del epidermidis y otros bacilos Gram negativos. Como quiera que se realizan procedimientos de cirugía de limpieza y desbridamiento quirúrgico, además de limpiar la zona contagiada de tejidos necróticos y de pus hay que intentar extraer varias muestras de distintas zonas para analizar la composición, grado de contaminación y germen que anida en esa cadera.

El problema es que podemos extraer áreas que no dan en la analítica infección por lo que en ocasiones hay muchos falsos negativos. En definitiva, hoy la cirugía no tiene medios para saber si después de una resercción de la zona infectada continúa habiendo gérmenes. Por eso se opta por implantar un espaciador de cadera que permite liberar antibióticos de manera local en toda la zona pues está compuesto por un cemento que emite y libera antibióticos para que una vez curada la infección y pasadas entre 6 y 8 semanas se pueda realizar con éxito el recambio de prótesis. Esta segunda prótesis sería la definitiva y se argumentan en algunos centros éxitos del 80 por ciento en las mejores series. Con el deseo de que se pueda curar S. M. quiero ser fiel al dato estadístico de que cuando se trata de una persona de su edad con «el entorno quirúrgico de otras prótesis y otras intervenciones» es posible que estemos ante riesgos del 50 por ciento o incluso superiores. Esta vez, el Rey Juan Carlos, ha elegido bien el cirujano ortopédico, pues se trata de una extraordinaria persona y de un profesional de esta disciplina que transita en su trabajo por la excelencia. A su vez quiero matizar que, como ha habido dudas al respecto, Don Juan Carlos debe operarse en España y tiene opciones en departamentos públicos de alto nivel en nuestro país de la misma manera que contamos en ese mismo orden de clasificación con hospitales privados de la misma solvencia quirúrgica. Así que, suerte. Es lo que hay. Seguro.